Salvador (el) 93

Diciembre de 1993

El viaje de Guatemala a El Salvador lo hice por carretera empleando una vieja línea de autobuses que por el irrisorio precio de 400 ptas. (2,40€) hice 400 km los que, por supuesto, me llevaron todo el día. Cruzar la frontera fue toda una aventura y la “mordida” estaba asegurada. Yo viajaba con una amiga y se negaban a dejarla pasar...hasta que pagamos.

El Salvador es más tropical que otros países del entorno, aunque más pobre y miserable. Sus ruinas mayas no tienen valor alguno hasta el extremo de que no quise hacer ni una sola fotografía. Lo que han tratado de restaurar está horrible, tal es el caso de Tazumal que son ruinas que han sido “arruinadas”.

Pero, eso sí, hay maravillosas flores por todas partes en un mes de enero, cosa que no tiene Guatemala en estos días, aún cuando son dos países pegados el uno al otro…así son los climas. Yo diría que es la vegetación lo que más destaca de El Salvador y lo más interesante en esta época del año.

El país es veinte veces menor que España. Tiene una buena veintena de volcanes activos y una población de seis millones. Como moneda emplean el Colón que vale unas 14 ptas. (0,084€). Además del español se habla el NÁHUATL que es un dialecto que no hay dios que lo entienda. Son exportadores de café, azúcar y algodón. A pesar de ello, aquí como en Guatemala, el café lo hacen al estilo americano y es como agua del fregadero…que diría un latino o un habitante de oriente medio; ¡qué vergüenza en un país productor de café! Bueno, hay que tener en cuenta que nosotros los mediterráneos tomamos un café fuerte, expreso, y ellos lo que hacen con el café es casi una simple infusión. Cuestión de culturas. Esto lo hacen la mayor parte de los países productores de café.

En este mes se está haciendo la recolección del café y de la caña de azúcar y es agradable ver por todo el país la actividad de los campesinos, las enormes áreas donde extienden el café para secarlo al sol; los camiones cargados de caña de azúcar, las pequeñas fábricas azucareras, los hornos donde tuestan el café… Es triste descubrir que el café que toman los nativos no es más que el pellejo del café, una vez tostado. Lógicamente el auténtico es exportado y como el nivel de vida es tan bajo la gente no puede permitírselo…es como si un país productor de vino no pudiera permitir a su población beberlo ya que con la venta del mismo al exterior obtuvieran mas dinero y así ayudar mejor a la población pobre. En fin cada uno que lo interprete a su aire.

El país está lleno de ladrones y bandoleros por todas partes, que no son otros que los propios revolucionarios que han detenido la lucha, pero que no encuentran trabajo o no quieren trabajar después de 12 años de lucha armada. Por tanto resulta muy peligroso caminar cuando cae la noche o hasta durante el día por la ciudad. En cualquier caso hay que ir siempre muy atento y no llevar mucho dinero ni ningún objeto de valor o bolso de mano. Por el contRario las mujeres salvadoreñas cuidan su cuerpo, no están gordas, visten bien, van bien arregladas y me han parecido, sin duda, más atractivas y limpias que las de otros países de la zona. También llevan a sus hijos limpios y arreglados.

Las palmeras son muy altas y delgadas. Se mantienen perfectamente verticales como si el viento no pudiera con ellas. Los autobuses son lo más atractivo o simpático del ambiente: están pintados en muchos colores y dan una cierta alegría. Con ellos visité Izalco, Sta. Ana, Chalchuapa, S. Andrés, Puerto Acajutla, etc.