Sicilia 06

En un principio no era mi intención incluir en “sabinoelviajero.com” los pequeños viajes hechos por España y por los países europeos más conocidos, dado que estos están a la altura de cualquier viajero. Me decidió, el hecho de pensar que alguna fotografía pudiera ser un documento de interés para algún seguidor de la web.

Año 2006

Había estado en Sicilia muchos años atrás. Los datos de que disponía de aquel viaje, en el que no hice fotografía alguna, eran ya difusos debido al paso de los años y, para colmo, el reportaje fotográfico se vio dañado y he tenido que utilizar el de mi compañera de viaje. Había decidido volver y dar la vuelta a esta isla, quizás la segunda por tamaño del Mediterráneo, para ver los maravillosos restos de tantas y tantas culturas y pueblos que por allí pasaron. Es posible que sea la isla más completa en cuanto a civilizaciones y culturas a las que se ha visto sometida. No le han bastado las que otras islas vecinas han tenido. No. Hasta los normandos, a principios del XII, sentaron allí plaza. Cada cultura ha dejado su sello en forma de castillo, fortaleza, palacio, teatro, anfiteatro, etc. etc.

Lamentablemente en algo, no tan bueno, gana Sicilia y los sicilianos al resto de las islas mediterráneas: en suciedad. Quizás, el siciliano, no quiera pagar los impuestos necesarios para que su isla esté limpia pero, lo cierto es que las ortigas crecen en las aceras, los solares sin construir de la ciudad están mal cerrados y las zarzas salen a la calle…Parece un deporte nacional tirar TODO a la calle; así que en ella te encuentras cualquier cosa. Un día iba yo paseando por el centro de una de sus ciudades y de una tienda salió disparada una caja de zapatos vacía. Pues si, el propio dependiente la había lanzado. Y así todo, la calle es el gran basurero.

Por otra parte he de decir que el siciliano ha sido muy obediente en cuanto al seguimiento de las normas sobre la prohibición de fumar en lugares públicos. Han dado ejemplo y no se han inventado trucos como hemos hecho los españoles. En cualquier caso, la cortísima distancia entre la isla y la costa africana ha originado “brisas” de abandono, olores y desorden…, en fin, todo se contagia.

Hay pocos restos maravillosos pero si muchos buenos. De momento recuerdo un precioso paraje, al noreste de la isla, en cuyo centro aparece el distinguido templo inacabado de Segesta. Griego y con columnas dóricas, es un verdadero ejemplo de la delicadeza y armonía que siempre han caracterizado a las construcciones griegas.

Y hablando de los griegos, muy cerca de Palermo, construyeron también un Teatro de buenas dimensiones a base de picar la ladera rocosa de una colina y darle, al mismo tiempo, la forma propia de los escalones. Se encuentra en buenísimas condiciones y da la impresión de no haber sido restaurado para nada.

Cerca, prácticamente al lado, los romanos compitieron con los griegos haciendo un anfiteatro, por supuesto elevado sobre el terreno, que es más grande pero con menos encanto. Siempre han sido así sus construcciones. También es visita obligada. Y más obligada aún la de la Villa Romana del Casale, en Piazza Armerina, que es una enorme residencia llena de preciosos y delicados mosaicos inspirados en la mitología griega; por cierto, patrimonio de la humanidad.

Obligada es también la visita al pueblo medieval de Taormina, turístico y caro, al de Cefalú, no muy lejos de Palermo, con un precioso casco antiguo, y ya no digamos el duomo barroco, catedral, de Catania, también Patrimonio de la Humanidad. Si además visitas el Etna y cruzas el estrecho de Mesina para visitar el maravilloso museo de Calabria, en el que se contemplan 2 bellas esculturas de bronce de sendos atletas griegos, entonces ya casi tienes en el bolsillo lo mejor de tu viaje a Sicilia. Ahora ya solo te queda volver…