Egipto 91

Noviembre de 1991

Cuando visité Egipto en 1974 lo encontré sucio y atrasado con relación a España. Ahora, tras 17 años, sigo hallándolo igual. Quizás es que también España ha mejorado y la diferencia se mantiene. La población, que cuando vine era de 20 millones, ha pasado a 56 millones.

Donde sí he encontrado un sensible avance ha sido en el desarrollo turístico. Hay muchos más hoteles, restaurantes, templos y museos restaurados

etc. Actualmente recibe unos 3 millones de turistas anuales.

Además de la maravilla que supone contemplar esa arquitectura de hace más de 5.000 años en tan perfecto estado y todo cuanto supone la cultura e­gipcia y la greco-romana juntas (tan majestuosas y mastodónticas), ahora se puede, al mismo tiempo, hacer un crucero remontando el Nilo, cosa que yo hice durante 7 días desde Luxor a Asuán y regreso hasta Dendera. La travesía es muy agradable y tranquila y desde el barco puede verse a los campesinos egipcios labrando sus tierras o cruzarse con embarcaciones de carga, pasaje, vela, etc. Fue en una de estas embarcaciones de vela con la que, en 1974, navegué durante 2 días a lo largo del río. ¡Que tiempos aquellos! Remontar el Nilo supone pasar por delante de muchos pueblecitos, mezquitas y templos de todo tipo.

Asuán es una ciudad muy cambiada y, por supuesto, más moderna y limpia que el resto de Egipto. Volé hacia Abu Simbel y quedé deslumbrado por las dimensiones de este maravilloso templo trasladado piedra a piedra desde el interior del embalse de Asuán.

En El Cairo ha mejorado la limpieza de las calles y jardines. El Museo Egipcio sigue siendo una chapuza pues está lleno de copias de originales que hay en Londres o París. He pasado un día en el Hotel Marriot, especie de palacio oriental de confort asiático.

He comprado algunos papiros, una cabeza de piedra de Tutankamón y chorradas.