Indonesia-Bali-Lombok 23

Este lugar es uno de los  que he visitado a lo largo de mi Vuelta al Mundo de febrero a abril de 2023

Abril de 2023

 

Llegué a la isla de Lombok por mar, procedente de Darwin, Australia, tras dos días de navegación. No había regresado a esta isla desde octubre de 1998, hace 25 años. Tanto el tráfico como las carreteras siguen estando imposibles. Es una isla de solo 5.000 km² (igual que las Baleares juntas) pero con 3.5 millones de habitantes, lo que la hace intransitable. Para colmo de males, al ser musulmanes (sunitas) y estar en este mes de abril con el ramadán todo va más lento, o simplemente no va. La amenaza de lluvia es constante.

El dólar USA ahora equivale a 15 mil rupias y han llegado a tener mil mezquitas…lo que supone una por cada 3.500 habitantes. Su capital Mataram, que vale muy poco, es prácticamente intransitable y en ella está la que consideran la mejor mezquita-centro islámico de la isla.

Al poco de llegar he sabido que la capital del país, Yakarta, con más de 10 millones de habitantes, se está hundiendo y por ello el año que viene Nusantara será la nueva capital. Con buen tiempo se puede visitar el Templo Hindú Pura Meru de muy poco valor, las playas de Kuta al sur de la isla, o bien las famosas islitas Gili, a las que se accede también desde Bali. Y siempre tienes ahí el empinado volcán activo Rinjani de 3.700 m por si te animas a escalarlo…yo caminé por pequeñas y olvidadas carreteras hablando con los vecinos, gentes del campo, campesinos, al lado del mar…fue muy agradable.

Pasé a la isla de Bali en la que había estado unas 4 veces desde los años 70. El paso del tiempo, el enorme aumento de su población y el incremento del turismo han ido deteriorando la autenticidad y el encanto de Bali y los balineses…para los que tuvimos la suerte de visitar la isla hace 50 años, hacerlo ahora supone, de alguna forma, deteriorar el recuerdo de aquella dulce, hospitalaria, económica y virgen isla budista que nos enamoraba a todos. Un hinduismo con influencias budistas es la religión predominante en la isla con un 84% de creyentes. Ahora el islam está penetrado en la isla y ya se oyen las llamadas a la oración.

La población, que ha pasado a ser nada menos que de 4,5 millones, habita en una superficie inferior a la de las islas Baleares en las que la población es una cuarta parte de la que tiene Bali. Por tanto, ahora todo resulta algo agobiante. Las calles siguen siendo muy agradables, adornadas con sus decoraciones y esculturas relativas al budismo. Contrariamente los tramos de autopista que han construido últimamente son totalmente fríos y sin decoración alguna.

Bali sigue siendo una isla de gente más bien baja, pero con escalones extremadamente altos. No me refiero solo a las escaleras, no, me refiero a un simple bordillo que has de bajar o subir al cruzar una calle…necesitas una escalera para subir o bajar una acera.

Esta vez me negué a visitar las preciosas terrazas de arrozales, al igual que tampoco quise presenciar sus amorosos bailes, ni tampoco entrar en sus templos, con o sin monos. El enorme acoso de los miles de turistas y de los miles de vendedores ambulantes te quita las ganas de todo. Pasé más tiempo disfrutando de su naturaleza, de pasear por calles y caminos, de sus playas, su vegetación tropical, etc. La vida en la isla sigue siendo muy económica, la gente muy agradable y el nivel de seguridad alto.

No me extrañaría nada que volviera nuevamente a esta preciosa isla por encontrármela de camino hacia otro destino turístico en este océano Índico.