Madagascar 97

Abril de 1997

Madagascar es una isla alargada con una superficie un 20% superior a España y con una población de unos 12 millones de habitantes. Al estar situada entre los paralelos 20 y 25 Sur, su clima es tropical con grandes lluvias, aunque fresco en el altiplano del centro de la isla.

Lo más interesante es su biodiversidad. De su flora puede decirse: que de las 10.000 especies de ­plantas con flores que existen en el mundo, 8.500 de ellas están confinadas en Madagascar; que tiene mas de 1.000 especies de orquídeas; que tiene los famosos árboles Baobabs; plantas salvajes de café; muchas plantas medicinales, etc. Todas ellas endémicas. En cuanto a la fauna tiene: 5 familias de aves endémicas, 9 especies de lémures, varias especies de camaleo­nes, todos los Tenrécidos…etc. Todos ellos endémicos como el famoso pájaro elefante, Aepyornis maximus, ya extinguido. Se cree que la isla estuvo unida a la parte continental de África hace unos 160 millones de años, durante la época de los dinosaurios, y que desde su separación, su flora y su fauna han evolucionado por cami­nos distintos.

La capital Antananarivo, carece de interés para el visitante. Quizás el parque zoológico sea lo único que vale la pena dada la existencia de algunas especies, comentadas en el párrafo anterior, aunque está muy sucio y abandonado. La ciudad tiene una población de 1,5 millones y está formada por cientos ­de colinas. Es pobre, sucia y maloliente. Tiene fama la Zoma, enorme mercado de los viernes que se hace justo en medio de la ciudad pero con poco interés para el visitante europeo. Estuve hospedado en el hotel más popular llamado COLBERT, vieja gloria colonial, en el que la comida era muy buena. Había siempre prostitutas negras jovencitas por todas partes y resultaba un poco chocante ya que comían y cena­ban con su "cliente" junto con los demás huéspedes.

Por lo que respecta a la comida, al igual que los in­donesios, toman arroz 3 veces al día, lo que supone su principal sustento. La carne es un lujo y lo que hacen es comer mucho pes­cado de río o de charca de arrozal, que ellos mismos crían; por tanto comen carpas así como pollo y mandioca para completar su escasa alimen­tación.

La esperanza de vida de los malgaches es de 50-55 años. Las repetidas mala­rias que sufren acortan sensiblemente su vida. Cocinan con aceite de soja, tienen buen maíz, buena vainilla y un solomillo de cebú bastante bueno. El marisco tiene poco sabor. El plato nacional es el KOBA, compuesto de arroz, plátano y cacahuete envuelto en hojas de banano formando un rollo. También es típico el pollo con coco fresco.

Los malgaches son pobres, muy pobres. La renta per cápita es sensiblemente inferior a la de la India: 150 Euros.Todo es muy barato para nosotros, pues un trabajador cobra 45 Euros al mes y un Director de empresa 180.

Lo más destacable de Madagascar puede que sea la mezcla de los grupos étnicos que componen su población: negros de África continental, indonesios, hindúes, filipinos, chinos, malasios, etc. Lo cierto es que la gente no resulta “muy atractiva”. Los hombres, sobre todo, resultan “muy feos”. Sorprende ver una persona negra con claros rasgos orientales. Hay algunas negras, puras, que pueden resultar atractivas. En su día se inventó un idioma que los uniera a todos: el malgache.

Ahora todos hablan el mismo idio­ma. No se observan diferencias entre ellos, aún cuando los hindúes, o mas bien indostaníes, son los que tienen las tiendas; los chinos los restaurantes y los indonesios otros pequeños negocios, etc. Los negros afri­canos, que tienen un “nivel intelectual” muy bajo, son la mano de obra barata y los que hacen los trabajos duros.

En el tema religioso, al igual que ocurre en otros países tercermundistas, se mezcla lo pagano con lo cristiano. Son, teóri­camente, católicos, protestantes y animistas pero, por encima de todo, son paganos. La mayor de sus fiestas consiste en desenterrar a sus muertos, que han sido embalsamados, y hacer danzas macabras con ellos. Algo parecido ocurre en el tema de la medicina.

No he podido ver ni siquiera una sola de las miles de plantas endémicas en flor, ya estábamos en otoño y no brotaba ninguna. Es como ir a Holanda a ver tulipanes en el mes equivocado. Muchos de los bosques han sido talados y quemados para hacer carbón de leña que emplean para cocinar y calentarse.

Apenas hay turismo: algunos franceses, italianos y americanos pero escasísimos españoles; la mayoría de ellos botánicos, ornitólogos etc.

Madagascar es un país muy montañoso. Hasta el propio altiplano esta lleno de colinas. Hay pocas zonas llanas, salvo la zona oeste. En toda vaguada o pequeño valle siempre hay arrozales que con sus verdes de distintas tonalidades, decoran un paisaje no muy frondoso. La tierra de las colinas y también las de labor son rojizas, formadas por una arcilla impermeable en la que apenas crece una suave hierba tras varios meses de lluvia.

