Chipre 14

Diciembre de 2014

La última vez que estuve en Chipre fue en el año 1995, había todavía un gran malestar entre las dos nacionalidades que comparten la isla: aquellos de origen greco-chipriota y aquellos de origen turco-chipriota. El paso de la frontera entre ambos era más serio y complicado. Los odios desde el 74, año de la invasión turca, no habían mermado mucho, y los muertos eran todavía recientes…El Chipre que yo visité por primera vez en 1973 ya resulta irreconocible; a partir de entonces los continuos y belicosos problemas de Oriente medio han ido trayendo aquí los capitales árabes y libaneses además de los capitales rusos “fugados”…así que poco a poco el país ha ido medrando hasta tener, durante unas décadas, una de las divisas más fuertes de Europa.

A pesar de su independencia como nación, no ha dejado de ser totalmente independiente de Grecia por lo que a la banca y a las importantes empresas se refiere. Por ello cuando llegó la enorme crisis financiera de Grecia, en la que Chipre tenía muchos títulos, acusó el golpe y tuvo que solicitar ayuda de emergencia debido a su gran endeudamiento; ello supuso el sensible recorte de todos los depósitos bancarios del país, lo que conllevó fuga de capitales y aumento del paro. Pasada esta difícil situación se han ido recuperando, poco a poco, tanto su PIB como su credibilidad. Millares de rusos llevaban varios lustros trayéndose aquí sus dineros…Entró en la Comunidad Europea en 2004 y más tarde en el grupo de los países del euro lo que atrajo, aún más, al capital ruso.

El haber sido, hace décadas, una colonia británica, le ha valido para estar en la Commonwealth. Aquí siempre hay presente una misión de la ONU debido al conflicto que existió y, por otra parte, los británicos tienen 2 bases militares.

La superficie de la República de Chipre, no la de la isla pues, de ella, hay que deducir el territorio de la República Turca del Norte de Chipre, se acerca a los 6.000 km2, lo que equivale, aproximadamente, al doble de la que tiene la isla de Mallorca; y en cuanto a la población ronda los 850 mil habitantes, también sin incluir la del territorio turco. La capital Nicosia tiene unos 55 mil habitantes y, una vez más, no contando la población de la parte de la ciudad que pertenece a la República Turca.

Las diferencias y enfrentamientos civiles y militares entre los greco-chipriotas y los turco-chipriotas, ayudados por Grecia y Turquía respectivamente, fueron muy graves y sanguinarios. Finalmente, y tras firmar la paz, nada menos que unos 180 mil habitantes de origen griego tuvieron que desplazarse hacia el sur de la isla mientras que, unos 50 mil de origen turco debieron desplazarse hacia el norte donde quedó establecida la República Turca del Norte de Chipre que comprendía, también, una parte de la capital llamada Nicosia. Ambas lenguas, griego y turco, son oficiales; también se habla mucho inglés.

En el Estado de Chipre hay un 80% de chipriotas, un 4% de griegos, un 3% de ingleses, y el resto son rumanos, búlgaros, filipinos…En cuanto a religión un 95% son ortodoxos, solo un 1,5% son católicos y el resto son musulmanes y católicos maronitas. Su renta por habitante pasó de 16 mil dólares en mi visita del año 95 a 26 mil en la actualidad. España, como referencia, tiene 30 mil dólares. La inflación ronda el 3% y el paro oficial es del 12%, en la mujer el paro alcanza el 45%.

Tienen mucho mármol, hierro y turismo. Es éste último el que más riqueza origina. Por otra parte, ofrecen una legislación fiscal muy interesante para atraer grandes capitales. Los puertos importantes son los de Larnaca y Limassol. No hay analfabetismo, (en España un 2,5%), y tienen 2,8 médicos por cada mil habitantes mientras que en España hay 4,5.

Los años durante los que fueron una colonia británica han dejado restos de cierta importancia en la población como, por ejemplo, la conducción por la izquierda, algunas comidas, el inglés como segunda lengua, etc. Ellos, por su cuenta, tienen otras influencias importantes como las de Grecia y su idioma, como las que provienen de los países de Oriente Medio, como sus buenos yogures y quesos, sus dulces granadas, etc.

