Ruanda 05

Enero de 2005

Llegué a este país procedente de Burundi volando en una pequeña avioneta desde BUJUMBURA.

La situación no está muy tranquila pues, al igual que en BURUNDI, los HUTUS atacan de cuando en cuando con la salvedad de que aquí los rebeldes estaban concentrados en la zona Norte, en dirección a UGANDA, precisamente donde yo quería acudir para visitar, nuevamente, los gorilas de montaña.

RUANDA, al igual que BURUNDI, tiene la superficie de Cataluña y 7 millones de habitantes. Son países muy parecidos y con las mismas etnias. El aeropuerto de KIGALI, la capital, es nuevo y está limpio.

La moneda local es el franco ruandés y 400 de ellos equivalen a un dólar y, uno solo, a 50 céntimos de peseta (0,00301 €). Tanto la independencia, año 1962, como la evolución política, han seguido el mismo camino que Burundi. Adosados al ecuador, pero por el Sur, gozan de un saludable clima con suaves temperaturas todo el año y muchos días de sol. También llueve bastante, lo que hace que sea tan verde. Es llamado "el país de las 1.000 colinas". Allá por el año 1994 la lucha entre HUTUS y TUTSIS se cobró 1 millón de muertos.

La pobreza, la renta per cápita (190 US$) y la miseria, son idénticas a la de su vecino del Sur. Son dos países gemelos. Aquí el hombre vive hasta los 42 años y la mujer hasta los 44. Es la edad más baja del mundo. Un 90% son HUTUS, un 9% TUTSIS y el 1 % TWA. Resulta curioso que el ejército y el país estén gobernados por la minoría TUTSI. Hay que reconocer que éstos están más preparados. Como idiomas hablan francés, un poco de inglés y una especie de Swahili. El 60 % son católicos, el 20% animistas, el 10% protestantes y el 10% musulmanes. ¡Vaya una mezcla!

Casi la única actividad del país es la agricultura de subsistencia: café, té, tabaco, cereales, patatas, etc. Sólo un 6 % de las carreteras están asfaltadas y hay un 40 % de analfabetismo. Pero hay que reconocer que el país es precioso: paisajes de valles y montañas, de grandes bananeros y maizales, de carreteras sinuosas de montaña, de verdes paisajes y de eucaliptos por doquier, al igual que flamboyanes y árboles del fuego... etc. Es un altiplano lleno de colinas.

Tomé un chofer, con su 4X4, que no hablaba más que swahili, y de entrada me dio a entender que su padre había sido degollado cuando el tenia 6 años. Así se las gastan aquí. Decidí ver, nuevamente, los gorilas de montaña; así que allá nos fuimos, al norte del país, pasando primero por RUHENGERI para después seguir subiendo hasta la cota 2.500 m. Por las carreteras siempre disfruto de ver a las gentes: las mujeres llevan ropas de mucho colorido y en los mercados hay un ambiente muy agradable. No les gusta que les hagan fotografías.

A las 6 de la mañana, mientras recordaba mi visita a los gorilas de UGANDA, llegamos a las puertas del PARQUE DE LOS VOLCANES (antes llamado ViRUNGA) y comenzó el jaleo: La tarifa de entrada era de 250 dólares. El gobierno había decidido poner un alto precio a sus gorilas. El safari estaba compuesto por las siguientes personas: los visitantes extranjeros, que éramos cinco, doce soldados armados con metralleta (pues los rebeldes intentan siempre matar algún extranjero), dos guías, dos guardas del Parque, cuatro porteadores y dos más que no sé quién puñetas eran. En total veintiuno. Dos de los componentes eran reporteros de una revista suiza, los otros no sé que eran o qué hacían allí. Por el camino se veían algunos soldados escondidos tras los árboles. Se les veía con miedo a los rebeldes. Se oían tiros lejanos. Caminamos durante media hora hasta entrar en el Parque.

Seguir Leyendo

Apenas nos adentramos apareció una familia de gorilas de once miembros: tres adultos (de espalda plateada), cuatro hembras, tres júniores y dos crías que iban siempre a espaldas de las madres. Algunas hembras estaban, además, preñadas. Iban caminando muy juntos. Tuvimos la gran suerte de que salieron al borde del bosque, con lo que los pudimos ver mejor. Pasaban a nuestro lado tan cerca que no nos atrevíamos a enfocarlos o a fotografiarlos. Los machos eran gigantescos con grandes cabezas y espaldas. Nos ignoraban todo el tiempo. ¡Ellos a los suyo!

Lamentablemente durante casi todo el tiempo el cielo estuvo cubierto con nubes de lluvia y se veía muy poco; es más con mis carretes de 400 tenía que disparar a un 45 y a un 30 de segundo. La montaña en la que esta el bosque de los gorilas se llama SABINYO y tiene 3.500 m. de altura. Todos comentaban que yo me llamaba como la montaña y los negros se reían. Hacía frío y llevaba un jersey. Había que tener cuidado con las picaduras de las hormigas y de las zarzas, al ir avanzando con machete.

El clima es muy cambiante: en media hora puede pasar de un calor y sol aplastante a una fría lluvia. Y vuelta a empezar. Pero eso sí, todo muy tropical y con unos verdes maravillosos. Hay un fuerte olor a eucalipto. Las casas de campo está hechas: bien con paredes de arcilla rellena con palos en el interior, o bien con adobes de arcilla secados al sol. La verdad es que son monísimas. Me recordó Madagascar. En el paisaje hay millones de vacas de gigantescos cuernos, como en Uganda. El caso es que no se toma la leche sino que se usa la “en polvo”. Deben estar, casi todas, tuberculosas.

Hay niños por todas partes y siempre están en la calle o en la carretera. Las tierras de labor parecen buenas y también he visto, frecuentemente, plantaciones de tabaco y judías verdes. Como cocinan con leña desde el principio de los tiempos han ido arrasando los bosques. Por suerte en los claros han plantado bananos y hace bonito. Hay dos grandes volcanes.

Pues bien esto ha sido RUANDA. Quizás vuelva otra vez, cuando la situación esté más calmada. Los Tutsis ruandeses no son tan altos ni tan buenos mozos como los de BURUNDI. No tuve tiempo para acercarme al lago KIVU.

Cuando llegué a NAIROBI leí el periódico y hablaba de que, durante los días que había estado en RUANDA y más concretamente en la zona del Parque Nacional, se habían librado combates con los rebeldes HUTUS con el resultado de más de 100 muertos. ¡Y yo estaba allí, sin saberlo! Por supuesto el Gobierno ruandés ha ocultado esto a la gente, aunque la embajada americana lo sabía. Se comprende dado que el parque hace casi frontera con la R. D. CONGO por donde se filtran los rebeldes. El parque ugandés de BWINDI, está justo detrás. Adjunto artículo de Kenia, día 28.05.01 y mapa de la región.