Son muy pocas las carreteras asfal­tadas las cuales han sido construidas por alguna empresa extran­jera y dentro de los planes de ayuda a los países subdesarrollados.

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Los autobuses que las transitan van tan abarrotados de pasajeros que hasta, en una ocasión, vi como una se­ñora se caía por la ventana de uno de ellos. Los escasos coches que tienen son bastante buenos y están en buenas condiciones. No hay motos ni bicicletas, dado lo accidenta­do del terreno. El combustible que emplean es gasolina de bajísi­mos octanos y produce un humo y un olor insoportables.

Las casas de los campesinos, construidas con arcilla o barro de color rojo y de un diseño naif, conforman, jun­to con los arrozales y el cielo azul, un paisaje muy bello. Las paredes van reforzadas interiormen­te con troncos o ramas delgados. El país es tan pobre que hay un 75% de la pobla­ción dedicado a la agricultura. Su nivel de analfabetismo es solo de un 20% y se debe a la influencia del sistema comunista anterior al año 1.992, fecha en la que comienza un sistema democrático. Dejó de ser colonia francesa allá por el año 1.960, más o menos cuando Argelia dejó de serlo. Exporta: sisal, copra, miel, pescado, palisandro y ébano.

Hay que decir que la naturaleza no "luce" en Madagascar co­mo ocurre en Kenia, Tanzania, Botsuana, etc., pues aun cuando tenga mas especies animales y vegetales que en los mencionados países, en ésta isla hay que buscarlo todo pues no está a la vista y, en ocasiones, hay que entrar en reservas privadas para ver determinados pájaros, lémures, orquídeas, cactus, etc.

Desde la agotadora ciudad de "TANA", digo agotadora porque todo es cuesta arriba, me dirigí hacia el este por la carretera que va al puerto de TOAMASINA para visitar la zona protegida de Perinet, cerca del pueblo de Moramanga en el que, por casualidad, vi pasar al Presidente del país. En esta zona pude ver al lémur marrón, el lémur Indri, por cierto "monísimo" pues parece un panda o koala. Los Indris son los mayores lémures y llegan a medir 1,20 m. Además de estos animales, durante el recorrido por el sur, Port Dauphin y la reserva de Berenty, vi los animales y las plantas endémicas siguientes:

PÁJAROS

COUA GIGANTE, COUA CRESTADO, COUA AZUL, LAVAND: VIENTRE AMARILLO, JERY COMÚN, MARTÍN PESC: MADAG., CUCURROLE, FOUDI, HALCON DE MAD., ZAPILLIN DE MADAG., SUIMANGA, MILANO NEGRO, TÓRTOLA DE MADAG., ALCON PIZARROSO, CERNÍCALO DE MADAG., ABEJARUCO DE MADAG., ARANGO, PAPAMOSCAS, DIAL DE MADAG., CUERVO PÍO, VASA-PARROT, ZORRO VOLADOR, BULBU DE MADAG.,GARCETA GRAN DE MADAG.

OTROS ANIMALES ENDÉMICOS

CAMALEÓN PANTERA, CAMALEÓN VIACRUCIS, CAMALEÓN DE PARSON, MAKI-LEMUR CATTA, SIFAKA VERREAUX, SPORTIF LEMUR, NOC. LEMUR FULVUS RUFUS.

ESPORTIF LEMUR, NOC., TERNECIDOS, MAGOSTAS Y AYE-AYE en zoológico.

PLANTAS ENDÉMICAS

DIDIEREACEAE, OREJAS ELEFANTE, ORQUÍDEAS, BAOBABS, CARNÍVORAS, SISAL, PALMERA TRIANGULAR…

COMENTARIOS: El haber podido compartir este viaje con mi amigo Pere Garcias, Biólogo y experto conocedor de la naturaleza, ha dado una mayor profundidad a mi observación de la flora y de la fauna.

Mis fotografías recogen las particularidades del país que más me gustan, pero pueden engañar en cuanto a que hay zonas se­cas, gentes menos atractivas, viviendas peores, etc. que no se ven retratadas.

En el aeropuerto de Fort Dauphin observé cómo una ru­bia nórdica, de unos 50 años, se achuchaba con un joven negro de unos 20 años. La misma escena que en el hotel con las "putitas" negras pero al revés. Ahora me resultó más chocante.

Es lamentable, sea cual sea el motivo, que haya tan po­ca vegetación en Madagascar, cuando la lluvia anual de algunas zo­nas es 3 veces superior a la de Santiago de Compostela, lugar de España donde mas llueve. Lo que más color verde aporta al paisaje son los campos de arroz.