Sabino en la PRENSA
"Asturias está en el Polo Norte"
hoy.es Publicado 06.10.2010
«No se puede alargar la vida, pero, viajando, se puede ensanchar. Nadie se arrepiente jamás de haber viajado», dice el asturiano Sabino Antuña. Y sabe de lo que habla, porque ha agotado 27 pasaportes a lo largo de su itinerante biografía. Su pasión por el viaje comenzó de niño, con un trayecto iniciático en tren desde su Gijón natal hasta Pamplona, y le ha llevado por todos los países del mundo y mucho más, aunque parezca un sinsentido: en 2003, el Club Internacional de Grandes Viajeros le otorgó una medalla por ser el primero en completar los 246 territorios contemplados en su lista.
Su web -www.sabinoelviajero.com- es un depósito de experiencias acumuladas desde su juventud, cuando, recién titulado en Ingeniería, se mudó a París. En aquella primera época de descubrimiento de Europa pintó cuadros para venderlos en Montmartre y desguazó submarinos subastados por la Royal Navy británica. Después, a veces por trabajo y a veces por pura pasión, fue explorando los diversos continentes, con particular atención a las islas del Pacífico. También atravesó el Atlántico en yate, emprendió travesías por el Amazonas y el Orinoco y, en 2002, llegó al Polo Norte: «Tomé un folio y sobre él escribí, en grandes letras, 'Asturias'. Me preguntaba: ¿habrá habido, antes que yo, algún otro asturiano que haya pasado por aquí?», recuerda.
En sus viajes ha habido sitio para el placer, para las sorpresas -como cuando descubrió que en Palaos, un archipiélago del Pacífico, era muy común el nombre de Sabino- y también para los reveses: fue encarcelado en un par de ocasiones y detenido como presunto espía en bastantes más. En Libia, por ejemplo, llegó a bordo de un barco destartalado e infestado de cucarachas y le arrestaron por fotografiar el puerto: «Me quitaron la cámara, el carrete, el pasaporte... Pero, finalmente, llegó el día en el que volví a ver a mis cucarachas. Pensé que no las volvería a ver más, ni a ellas ni la inmundicia del barco y su encantadora comida, en este caso pollo frito en aceite rancio de coco», relata. Pero lo malo siempre se queda en anécdota y él prefiere quedarse con lo bueno, con ese festín de paisajes, sabores y aromas que es el mundo.
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VIAJES/EL País / verne 1 AGO 2020 - Isabel Rubio
Españoles que han recorrido medio mundo nos cuentan cómo van a viajar a partir de ahora
Algunos se quedan en casa este verano y otros harán viajes más cortos de lo habitual, pero todos tomarán precauciones
Sabino Antuña: pequeñas excursiones en Asturias
Sabino Antuña, de 83 años, tenía pensado viajar este verano a la isla de Tasmania, en Australia. Pero ha decidido posponer sus planes y quedarse en Asturias, donde solo hará pequeñas excursiones. Aún así, no tiene ninguna intención de parar de viajar. “No pienso moverme menos, pero sí hacerlo a destinos adecuados y con medidas preventivas. En estos días contemplaré alternativas como países europeos con bajos índices de contagios y miraré si en octubre puedo ir a Uruguay, que ha tenido pocos, para visitar amigos en Punta del Este y seguir hacia la Polinesia”, afirma.
Como contó el año pasado a Verne, ha convertido su pasión por viajar en su proyecto de vida. Pero a partir de ahora y hasta que exista una vacuna, elegirá a dónde va fijándose en cada detalle: “El maldito virus, a mí y a todos los viajeros del mundo, nos debe condicionar a la hora de elegir los destinos y los medios de transporte”. Él evitará viajar en cruceros o en autobús e intentará solo montarse en trenes que le permitan reservar un asiento individual. También procurará no pernoctar en escalas intermedias “para evitar algún confinamiento de urgencia o bien hacerlo muy cerca del aeropuerto para poder huir rápidamente”. Además, asegura que no se quitará la mascarilla, se lavará las manos constantemente, exigirá una máxima limpieza en los alojamientos y lavará su ropa a diario.
Antes de comprar cualquier billete, cree recomendable “comprobar si nuestra nacionalidad u origen de procedencia pueden ser rechazados y enterarse bien del nivel de pandemia que atraviesa el país de destino”. Aunque recuerda que los brotes aparecen “donde uno menos se lo espera”. Por ello, aconseja reservar el vuelo a última hora aunque pueda resultar más caro, reservar el alojamiento con posible cancelación hasta 24 horas antes e intentar que el hotel pertenezca a una cadena que esté en varias ciudades, lo que “facilitaría el cambio de hotel sin coste alguno”.
En los cerca de 60 años que lleva viajando por todos los países del mundo, considera que ha pasado por situaciones parecidas. Por ejemplo, ha visitado países “que, lamentablemente, no reúnen ni las más elementales condiciones de higiene”. “Cólera, malaria, dengue… Son solo algunos peligros mortales que requieren cuidados extremos cuando se viaja con frecuencia por los muchos países que lo tienen”, afirma.
El COMERCIO-Gijón 01.04.2002
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El COMERCIO-Gijón-27.08.2003
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