Irán 04

Febrero de 2004

Mi tercera visita desde Mayo del 75, cuando vine por primera vez. En esta ocasión , Irán, la antigua Persia del Sha, parece tener bastante menos miseria: la gente no parece pasar hambre y tienen un lugar donde dormir; no se ven pobres pidiendo, ni tampoco se ven tantos lisiados, ciegos, etc. Creo que la antigua clase media vive peor y que los más humildes están algo mejor. Parece justo.

La población actual pasa de los 70 millones de habitantes y su renta per cápita es 1/10 de la de España. Exportan petróleo, alfombras y caviar. El día que llegué se celebraban elecciones en el país, “apañadas seguramente”, y poco podrán avanzar hacia un régimen democrático. Hubo una enorme abstención del 70% en Teherán; pero nada cambiará y seguirán con la famosa Sharia. El consejo de la Revolución, presidido por Jamenei, controla férreamente al partido del presidente del gobierno, el reformista Jatami.

Los iraníes son muy hospitalarios. Te tratan con respeto e intentan ayudarte. Por las calles se encuentra uno bastante seguro durante el día. Vale la pena viajar a Irán solo por ver Persépolis. La comida, llena de especias, se puede tolerar. Casi todo me sabía igual. Los hoteles han sido buenos en general, salvo el de Teherán que lo encontré muy cutre. El mejor y más original de todos fue el Karavan Zein, situado en medio del desierto y construido en forma de fortaleza del desierto; tenía una arquitectura muy original y una serie de detalles propios de las costumbres tradicionales del país. Cocieron el pan para la cena en un horno de leña. El firmamento, estrellado, fue otro de los puntos de interés de este lugar.

Las carreteras han mejorado mucho y hasta tienen largos tramos de autovía. La “cutre” ciudad de Shiraz no ha cambiado mucho. Hay bazares y tiendas por todas partes y hasta he comprado cosas, raro en mí, tales como telas y jarrones. Ha hecho calor, contraviniendo las previsiones meteorológicas que observé en Internet. Hice muchos kilómetros y me pateé largamente las ciudades.

Su superficie es 3 veces mayor que la de España. La mortalidad infantil es alta, un 5%. La esperanza de vida de los hombres es de 66 años y la de las mujeres 68, lo que no está mal para su renta per cápita. La lengua oficial es el Parsi (Persa) o Farsi. El paro ronda el 30%. La agricultura es muy pobre debido a la falta de agua; producen mucho algodón. Son un 93% Chiíes o Chiítas y un 7% Sunitas.

La ciudad más monumental y turística sigue siendo Isfahan. La he encontrado más moderna y adelantada; está limpia y tiene buenos restaurantes, hoteles y tiendas. Las alfombras persas siguen siendo del interés de los visitantes. En la gigantesca plaza del Imán de esta ciudad, que es el corazón del turismo en Irán, no vi ni un solo extranjero. También hay bonitas miniaturas las que, junto con las alfombras, son objeto de falsificación o imitación.

La ciudades de Kashan y Qom, ésta última lugar de peregrinación islámica, no tienen interés alguno.

El paisaje de Irán es árido, sin arbolado alguno, montañoso y con enormes áreas desérticas de roca. Se ven nieves en las cumbres de las montañas. Teherán está más avanzado y modernizado. Sigue habiendo pobreza en sus barrios. Los vuelos de IranAir van casi vacíos, pues con la guerra de Irak nadie quiere venir por aquí.