Andalucia Oriental y Murcia 15

Abril de 2015

He visitado más frecuentemente la Andalucía Occidental así que, en esta ocasión, he querido recorrer la zona Oriental pues en ella hay provincias que hacía dos o más décadas que no visitaba; tal era el caso de Almería. El oriente andaluz está compuesto por Almería, Granada, Jaén y Málaga. Dado que Granada capital, la he recorrido hace solo unos meses, decidí visitar el norte de la provincia, al igual que Sierra Nevada, La Alpujarra y su costa mediterránea. Por otra parte, había visitado Málaga capital no hacía mucho, junto con un amplio recorrido por la provincia en el que se incluía Ronda, los pueblos blancos etc., así que la dejé fuera del recorrido, aunque sí me pasé por la bonita Nerja.

Me sobraron un par de días y me adentré en la provincia de Murcia, cuya visita incluyo en este viaje. En el aeropuerto de Granada, al que vuelo desde Madrid, tomo un coche de alquiler y voy lentamente desplazándome por pueblos en dirección norte hasta llegar a Jaén capital. Con una población bastante mayor que en mi anterior visita, ahora anda por los 130 mil habitantes, tiene un pequeño centro muy cuidado en el que destacan la Catedral (restaurada exterior e interiormente con un cuidado neoclásico y con una preciosa sillería en su interior), la eterna Diputación, los Baños Árabes...El Corte Inglés. Abundan las pequeñas plazas con árboles, bares y terrazas. Salvo el centro del centro, valga la redundancia, en el resto de la ciudad la edificación es muy pobre de arquitectura, compuesta por edificios de los años 60/70, sin pintar y algo decrépitos.

En la provincia de Jaén, tanto Bailén como Linares no merecen mucho la pena; Baeza vale bastante más (La Catedral, el Palacio Jabalquinto y el Ayuntamiento con fachada plateresca) y Úbeda es, sin lugar a dudas, lo mejor a visitar: Barrio antiguo interesante, la plaza Vázquez de Molina con el Palacio de las Cadenas, actual Ayuntamiento con una fantástica fachada; la Iglesia de Santa María de los Alcázares y la Capilla del Salvador con preciosos interior y sacristía, el Parador, etc. Algo es obligatorio en la provincia de Jaén: comerse esos típicos y riquísimos piononos que son pastelillos embebidos en licor que saben de maravilla. Recorrí la Sierra de Cazorla, además del pueblo que lleva su nombre, alojándome en el Parador de Turismo adonde acuden, al caer la noche, algunos jabalíes y venados para recibir su cena...Contemplé hermosos paisajes llenos de suaves colinas cubiertas de campos de olivos. Seguí recorriendo las sierras de la zona descendiendo, finalmente, a la provincia de Granada.

Entro en la provincia de Granada, por su parte norte, y me encuentro más campos de olivos, formaciones montañosas y rocosas de colores rojizos muy interesantes y al final llego a un precioso paraje, con amplia panorámica, en el que se contempla la presa y el embalse de Negratín. Desde aquí aparece a lo lejos Sierra Nevada al igual que unas formaciones montañosas extrañas o especiales. Llego a Baza, capital del mármol. Hago detenidamente La Alpujarra, tanto la parte alta como la media, arrancando en el famoso pueblo de Lanjarón, que visité hace ya más de 20 años. Paso por Órgiva y asciendo a pintorescos pueblos como Pampaneira, Capileira y Capilerilla, al pie del Mulhacén y del Veleta, que con 3.400 m son los picos más altos de la península.

Después paso por el pueblo de Pórtugos...lo que prueba, junto con los nombres de los pueblos anteriores, la existencia de una población gallega, que creo llegó por aquí en la época de Felipe II. Desciendo a la costa granadina donde visito el pueblo de Salobreña, muy cerca de un Motril que vale poco, ubicado sobre una colina, y con mucho carácter, y en el que hay que recorrer sus calles pues tienen una blanquísima construcción muy interesante y, por otra parte, hay también amplias y largas playas. Sigo para Almuñécar, lugar con más población aunque menos cuidado que tiene dos playas de arena no muy fina y con una pendiente en la orilla del mar que parece poner en peligro al bañista. Me tomé aquí un sabroso mango y también un buen melón de su cosecha

La provincia de Murcia la comencé por la famosa Lorca, donde camino la ciudad, el parque de La Alameda y subo al castillo en el que paso una noche en el Parador de turismo que está integrado en el mismo. Creo que fue en mayo de 2011 cuando un fuerte terremoto castigó la ciudad de Lorca. Ahora, tras 4 años, todo ha vuelto a su estado anterior y, hasta puede que mejor pues se han restaurado todos los puntos afectados. Visité el teatro Guerra, el Ayuntamiento, la iglesia de San Francisco, el casino, etc. Los pasteles de carne son típicos de esta zona como lo son también los tocinillos de cielo. Continúo por la provincia de Murcia, visitando el pueblo de Caravaca, población muy turística con unas calles medievales que rodean el antiguo castillo-Santuario.

