Indonesia-Bali 12

Junio de 2012

Es posible que haya visitado este país unas ocho veces. La república de Indonesia es casi cinco veces mayor que España y se acerca a los 240 millones de habitantes. Su capital Yakarta ya tiene diez. Su rupia no es muy aceptada en Asia. Bali y las islas de la Sonda tienen 13 millones en una superficie similar a Cataluña. Bahasa es el idioma oficial pero lo que la gente habla es el antiguo javanés. Su PIB por habitante anda por los 3.000 USD y solo tiene un 7% de paro. Tiene mucho petróleo, minerales, pesca y agricultura. Ocupa el puesto 53 del índice de pobreza. Son, casi en su totalidad, de religión musulmana; eso sí, son tan moderados que apenas se aprecian sus creencias religiosas a través de sus comportamientos diarios. La isla de Bali, en cuanto a religión, puede considerarse una excepción pues es hinduista.

Denpasar, su capital, comprendida dentro de una enorme aglomeración urbana de unos 30 km de diámetro, tiene una conducción caótica. Hay millones de motos conducidas, muchas de ellas, por jóvenes madres que se acompañan de sus hijos, lo que es para echarse a temblar ante el peligro inminente de un tráfico peligroso para el que van desprovistos de casco. La gente, como ocurre en muchos países de Asia, sigue siendo humilde, educada y respetuosa. El abominable y siempre presuntuoso “hombre blanco” debería aprender, de ellos, un poco de humildad…

La vida en Indonesia ha mejorado sensiblemente, su PIB lo demuestra. El indonesio mantiene su inclinación hacia el arte, la escultura de todo tipo, la ornamentación. Hace trabajos en madera, en piedra, en hormigón, en mortero, etc. Diseña y decora templos, edificios singulares, interiores, esculturas de deidades, portadas de sus casas o de edificios públicos, umbrales o entradas a cualquier lugar de interés, etc.

Atravesé, en este viaje, la isla cuatro veces. En la primera saliendo de Nusa Dua y, pasando por Badung, Bajera, Tabanan y Pupuan para llegar a Seririt. La segunda, arrancando del Parque Nacional Oeste de Bali y, tras recorrerlo y además visitar los templos de Pulakim y Gerokgak, llegar a Mayong para seguir por los lagos de Tamblingan, Buyan y Beratan y descender por Bedugul hasta Mengwi y Denpasar. En la tercera, subida por Batubulan, Bangli, lago, monte y volcán Batur, Kintamani para descender a la costa norte cerca de Singaraja.

Y en la cuarta por Banyo Wedang y el puerto de Gilimanuk, de transbordadores, para llegar a Negara, Templo Rambut SIPI, Pulukan y Antosari antes de llegar a Denpasar. La gasolina cuesta 0,35 € el litro lo que equivale a ¼ del precio que se paga en España; se comprende dado que se trata de un país con petróleo suficiente para exportar.

Viajando por la isla, la vegetación que más se observa son los campos de arroz que habitualmente ocupan terrazas escalonadas las cuales son anegadas de aguas, imprescindibles para el crecimiento del arroz. Hay grandes bosques tropicales de palmeras de todo tipo, plantaciones de cacao y de café y, de tarde en tarde, aparece algún frangipani o alguna palmera del viajero. Montañas y valles frondosos van uno tras otro en el paisaje. En el campo, el balinés, trabaja de sol a sol. Por las carreteras y en los lugares más estratégicos, aparecen individuos que tienen en propiedad algún raro animal como pueden ser los famosos zorros voladores.

Algunas cosas se ven constantemente : Templos de todos los tamaños, cometas (que las hay enormes y de todo tipo y figura), fábricas de ornamentos de templos, umbrales, casas y fachadas, esculturas, estatuas, trabajos artesanales en madera, muebles y dios sabe cuántas cosas más. Los artesanos forman comunidades enteras dedicadas exclusivamente a una especialidad y habitan en un determinado barrio o pueblo, hasta el punto de que los compradores ya saben a qué distrito o pueblo acudir para hacer cada compra específica, sea madera tallada, ornamentación, piezas funerarias, temas de templos, muebles, etc.

Visité su bonito parque de pájaros en el que, zonas cubiertas por enormes mallas, albergan muchísimos pájaros “en libertad”, entre los que destacan familias enteras de aves del Paraíso, de diversos puntos de Indonesia, de África, de Sudamérica y algunas específicas y muy interesantes de Borneo. Además lucen un hermoso ejemplar de dragón de Komodo, de unos 3m, macacos azules y una preciosa casa Toraja.

Cuando se viaja a Indonesia parece que un salto a Bali es casi obligado para que el viajero descanse un poco y reemprenda su camino. Recuerdo que hace años paré de camino o regreso de Sulawesi en dos ocasiones saltando desde Borneo y, en una última, camino de East Timor (Timor Oriental-Lorosae), cuando celebró su referéndum para ser independiente de Indonesia.

Seguro que seguiré viniendo.