Armenia 00
Octubre de 2000
Entré en este país del Cáucaso tras haber visitado Azerbaiyán y Georgia. Más montañoso todavía que los demás, Armenia me recibió con nieve a partir de los 800 m; altura de no mucha importancia ya que para acceder a la capital, pues entré por tierra desde Georgia, tuve que pasar por cotas de 2.300 m. con mucha nieve y niebla. La altitud media del país es de 1.800 m. y el monte más alto es el ARAGAC con 4.100 m.
Es el más pequeño de los países Caucásicos con una superficie similar a Cataluña y unos 3,5 millones de habitantes. La capital Yerevan tiene más de un millón. La población se está reduciendo debido a la masiva emigración. Su unidad monetaria es el DRAM y un dólar equivale a 545 DRAMS. En Estados Unidos viven casi 1 millón de “acaudalados” armenios que ayudan a su pobre país de origen continuamente.
Logró su independencia de la Unión Soviética en 1991 junto con los otros países del cáucaso y formó parte de la CSI. En 1988 entró en guerra con Azerbaiyán por el territorio de NAGORNO-KARABAKH. El partido en el poder es el partido comunista anterior que ha cambiado de nombre. La esperanza de vida es de 70 años para el hombre y 75 para la mujer. No son muy fumadores y la altitud les mantiene fuerte el corazón. Es el país de la zona con menos complicaciones étnicas pues el 94% son armenios puros y el resto son azeríes, rusos y kurdos. La lengua es el armenio, antiguo idioma con su propia escritura y nada parecido a otros. Son cristianos. Su renta per cápita es parecida a la de otros países de la zona 500-700 US$.
Al igual que en el resto del cáucaso, el paro es la gran lacra que afecta al 50% de la población. La gente está tan desesperada que añora la época soviética. Ni tienen esperanza en el sistema, ni ilusión, ni saben cómo salir de este caos. La corrupción es enorme. En cuanto a las riquezas del país hay que decir que tienen muy poco: oro, plata y hierro. Hay algo de gas natural y de carbón y fábricas de cemento en Ararat. Comercian mucho con Rusia, Turkmenistán e Irán. Sólo tienen un 1% de analfabetismo. Fantástico.
Formaron parte de la Unión Soviética desde e 1920 a 1991. El país fue creado en 1920 tras el horrible genocidio que los turcos hicieron con ellos en 1915. Hasta el día de hoy los turcos siguen sin admitir el genocidio y los armenios, que tenían un grupo terrorista que atacaba las embajadas turcas, han decidido recurrir a las Naciones Unidas para intentar conseguir que Turquía lo admita.
Algunas cosas son claramente mejores aquí que en los otros países vecinos: las carreteras, los coches, la electricidad, las casas de los pueblos, etc. Encuentro ciertas similitudes entre los armenios y los judíos: el haber sido perseguidos y objeto de genocidio, listos para el dinero y los negocios, tacaños a más no poder, chovinistas, etc., además de la singularidad de su lengua, escritura, religión y fisonomía.
El paso de las fronteras terrestres de estos países del cáucaso, no ha sido tan duro como las de sus países hermanos del Asia central. He de decir que al llevar un conductor local, la Policía no se atrevió a pedir dinero.
Armenia es tremendamente volcánica: basalto, granito, piedra porosa, etc. Durante el recorrido he podido ver algunos cañones entre montañas al igual que zonas de montañas peladas sin arbolado ni hierba alguna. Hay mucho paisaje árido. La lluvia, la niebla y la falta de luz me han impedido hacer un reportaje fotográfico decente. Otra vez será. Ha sido así en los tres países visitados en este viaje. La lluvia no ha parado. Todas las casas son de piedra.
Las fábricas abandonadas, al igual que en los demás países del cáucaso, forman parte del paisaje. El vino que tienen no vale nada pues es tremendamente ácido. Aunque la capital EREVÁN está a 1.000 m. sobre el nivel del mar, para llegar a ella hay que pasar por un puerto de 2.300 m. de altura con nieve y niebla en cantidad.
Una de las comidas típicas es el LULA KEBAB que consiste en rollos de carne picada hecha a la parrilla y envueltos en pan muy finito parecido a las neulas.
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Visité el monasterio de HAGHPAT, patrimonio de la humanidad, al igual que muchas iglesias de las que haría los siguientes comentarios: 1º/ Tienen millones de cruces, bien esculpidas en la pared o bien sobre piedras sueltas que me recordaron Etiopía. 2°/ Bóvedas apoyadas sobre cuatro arcos. 3°/ Las miles de iglesias que hay en Armenia, desde tiempos medievales, siguen un estilo idéntico con bóvedas abiertas en su techo para permitir la entrada de luz, la cual siempre es mejor que la de las aberturas laterales de los muros. 4°/ Al igual que en Lalibela (Etiopía), hay iglesias enteras enterradas bajo algunas colinas. Me encontré con algunos extranjeros que me dijeron que tenían sangre armenia y por ello habían venido a encontrarse con sus raíces.
Durante mi estancia alquilé un coche ruso marca VOLGA que es un vehículo clásico y viejo pero muy duro. He encontrado a los armenios honestos y aún cuando hay mucho paro no se producen muchos robos. No les gusta madrugar pues de acuerdo con su horario oficial el sol no sale hasta las 8,30 de la mañana.
Me gustó mucho un museo dedicado exclusivamente a los antiguos manuscritos en donde se ven preciosidades de libros y de papiros. También es de cierto interés visitar el monumento dedicado al famoso genocidio de 1915; claro que está construido por los rusos durante la época anterior al 91 y una buena parte de la documentación esta falseada. Es lamentable que una verdad trate de probarse con mentiras… así era el sistema ruso.
Recorrí unos 600 Km., y siempre a través de montañas, de paisajes nevados, de niebla densa, de lluvia, etc., lo que me ha dado una aceptable idea de su orografía y de sus pueblos. En ocasiones el coche patinaba sobre la nieve e íbamos hacia la cuneta. En general los chóferes que he tenido en este viaje por el cáucaso han sido muy buenos y seguros. El hotel Armenia de Yerevan ha sido muy flojo.