Reunión(la) 90

Agosto de 1990


ISLA REUNIÓN

Más que una isla parece una montaña en medio del mar. Las carreteras son tan montañosas y pronunciadas que en lugar de llevar el coche hay que llevar el equipo de alpinismo. Mi estancia fue corta e improductiva, pues la lluvia no cesó de caer desde la llegada al aeropuerto hasta la salida por el mismo hacia Isla Mauricio, tras largas horas de espera. Los franceses que habitan en La Reunión, (isla que supone tierra tan francesa como París), son más amables que los que ocupan la Francia continental, aunque no tremendamente hospitalarios con el turista, pues no parece importarles mucho el turismo.

La comida es, sin lugar a dudas, la mejor de toda esta parte del Indico (buen pan, buena mantequilla y carnes) y la limpieza de hoteles y restaurantes es muy aceptable.

Como ahora el franco no está muy caro casi todo resulta más económico que en casa. El nivel de vida es mas alto que en las demás islas de los alrededores. La Reunión es una isla más bien sosa que, aun estando en el trópico, no tiene vegetación tropical ni árboles. Produce caña de azúcar y vainilla. Por todo ello los habitantes de aquí pasan sus vacaciones en Isla Mauricio.

La superficie de La Reunión (antiguo lugar de deportación) es un 20% inferior a Mallorca y tiene una población de unos 600.000 habitantes de la que un 75% es de origen africano y el resto blancos europeos.

Como anécdotas recuerdo los problemas de mi compañera Margaret con la Policía del aeropuerto y la puerta de una avioneta destartalada que yo sujetaba para que no se abriera en pleno vuelo.