Noruega-Fiordos 04

En un principio no era mi intención incluir en “sabinoelviajero.com” los pequeños viajes hechos por España y por los países europeos más conocidos, dado que estos están a la altura de cualquier viajero. Me decidió, el hecho de pensar que alguna fotografía pudiera ser un documento de interés para algún seguidor de la web.

Agosto de 2004

Visitar los países nórdicos en verano, y mas concretamente Noruega, es siempre un placer: temperatura agradable, verdor por todas partes, montañas, fiordos, gente educada y culta… ¡ah! y 20 horas diarias de luz. Este país bien podría ser el más rico del mundo: exportador, como pocos, de petróleo, de pescado, de equipos electrónicos, etc. Y todo ese capital, repartido entre una pequeña población, da lugar a una elevadísima renta per cápita que pasa ampliamente de los 30.000 €. Su población, ahora de 4,5 millones, está repartida por una superficie 2/3 de la de España; llega nada menos que al paralelo 82, en zonas polares. Entre otras cosas peculiares que recuerdo: el servicio militar es obligatorio, un 90% son protestantes, el alcohol solo se vende en tiendas del gobierno…etc.

Su riqueza siempre se ha correspondido con su generosidad para con los necesitados del tercer mundo. Sus proyectos y programas de ayuda han sido ejemplares en todos los rincones del planeta. Es auténticamente democrático, humano y social. Ahora bien, para los visitantes es carísimo: baste decir que un paquete de tabaco cuesta, en la fecha del viaje, más de 6 euros; que un trozo de pizza con una coca cola pequeña de máquina 13 euros, etc. Hay que tener en cuenta que ni están en la Unión Europea ni utilizan el euro, sino sus coronas de siempre.

Es probable que ésta sea mi sexta visita al país. Ya había visitado en ocasiones anteriores algunos fiordos pero, ahora, quise recorrerlos todos, lo que suponía unos 2.500 km. de navegación. Para ello pensé que lo más indicado sería tomar un buque correo que entrara en todos y cada uno de ellos, por muy poca población que hubiera, comenzando desde los más occidentales hasta el último: la frontera con Rusia. Y así lo hice. Me embarqué en el HURTIGRUTEN (al parecer muy conocido y famoso entre los noruegos, pues llevaba muchas décadas funcionando) y que supongo sustituía a sus antecesores pero utilizando el mismo nombre para un barco nuevo. Moderno, equipado con hélices laterales para facilitar el atraque y desatraque, funcional pero con buenos aceros inoxidables, espacioso, confortable, etc.

Este barco correo, de carga y pasaje, puedes tomarlo y/o dejarlo donde quieras; ello te permite hacer excursiones por tierra y posteriormente alcanzar el barco en otro fiordo de la ruta. Una de las primeras bellezas paisajísticas está en los coloridos pueblecitos situados al pié de las altas montañas, a veces con nieve en sus cumbres. Los fiordos, frecuentemente largos o profundos, en cuanto a su penetración en el continente, resultan tenebrosos cuando se atraviesan zonas sombrías y peligrosos por cuanto el barco va casi acariciando las escarpadas laderas de esas agrestes montañas que lo limitan…en fin, a veces piensas que al fondo de uno de ellos, como decía, estrechos y sombríos, aparecerá alguno de los gnomos de su entramado mitológico para gastarnos alguna “putadita”…

Entre el pasaje, además de los noruegos que viajan con sus coches y que componen el 70% del mismo, se ven franceses, aunque el prototipo de extranjero sea el americano o el alemán, de unos 50 años, acompañado de su pareja. No he visto españoles. La comida en el barco era muy buena y de ella remarcaría: las dulces fresas, la excelente sandía, los frutos del bosque (moras, frambuesas, etc.). También el pescado ahumado, la especialidad del país, suponía un placer más en la mesa.

El tiempo no pudo ser mejor. Hasta la tripulación comentaba no recordar unos días tan placenteros. El mar estaba calmado, el sol salía a las 04:00 hrs. y se ponía a las 23:00. Naturalmente nunca dejaba de haber luz pues el crepúsculo era muy intenso. Las puestas de sol eran de gran belleza. A veces dejaba el barco y cruzaba por tierra los fiordos siguientes o bien los atravesaba con ferris locales, en fin: ¡un placer!

Los campos están llenos de flores silvestres; una de ellas, cuyo nombre no recuerdo, brota una vez cada 6 años y la flor consiste en una especie de bola de algodón…en fin, cuando el sol baña las laderas de los fiordos la belleza es indescriptible. Todo el paisaje es agreste, pintoresco, con colorido, con cascadas, con ríos, con altos picos cubiertos de nieve… Entre el sinnúmero de bellísimos fiordos, glaciares, montañas, islas, etc. recordaría el recorrido del glaciar GEIRANGER, el fiordo de MOLDE, que lo hice por carretera, el glaciar de BODO, TROMSO, HONNINGSVAG (pájaros), la frontera con Rusia…sin olvidar el pequeño glaciar de SVARTISEN y los 1.500 más que hay en la costa de Noruega.

No dejaría a un lado los pájaros, los abedules, los días que tuvimos calor mediterráneo, las flores, la falta de frío o lluvia, la ausencia en el mar de plásticos, aceites o cualquier otro tipo de contaminación, los renos marrones, grises y blancos. Por los fiordos siempre cuentan historias de gnomos, llamados “troll” en noruego.

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De hecho, el fiordo TROLLFJORD, significa el fiordo de los gnomos. Atravesamos el Círculo Polar Ártico en nuestro 5º día de navegación y nos agasajaron con una fiesta; eran las 00.30 hrs. y todavía se veía perfectamente en cubierta. Recordé entonces el amplio número de veces que había cruzado el Círculo Polar Ártico: 2 en Alaska, 2 en Groenlandia, 3 en Noruega, 1 en Finlandia y 1al ir al el Polo Norte. No quiero olvidar el pescado tan sabroso que comí: Halibut, salmón, sardinas, bacalao…

La distancia recorrida durante unos 10 días de navegación fue de 2.482 Km. Debería mencionar los pájaros vistos en la travesía: Cormoranes negros y marrones, águilas de cola blanca y marinas, puffins a millones (frailecillos), bubis, gaviotas, pájaro pico cuchilla (parecido al frailecillo)…etc.

Además pude disfrutar del placer del pintoresco recorrido en tren desde Bergen a Oslo. Repetiré este placentero viaje.