La ciudad está preparando sus fiestas locales: muy adornada y con tribunas preparadas para ver los desfiles y las procesiones (posiblemente de moros y cristianos). Muchas tiendas para turistas y muchas callejuelas antiguas alrededor del ayuntamiento. Dejé Caravaca y pasé por un pequeño pueblo llamado Ceutí en el que las paredes estaban pintadas con motivos diversos y que tiene también algunas esculturas de bronce. Desde aquí continué, un poco más, hasta el famoso valle de Ricote donde la agricultura murciana tiene su máxima expresión. Pateé Murcia capital: el Ayuntamiento con una bonita fachada, la Catedral de Santa María, el Museo Salzillo, el Monasterio Real (Museo de Santa Clara), puentes sobre el río Segura, etc. Por supuesto, no dejé de visitar la famosa Cartagena y disfrutar de su puerto deportivo lleno de fabulosos yates, al igual que su muralla medieval, su auditorio de moderna arquitectura y el Museo Nacional de Arqueología Subacuática.

Entro en la provincia de Almería y me detengo en Mojácar, ese precioso pueblo enteramente blanco y ubicado en la cima de una colina, como solían hacer en tiempos medievales. Curiosamente, un turístico Parador, ubicado al borde del mar, destaca entre los hoteles de la zona hotelera. El pueblo, en el que se estaba celebrando una actuación de tunas estudiantiles de media España, estaba tan lleno de gente que no se cabía por sus antiguas, estrechas y blanquísimas calles. No existe en este pueblo más color que el blanco. Los paisajes que atravieso en mi recorrido por esta provincia son aparentemente de otro planeta. Tras haber recorrido todo el mundo no he visto nada igual. Ni los desiertos de rocas, ni el norte del Yemen, ni el del norte de Níger, ni el desierto de Atacama, etc. tienen parangón; es distinto a todos, incluidos los desiertos de Arizona, Nuevo México y Nevada.

Mojácar pasé por el pueblo de Garrucha, con un pequeño puerto pesquero, hasta llegar a Almería. Reconozco la importante mejora que, en todos los sentidos, ha experimentado esta ciudad en las últimas dos décadas. Un buen ejemplo es la zona del paseo marítimo, al igual que calles y plazas de la ciudad; el nivel de limpieza y cuidado son altos. Quizás La Alcazaba y la Catedral sean los monumentos más destacables. La mencionada mejoría debería ser trasladada a los lugares de la costa donde el turismo trata de desarrollarse. Lamentablemente los plásticos, no solo los utilizados en el cubrimiento de áreas agrícolas, vuelan por todas partes cuando sopla el viento y, además, la arquitectura en edificios, urbanizaciones, hoteles, etc. es francamente mala. Pasé por un par de horribles rincones turísticos de la costa: Roquetas de Mar y Aguadulce...

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Hago una pequeña escapada a Nerja, provincia de Málaga, con el Mirador de Europa y, todo él, limpio, ordenado, blanco, muy turístico y de nivel alto. De esta provincia de Málaga deberían aprender las de Almería, Granada y Murcia ya que los pueblos de estos últimos, en cuanto a orden y limpieza, dejan mucho que desear. Además Nerja tiene una preciosa cueva de calizas karstificadas, con enormes estalactitas y estalagmitas, que visité y que, a pesar de ser de buenas dimensiones, me hicieron sentirme avergonzado al verla completamente seca, completamente muerta...y todo ello debido a tenerla abierta durante décadas al turismo (!) El aire ha entrado en la cueva durante muchísimos años y, por tanto, destrozado todo el sistema....la humedad ha desaparecido y está más seca que un desierto.

La comida en general no es, precisamente, lo mejor que tiene Andalucía y ya no digamos si la comparamos con la del norte de España. Los famosos pescaditos fritos se rebozan siempre en harina y además, las frituras, que he de decir que las hacen muy bien, o no se emplea en ellas un aceite de calidad, o bien se reutiliza muchas veces. No cabe duda de que el jamón ibérico, de pata negra, de sierra como la de Huelva, es excelente pero, en realidad, cuando se pide jamón en Andalucía no es ése el tipo de jamón que te sirven…por más que insistas.

Hasta otra