Guatemala 93

Enero de 1993

Guatemala tiene una cuarta parte de la superficie de España y una población de 10 millones de habitantes de los que 4 habitan en Guatemala, capital. La gente es fanáticamente católica.

Son pobres y exportan exclusivamente café y azúcar como pasa con la mayor parte de los países del tercer mundo. La base de su interés turístico está en ­los restos arqueológicos de la civilización maya. Hay mucho colorido en su indumentaria típica, en sus mercados, en sus calles, etc. Se come muy bien, limpio y económico.

La gente, además de muy católicos, es pagana, mística, creen en brujas, brujos, demonios, curanderos, consejeros, cartas, etc. Me recuerdan la población maya de Uxmal, en México.

Son visitas obligadas: Antigua (la antigua capital de Guatemala), en Tikal las maravillosas ruinas mayas, el mercado de Chichicastenengo, el lago y los volcanes de Atitlán. Las ruinas mayas se encuentran en muy buenas condiciones y se trata de la época clásica, es decir desde el 250 b.C. al 850 a.C. emigrando posteriormente a México.

Es una visita, no menos obligada, a la selva tipo amazónica la que más interés despierta por la exuberancia del paisaje, sobre todo en Petén al norte del país, donde pueden verse ríos con innumerables meandros. Dentro de esta enorme selva aparecen de repente las enormes construcciones con sus gigantescos templos y pirámides mayas.

La "Democracia" actual parece haber dado una estabilidad imprescindible para la llegada del turismo, que constituye la tercera fuente de ingresos. El 50% de la población tiene menos de 15 años, lo que indica que se trata de un país muy joven. Muchos son los niños que dejan el país para ser adoptados y muchísimos los que fallecen durante la lactancia e infancia. Se come mucho arroz, maíz y papas.

Se hablan unos 28 dialectos del maya. La gente es extremadamente pequeña (mas pequeña que los orientales), lo que confirma la teoría de que ­fueron razas orientales las que atravesaron Alaska, descendieron las Rocosas y llegaron poco a poco a Centro América. La moneda es el Quetzal que vale unas 20 pesetas (0,14€).

Todavía quedan muchos guerrilleros por el monte que pueden verse por todas partes y van armados hasta los dientes. Hay, también, muchos grupos de civiles armados que andan tras su captura. El guatemalteco es un hombre educado, ni grita, ni gesticula, ni trata de venderte cosas. Es humilde pero no se humilla, es muy hospitalario. Lamentablemente siempre hay algún sinvergüenza en todas partes, y en esta ocasión fue al cruzar la frontera donde un oficial me pegó una “mordida" de 40 dólares, lo que equivale a 2 meses de trabajo de un obrero…así son las "democracias" en Centro América. Creo que volveré para, desde aquí, visitar algún otro país de Centro América.