Croacia 12

En un principio no era mi intención incluir en “sabinoelviajero.com” los pequeños viajes hechos por España y por los países europeos más conocidos dado que estos están a la altura de cualquier viajero. Me decidió, el hecho de pensar que alguna fotografía pudiera ser un documento de interés para algún seguidor de la web.

Septiembre de 2012

Había estado en Zagreb en los años 70, cuando Tito regía Yugoslavia con mano férrea. Aunque volví y volví a Croacia, no había vuelto a visitar la Zagreb moderna. Así que, en esta ocasión, aproveché que viajaba con coche por países limítrofes para entrar a disfrutarla. Quedé sorprendido al comprobar que ya nada recordaba de aquellos años y de que la ciudad estuviera tan moderna y que su centro histórico, sus plazas, iglesias, catedral, etc. estuvieran tan bien restaurados y cuidados. Fue un placer.

Sus modernos y largos tranvías, el barrio de Kaptol, la ambientada calle de Tkalciceva, el palacio presidencial, la Torre Kula, la gigantesca plaza de Monet, la iglesia de San Marcos, plaza del mercado, de las flores, murallas y alrededores, muchos museos, muchas galerías de arte, su bellísima Catedral…interminable. Puede uno pasar varios días disfrutando del ambiente, de las terrazas, de las plazas y mercados, de los turistas que callejean…Grandes edificios clásicos o neoclásicos, de finales del XIX, han sido convertidos en importantes hoteles de lujo o en museos o galerías de arte que añaden a la ciudad una muestra de su glorioso pasado.

Ahora, este pequeño país del tamaño de Aragón y una población de 4,5 millones espera a las puertas de la Unión Europea. Entretanto recibe mucho turismo en la capital y en su costa adriática que le ayuda en su balanza de pagos. Con su kuna como moneda, una renta de 14 mil dólares y un paro del 14% va arreglándoselas en esta época de crisis, exportando algo de petróleo y gas a sus vecinos, y con su pequeña industria química y de electrónica. Todos son croatas, salvo un 4% de serbios, y su único idioma es el croata y su única religión es la católica, salvo un puñado de musulmanes y ortodoxos.

Decidí continuar hacia el sur y me desplacé hasta Rijeka. Al llegar me di cuenta de su carencia de valor y continué por la vieja carretera que va hasta Pula, ciudad costera situada en la punta de la península croata que entra en el Adriático. Nuevamente encontré una ciudad abandonada, nada interesante, así que tras pasar por correos para pagar una multa de aparcamiento que me habían puesto en Zagreb, me alojé en un destartalado hotel situado al lado de la Marina, llamado Corvina, que no recomendaría ni a mi peor enemigo y de madrugada salí zumbando por la carretera que bordea la citada península en dirección a Trieste, Italia. Los pueblos por los que fui pasando tampoco tenían valor alguno.

Moraleja: en Croacia no olvides visitar Zagreb…pero no pierdas el tiempo por los alrededores del norte del país…sal zumbando hacia el sur: Split, Dubrovnik, etc.