Turcas y Caicos 99

Agosto de 1999


Volé a Miami para, desde allí, poder saltar, al día siguiente, a Turcas y Caicos con la compañía American Airlines. Hice noche en el hotel del aeropuerto en el cual había estado en otras ocasiones. Sigue decorado al estilo de Miami: moquetas floreadas, paredes y puertas en suaves tonos pastel, persianas de madera, flores tropicales, aceros inoxidables etc. Hace 14 años que lo inauguraron y siempre lo veo igual, dado el excelente mantenimiento que hacen.

Los americanos siguen poniendo el aire acondicionado muy fuerte y te ves obligado a ponerte un jersey. Igual ocurre con las bebidas, en las que te ponen muchísimo hielo. La gente siguen estando gordísima.

Antes de dormirme puse las noticias de TV y me enteré de que había varios huracanes acercándose a Miami y, concretamente, uno de ellos justo encima de mi destino: las islas de Turcas y Caicos. Los miamenses, según las noticias, estaban aprovisionándose de comida y de tablas para clavar en sus ventanas. “¡Maldita sea mi suerte, dije!” Pues bien, por si las cosas no estuvieran suficientemente complicadas, a las 5 de la madrugada el FBI y la CIA empezaron a llamar a las habitaciones y acabaron deteniendo a unas 50 personas, de las que unas 40 pertenecían a la compañía aérea American Airlines con la que yo tenía que volar. Estaban todos metidos en asuntos de drogas y aprovechaban el equipaje de los pasajeros para entrarla en los EE.UU. Así que por la mañana no había personal suficiente para atender a los aviones y pasajeros.

A las 11 de la mañana el huracán DENNIS estaba exactamente encima de TURCAS y CAICOS y, además, había otros dos más: EMILY y CINDY, que venían avanzando hacia estas islas. La situación no podía ser peor.

Esperé y dudé. La espera se hacía larga pues la compañía aérea no se decidía a volar y tampoco tenía bastante personal. Tras varias horas de demora salimos. En ese momento no sabía si era lo mejor o lo peor. Casi no había pasajeros pues se habían "rajado". Éramos en total: 10 nativos, negros-mulatos, y 2 blancos. Tomé la ventanilla más conveniente para no perderme el "espectáculo" meteorológico. La gente estaba tan nerviosa que se gritaban, unos a otros, de un extremo al otro del avión. Nos hicimos amigos.

La primera parte del vuelo fue muy agradable pues sobrevolamos las islas Bahamas y sus atolones, con los típicos colores: azul turquesa y verde esmeralda. La segunda parte del vuelo fue un infierno: dábamos bandazos en medio de una tormenta de lluvia y relámpagos y sin visibilidad alguna. ¡No sé como se atrevió el piloto! Su frase al entrar en la tormenta fue: “preocúpense de no moverse de sus asientos y de estar bien atados que yo me preocuparé del resto. ¿Les parece un buen acuerdo?”A mi me hizo reír. Creo que todos los pasajeros teníamos el deseo de juntarnos, pero no lo hicimos, así que nos sentíamos solos. Finalmente, y sin visibilidad alguna, aterrizamos en medio de una tempestad de agua, seguramente con el piloto automático.

Del avión a la "caseta-terminal" sólo había 50 metros pero la lluvia era tan fuerte y con tanto viento que, aunque me puse un impermeable, llegué empapado. No recuerdo haber visto nubes tan negras, tan verticales, tan espesas y mezcladas con tanto aparato eléctrico. Nos producían escalofríos.

La policía y los de la aduana de este mini-país fueron amables y simpáticos conmigo. He de decir que TURCAS y CAICOS es una colonia británica autónoma formada por 5 islitas cuya superficie total equivale a un cuadrado de 20 x 20 km. Tiene una población total de 12.000 habitantes de la que un 60% son mestizos y un 40% negros. Su isla capital, Providenciales, tiene 5.000 habitantes y está en el grupo Caicos. La capital oficial es COCKBURN TOWN, de 2.500 habitantes situada en la islita de Grand Turca, donde tienen su parlamento.


El idioma oficial es el inglés, que casi nadie habla bien pues utilizan la lengua criolla. La mayor parte de la población es protestante. Su moneda es el dólar americano. No pueden permitirse tener moneda propia pues no serviría de nada. Sus principales recursos son la pesca, la sal marina y el turismo, que no es mucho. Sólo en una de las islas Caicos hay algo de agricultura: maíz y hortaliza. En las otras, la tierra está muy salinizada dada la poca altura que tienen sobre el mar: no superior a tres metros. Las islas son completamente llanas. Me alojé en un hotelito en el que me obligaron a aceptar el ”todo incluido”. Se comía: langosta, langostinos… y se bebía: vino, champagne, etc. El encargado de la cocina era italiano y hacía muy buena pasta. Recuerdo que mi primera cena la tomé al lado de una ventana y el aparato eléctrico de la tormenta iluminaba la totalidad de la isla.

Las gentes, lentas e indolentes, parecen dulces y honestas. Son muy pobres y trabajan casi por la comida que reciben. Ellas parecen más activas y responsables que ellos. Muchos de ellos son nativos de la República Dominicana. Ellas tienen unos culos gigantescos.


Seguir leyendo

La vegetación no es muy bonita. No hay palmeras ni árboles de gran desarrollo, sólo arbustos. Eso sí, tienen unas playas preciosas, largas, con arena blanca y vírgenes completamente. Sus viviendas son de planta baja y hay muy pocas que tengan dos plantas salvo algún edificio colonial de la época inglesa. Ahora es la temporada baja, pues es la época de los huracanes, y no hay turistas.

Por supuesto conducen por la izquierda, como buena colonia británica. La longitud total de la carretera de todas las islas no llega a 100 km. El número total de turistas al año es de 20.000. La isla de Providenciales, donde se concentra la planta hotelera, unas 10 o 15 unidades, tiene un cierto parecido a la isla Anguila. Durante 2 días no pude hacer fotografías. Finalmente paró de llover y pude hacer algunas aunque no muy buenas.

Adquirí cuatro colecciones completas de monedas de las que se empleaban en esta isla antes de los 80. En mi recorrido pude ver preciosas lagunas de color verde esmeralda salpicadas con diminutas islitas; alrededor de éstas los extranjeros construyen sus casas. Visité la casa de un alemán cuyas vistas eran preciosas.

Pues bien, esto fue todo y sin muchas curiosidades ni anécdotas.