Además el insuficiente mantenimiento de sus instalaciones y construcciones, como ocurre con los jardines mal cuidados, o con las aceras mal acabadas o repuestas con baldosas de distintos tipos, o los firmes agrietados de las carreteras, o los puentes y sus barandillas oxidadas…en fin, así es el Oriente Medio y así es también la isla de Sicilia…y no pasa nada. El paisaje es bastante árido o, quizás, muy árido, tiene mucho matorral, bosque bajo, pinos, cipreses, olivos, eucaliptos y, en las montañas, amplios campos de viñedo que producen vinos con bastante alcohol entre los que hay algunos blancos afrutados muy agradables. Quizás la zona vinícola más apreciada es la de los montes Troodos, frente a Limassol. Los viñedos suelen estar en montañas y a media ladera.

El burro, especie de animal emblemático, tiene la simpatía de la gente. Hasta aparece en sus postales. Les recuerda los tiempos de sus padres y abuelos en el campo cuando no solo se empleaban para desplazarse o poner carga sobre ellos sino para labrar, con arado romano, los huertos y viñedos de aquella sociedad agrícola de secano. Hablé con un greco-chipriota quien me puso al corriente de lo interesantes y “amados” que eran los burros hasta el punto de que el estado tiene programas de ayuda para ellos y, algo parecido, ocurre también con las cabras montesas las que, al parecer, son también muy emblemáticas pero, inevitablemente, poco a poco van desapareciendo. Viajé por las montañas del área de Larnaca y estribaciones de los Troodos, recorriendo sus pequeños pueblos de casas de piedra, sus campos de olivos, sus enormes viñedos, etc. Así que visité pueblos como Scarinou, Lefkara alta y baja, Vavatsinia, Vavla, Lagela, etc.

Me pilló durante el recorrido una gran tormenta y, puesto que ninguno de los pueblos tiene red de pluviales, las calles se convirtieron en auténticos ríos. Algunos de ellos tienen las calles llenas de plantas de flores y lo hacen con el fin de resultar más atractivos a los visitantes. Creo que fue en Lefkara donde su iglesia, ortodoxa por supuesto, llamada de la Cruz Sagrada, tenía un precioso y muy trabajado retablo.

Las tierras de la isla están principalmente formadas por limos, calizas, margas etc. y se descomponen bastante con la lluvia pues el limo es muy higroscópico. Esto trae consigo que, en los taludes de las carreteras de montaña, las tierras se desprendan con facilidad y bajen hasta el arcén. En general el paisaje del campo es tremendamente aburrido, monótono y sin color.

Su capital Nicosia, rodeada por una muralla medieval de 6 metros de altura y de planta circular, está dividida en dos mitades ya que es capital, también, de la República Turca del Norte de Chipre. Así que isla y capital están divididas, prácticamente, en dos mitades desde el año 1974. La capital en sí no vale casi nada; es quizás la ciudad más pequeña y con menos gracia de la isla. Aparte de la muralla, el resto no tiene valor aparente salvo un par de museos muy interesantes y que son el de arqueología y el bizantino. La muralla la están dejando al descubierto para lucirla ante los visitantes. Su arquitectura vale poco o nada, y ha sido el resto del país el que ha avanzado más en los últimos años. Por supuesto pasé a visitar la parte turca de la ciudad y atravesé la correspondiente frontera.

