Bahréin 10

Marzo de 2010

Pequeña monarquía en un archipiélago del tamaño de Menorca, pero con una población de 1 millón de habitantes. El archipiélago tiene 33 islitas y no llueve para nada.

Su capital, Manama, tiene unos 200 mil. Su moneda, el dinar de Bahréin, equivale a 1,9 euros. Una vez más, una monarquía hereditaria en la que un emir se autoproclama rey. Al igual que en Qatar y otros países del golfo, Bahrein ha sido un protectorado británico hasta que le fue otorgada la independencia, allá por el 1971.

No existen partidos políticos y el sistema judicial se basa en la ley coránica. En estos países está en vigor la pena de muerte.Chiítas un 60%, sunitas un 20%, cristianos y otros un 20%. A pesar de su riqueza natural, petróleo y gas, la renta per cápita es de 27 mil dólares, más baja que en España. Un 70% son árabes y un 30% asiáticos.

El país está siendo utilizado como paraíso fiscal, al tiempo que tiene un 12% de analfabetismo.




No han cambiado mucho las cosas por aquí desde mi última visita: sigue siendo interesante visitar la famosa autopista que la une con Arabia Saudita, su mezquita y un pueblecito al lado del mar, en el que hacen manualidades al estilo antiguo.

La edificación ha seguido proliferando y siempre con el característico estilo occidental. Los nativos apenas llegan al 20% de la población. Un 93% del agua que utilizan proviene del mar, una vez potabilizada. La lluvia anual no pasa de 5 litros.