Perú(el) 75

Nota : Considere el lector las décadas transcurridas desde que hice el viaje y el consabido deterioro del reportaje fotográfico.

Agosto de 1975

Estaba en el Paraguay cuando decidí visitar el Perú; así que volé desde Asunción a Lima, vía Buenos Aires, en cuyo aeropuerto estuve en tránsito por unas horas.

El Perú, tiene el doble de superficie que España con un 60% de selva. Para mí, la parte más interesante del país es la zona andina donde abundan las montañas de 6.000 metros de altura. Los terremotos son muy frecuentes por aquí, ocasionando terribles destrucciones en las ciudades. Más de la mitad del país forma parte de la cuenca del Amazonas, donde la vegetación es exuberante. Su población ronda los 14 millones. El poder lo ocupa un gobierno militar fascista, con tendencia izquierdista, que se llama a si mismo revolucionario. Algo realmente confuso que no funciona muy bien, según comenta la gente.

Ha habido muy poca inmigración europea, pero si ha habido mucha japonesa y alguna china. También hay indios jíbaros que llevan una vida primitiva y viven en la amazonia, cuya especialidad es el empequeñecer cabezas. Por todas partes se habla el quechua, idioma indígena, pero se ha adaptado a la escritura española por lo que puede escribirse y leerse. Lima, con 2,5 millones, es el centro comercial más importante. Callado es su puerto y está a unos 13 Km de la capital. La agricultura ocupa los 2/3 de una población que no está nada desarrollada o modernizada. Cosechan, entre otros productos autóctonos, la “chinchona” de donde sale la quina.

Junto con la agricultura hay otras riquezas: la plata, el hierro, el cobre, etc. Lima, salvo el Museo del Oro, no ofrece un gran interés turístico; su edificación es pobre y monótona. Destaca, únicamente, la Plaza de Armas de 1650 donde se encuentra el Palacio del Gobierno. Los precios, comparados con los de España y su bajo poder adquisitivo, me permitieron alojarme algunos días en el hotel Lima Sheraton.

Tan pronto pude me desplacé a Cuzco que es la ciudad mas interesante del país. Es realmente única y su destacadísima identidad no es ocultada por la dificultad de su elevada altura: 3.400 m que suele aportar problemas a un apreciable número de visitantes. La gente descansa al llegar o ingiere infusiones para amortiguar el “mal de altura”. Es el corazón del Imperio Inca y resulta imprescindible visitar las fortalezas de Sacsayhuamán y kenko. Todavía existe el misterio: ¿por qué fue construida en tan extraño lugar? ¿Por qué estuvo desaparecida durante cuatro siglos?

El descubrimiento arqueológico más trascendental de Sudamérica ha sido Machu-Picchu que fue descubierta en 1911 por Bingham de la universidad de Yale. Es un lugar que debe visitar todo el mundo. Ninguna descripción, por buena que sea, le hace justicia. Para llegar a visitar esa antigua ciudad hay que tomar obligadamente, un tren en Cuzco pues no existe carretera que te lleve allí. El tren ha de remontar hasta la cota 4.100, a base de subir haciendo muchos zigzags, para luego descender a la cota 2.700 m a la que se encuentra “la ciudad perdida de los Andes”. El recorrido es de gran belleza: montañas, picos andinos nevados, ríos y más ríos, puentes, bosques, etc. Visitando por un par de días Machu-Picchu, la casualidad hizo que conociera a una romántica asturiana y, más tarde, a una limeña…que me supuso saltar por la ventana de su habitación en un hotel de Cuzco.

Regreso a España haciendo una corta escala en Guayaquil, Ecuador, y en Caracas.

Volveré.