Sevilla 13

Fin de Año 2013

Qué decir de Sevilla: “qué es una maravilla”. Nada nuevo podría añadir a las opiniones de los demás andaluces, de los demás españoles, de los millones de turistas que aquí llegan, constantemente, desde todos los rincones del mundo.

Disfruté, como no cabría otra cosa, de la amabilidad de los sevillanos, de su cuidado centro histórico, de esa enorme y bellísima Catedral con su erguida Giralda, de su Macarena (la virgen más piropeada del mundo mundial), del barrio de Sta. Cruz, en donde me alojé, de su emblemática Torre del Oro, de su no menos famosa Plaza de La Maestranza, que visité junto con su museo, de la representativa y maravillosa Plaza de España, con sus bellos alicatados, edificios, canales, puentes…

No debo dejar a un lado el magnífico Guadalquivir, unido a la historia de la ciudad, la Cartuja, la plaza de La Encarnación con su original arquitectura moderna a la que los sevillanos llaman “setas”…el antiguo y famoso barrio de Triana, con sabor auténtico a tradición y costumbrismo, la iglesia de Santa María La Blanca, la iluminación navideña de las calles o del Ayuntamiento (que se completa con proyecciones sobre su fachada)…hasta el grafiti adquiere belleza en la ciudad.

Algo ha sido un verdadero timo: los conocidos autobuses turísticos de dos pisos y de color rojo (city tour-turistic bus), que tanto abundan en las ciudades europeas, no tienen las paradas señalizadas en las calles pues, al parecer, no están autorizados por el ayuntamiento. Así que no hay forma de saber donde paran; por otra parte las paradas son muy largas ya que se dedican a recoger gente de entre los turistas que pasan por allí. Resultado: indignación y 17 euros tirados por cada uno de los visitantes que “picamos”.

He estado varias veces en esta ciudad; una de ellas fue, por supuesto, en la EXPO 92. Los sevillanos son muy alegres y es, precisamente, con gente alegre con la que uno debe pasar la Nochevieja…¡Feliz 2014!

Aunque estoy seguro de que todos habéis estado ya en Sevilla, creo que siempre viene bien volver a pasar unos días en ella, animaros que lo pasareis muy bien.

Hasta otra.