Berlín 95

En un principio no era mi intención incluir en “sabinoelviajero.com” los pequeños viajes hechos por España y por los países europeos más conocidos, dado que estos están a la altura de cualquier viajero.Me decidió, el hecho de pensar que alguna fotografía pudiera ser un documento de interés para algún seguidor de la web.

Junio de 1995

Por cuestiones de trabajo me encontraba en Magdeburg, a unos 150 Km de Berlín, soportando la lluvia y el frío, probables en cualquier época del año en Alemania, cuando decidí dar el salto a esa ciudad, ya que en el interior de sus maravillosos museos este clima se soporta mejor.

Visité, nuevamente, los interesantes museos de Pérgamon y Egipcio y aprovechando que milagrosamente salió el sol por un par de horas recorrí la zona monumental y, por supuesto, el enorme “paquete” escultural que han hecho los conocidos Christo y J. Claud con el Parlamento Reichstag y que, por cierto, resulta algo "interesante" y “diferente". Se han empleado 100.000 m2 de tela de aluminio con un presupuesto de 120 millones de pesetas (721.214 €). En estos días no se habla de otra cosa en Alemania.

Había estado anteriormente en Berlín en dos ocasiones: una en un verano de los 60 y otra en unas navidades de los 80. En los tres casos el tiempo ha sido horrible. Recuerdo que la última vez nevaba copiosamente mientras que la gente me tiraba petardos continuamente. Se trata de una costumbre navideña de los berlineses tan arraigada que, hasta estando en el interior de un restaurante celebrando la Nochevieja, tuve que soportar los petardos debajo de mi mesa.

En las otras visitas anteriores estaba el maldito "muro". La última vez que lo crucé fue para visitar Alemania del Este y después Polonia. ¡Qué frio pasé! La policía no podía creer que quisiera hacer turismo. No vi ni un solo turista. El Berlín de ahora, sin muro, parece menos atractivo: no hay rusos “malos”, no hay por que manifestarse…etc. Ahora solo quedan los ecos de aquella juventud contestataria, tan tenaz y luchadora… ejemplo de lucha por las libertades. Así eran los berlineses, un ejemplo de libertad para el mundo occidental. Quedan algunos nostálgicos, con aquellas cazadoras de cuero, con el pelo largo, con ese aire hippy ya denostado, que se agrupan como marginados, sin objetivo por el que luchar, vencidos y bebiendo más de la cuenta. Se vino abajo el "muro" y con él el motivo principal de la lucha por la injusticia.

Berlín sigue viejo. El de un lado y el del otro. Las casas del Este de entonces eran malas y ahora son malas y viejas. Barriadas enteras deberán ser reconstruidas. Lógicamente el Berlín del Imperio alemán era la parte Este. Ahora Berlín oeste no vale mucho. Pero hablemos de un solo Berlín: 4 millones de habitantes, miles de pequeños parques, fantásticos museos, preciosas plazas y edificios monumentales por doquier.

Berlín es, ahora, más turística que lo que fue en los años de la guerra fría. A pesar del enorme y efectivo esfuerzo alemán queda todavía mucho por hacer en toda esta zona de la antigua Alemania “Democrática” que estaba muy abandonada. Ya estoy deseando volver a esta parte de Alemania en 10 ó 15 años y ver los progresos que han hecho. La ciudad está llena de yugoslavos y turcos. También se ve mucho homosexual, de esos que llevan un bigotazo, o barba de varios días, y hasta ropa de macho. El principal turista aquí es el alemán, que no se había atrevido a venir antes debido al conflicto.

Como comentarios diría: Los berlineses son maravillosamente hospitalarios. Impera el idioma alemán por todas partes y el inglés no lo utilizan ni en los museos. Siguen siendo un placer las tiendas "delicatessen", sus fantásticos embutidos, lomo, jamones, ahumados…

Todo está muy limpio y de extremada calidad. Beben cerveza desde la mañana. Cuando digo cerveza no me refiero a esa especie de refresco flojito que llamamos cerveza en España. Siguen sin comer pan a cambio de patatas.

Pasé por el checkpoint charlie...esta vez nadie me pidió el pasaporte.