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Visité nuevamente sus ciudades importantes. En el 95 lo hice a través de sus estrechas carreteras pero ahora, tras pasar veinte años, la Unión Europea les ha proporcionado una autovía de norte a sur. Así que me encontré con una nueva Larnaca, más cuidada, con un puerto nuevo, una marina de yates, una playa con su orilla bien ordenada, la iglesia ortodoxa de San Lázaro más arreglada, un acueducto que sigue sin valer nada y un interesante lago salado que continua con sus miles de atractivos flamencos rosa. La legendaria Pafos en la que, según la mitología griega, nació la irresistible Afrodita surgiendo de la espuma de las olas, tiene un interesante parque arqueológico lleno de piezas de gran interés como su Odeón, sus templos y sus mosaicos. En la ciudad, propiamente dicha, hay tres importantes iglesias (católica, ortodoxa y anglicana) de apreciable valor. En las afueras de la ciudad hay hermosos valles cuajados de olivos. Es una visita obligada. También visité la ciudad turística por excelencia, Limassol, que es la mayor de todas las ciudades con unos 170 mil habitantes. Unos 18 kilómetros de playa, aunque a veces su anchura no supera los 3 metros, discurren paralelamente a una avenida llena de hoteles…¡miles de hoteles! Tiene arquitectura moderna, tiendas caras frecuentadas por los ricos rusos que abundan por aquí, una preciosa catedral, un castillo medieval de poco valor…y, en fin, que se entretiene uno caminando por las calles o recorriendo la marina llena de lujosos yates o bien su pequeño puerto con cientos de diminutos barcos dotados todos ellos, curiosamente, del mismo equipamiento de pesca.

OTROS COMENTARIOS:

Se come muy bien en una pequeña pizzería de Nicosia, llamada Jenny´s, situada al lado de la calle Lidras o Ledra (la peatonal que conduce a la frontera con la Nicosia turca) y que tiene un horno de leña que cuece muy bien la pasta.

Quizás los vinos más agradables o menos fuertes sean los de Commandaria, de los que yo tomaba en las comidas un blanco afrutado y suave que entraba.

Al igual que hacen los italianos, los chipriotas saben poner el aceite de oliva en recipientes de diseño o en latas muy monas de medio litro, y así la venden a precio mucho más alto que en España. Nosotros vendemos la mayor parte de la cosecha de aceite en baratas y feas botellas de plástico común, sin diseño lo que, aparentemente, abarata el contenido por muy virgen que se diga que es. Hay a la venta mucha aceituna negra y con ellas hacen tartas y panes de todo tipo. En el comercio se venden muchos aceites con sabores añadidos de todo tipo.

Hay zonas aisladas con hermosos huertos de naranjos, pomelos, granados, etc. y siempre con cipreses por todas partes. Me sorprendió no haber visto almendros, lo que me hizo pensar que deben de tener largas sequías pues se trata de un árbol que no aguanta más de 4 meses sin lluvia. Más duros son el algarrobo, la higuera y el olivo, los que aguantan mejor el largo verano mediterráneo y por eso abundan bastante.

La comida, en general, la ropa y también la gasolina, tienen precios similares a los de España.

Las gentes, además de no ir ni bien vestidos ni bien arreglados, ni afeitados adecuadamente, son algo violentos. Tuve un altercado con un taxista que quiso abusar del precio de su servicio, (no tienen ni taxímetro ni lista oficial de precios) lo que resultó muy desagradable. Ocurrió en Pafos a las 3.30 de la tarde del domingo 14 de diciembre y su número de matrícula era KVK 972. Acompañó la fotografía de su coche. La violencia de los chipriotas queda palpable en las continuas peleas en los estadios de fútbol.

Chipre es un país lleno de gatos; se los encuentra uno por todas partes. Por otra parte me ha resultado muy extraño no haberme tropezado con los famosos popes de la iglesia ortodoxa; quizás han decidido dejar a un lado su clásica vestimenta.

Es habitual ver sobre los tejados de los edificios y de las viviendas unifamiliares las consabidas placas solares acompañadas de los correspondientes depósitos de agua caliente. Es muy cierto que ello supone un sensible ahorro energético pero, no es menos cierto que afea, considerablemente, la fachada o vista del edificio.

Desde este país pasé a visitar su vecino: República Turca del Norte de Chipre. Lo hice pasando por Pyla, no lejos de Larnaca, para después remontar hasta Pergamos, lugar donde está la poco frecuentada frontera. Resultó ser una interesante experiencia.

Puede que hasta otra.