Azerbaiyán 00

Octubre de 2000

Tras la caída de la URSS en 1991 muchos han sido los países que se han independizado y lamentablemente, todos ellos, ofrecen el mismo aspecto deplorable: suciedad, abandono de todas las edificaciones e instalaciones, mucho paro, mucha inflación, muchísima corrupción, mafias, etc., etc. Por si fuera poco, todos dicen ser democráticos, pues tienen elecciones, pero la realidad es que los mismos partidos comunistas que los gobernaban, e incluso con el cinismo de mantener los mismos dirigentes, son ahora los partidos “democráticos” en el poder. Si antes se llamaba partido comunista de tal país, ahora han pasado a llamarse partido democrático de tal país. Los mismos perros con los mismos collares. Azerbaiyán es uno de los muchos que he visitado y que tienen este “esquema” político. El estado, es decir el partido o los dirigentes del partido, controlan todo y todo está corrupto.

Para colmo de males en el caso de Azerbaiyán, tuvieron que pasar por una guerra étnica con Armenia que duró desde 1988 hasta 1994. Como resultado, una región de Armenia, llamada NAGORNO KARABAJ, está en territorio de AZERBAIYÁN y una región de AZERBAIYÁN, llamada NACHIZEBAN, está en territorio armenio. Por si esto fuera poco, han tenido que recibir un millón de azeríes que vivían en Armenia.

En cualquier caso este país ha sido siempre víctima de alguien. No tiene explicación que un país tan rico en petróleo tenga una renta per cápita de sólo 500 US$. Sus dirigentes les han robado siempre. Ya en el siglo XVII había petróleo y se extraía para uso doméstico: calentarse y alumbrarse. Con el comienzo de la revolución industrial, y antes de la llegada de los rusos, allá por 1904, los pozos empezaron a proliferar.

Hoy en día puedes recorrer kilómetros y kilómetros y no verás más que pozos de petróleo. Eso sí, son muy viejos todos (construidos allá por los años 1920-1930) y dan la impresión de no haber sido jamás pintados. Están oxidados tanto los pozos como las tuberías que los unen. Todo tiene un horrible aire cutre. El abandono es total. Los motores que los mueven son también muy viejos. Todos están a la orilla del Mar Caspio. Hay millones de ellos pero su tubería de bombeo sólo tiene 2 pulgadas. He visto algunos hasta en el patio de las casas o detrás, en el huerto. Todos pertenecen al Estado.

Además de esta miríada de pozos hay algunos cientos o miles más, de enormes dimensiones, dentro de los 150 Km. del Mar Caspio que pertenecen a Azerbaiyán es decir; desde su costa en dirección a la opuesta en la que está TURKMENISTÁN. En esta zona están las plataformas de las enormes compañías petrolíferas internacionales que, en la actualidad, preparan un oleoducto para llevar el petróleo y el gas del Caspio hasta el Mediterráneo a través de Armenia y Turquía.

Azerbaiyán, que quiere decir “El país del fuego”, nunca se sintió comunista, a pesar de formar parte de la URSS. Tampoco se siente, ahora, muy musulmán ya que se bebe alcohol y se come cerdo. Los azeríes son orientales con influencia y costumbres bastante turcas. Apenas tienen mezquitas. BAKÚ, su capital, que significa “lugar donde sopla el viento", tiene áreas con influencia europea. Ello se debe al hecho de que cuando comenzó la revolución industrial, los europeos, como el francés ROTHSCHILD y otros, se dedicaron a abrir pozos y construir ferrocarriles para transportar el petróleo. BAKÚ fue una ciudad de gran esplendor con anterioridad a la revolución comunista rusa. El propio NÓBEL empezó en 1879 con un negocio de extracción de petróleo. Desde 1907 se bombea el crudo, a través de GEORGIA, al Mar Negro.

Las carreteras son malas y me he dado buenas palizas en ellas. Concretamente hice desde la capital hasta la frontera con GEORGIA, la friolera de 550 km., que unidos a los casi 200 km. desde esa frontera a TBILISI fueron un total de 750 en un día. Los 200 km. en GEORGIA fueron mucho peores aún: tramos en obras, tramos inundados, desvíos... ¡Horrible!

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Recorrí el barrio viejo de BAKÚ, las zonas peatonales, las mezquitas, la muralla, la torre de la doncella, el Museo de Arte, el Templo del Fuego, los restos del paleolítico encontrados cerca de la capital, etc., etc. En el Templo del Fuego han colocado una tubería de gas desde el año 1890, porque el fuego natural que había se apagó de golpe y ahora lo encienden cada mañana. Busqué, por todas partes, sus monedas que ya no emiten y es debido a que la inflación ha hecho que perdieran valor y ya no merece la pena fabricarlas. Tuve que buscar un anticuario el cual que me vendió un puñado de las acuñadas hace unos 15 años. Pagué por ellas 4 US$.

El país tiene una superficie equivalente a 1/6 de la de España y la población es de 8 millones de habitantes, de los cuales BAKÚ tiene 2 millones.

Las gentes parecen tristes y su idioma es similar al turco pues se entienden con ellos perfectamente. De hecho son turcomanos.

A pesar de todo el petróleo que tienen, la gasolina cuesta la mitad de lo que cuesta en España, pero el país es muy pobre.

Uno de los días durante mi estancia, disfruté de la gustosa y exótica comida que la mujer de mi guía, GURBAN ALESKEROV, preparó para mí. Allí conocí a su esposa y a una de sus hijas de unos 10 años, preciosa, que se vistió con ropa a la antigua usanza turca. Su esposa y la niña no se sentaron a la mesa con nosotros. Yo lo lamenté, pero no dije nada. Es el mundo musulmán. En la mesa había algunos manjares como caviar, esturión ahumado, arándanos con miel, granadas, rollos de primavera al vapor, nueces en almíbar, paneles de miel, ensaladas de nueces, y otras frutas para mi desconocidas, etc. Todo estaba delicioso. GURBAN me amenizó la sobremesa con poesías, música y canciones que acompañaba con una cítara de 9 cuerdas, etc., etc. Lo pasé muy bien. La música, las canciones y la hospitalidad parecían las que teníamos en España en los agradables años 60.

Me alojé en el cómodo y moderno hotel Europa y dispuse durante toda mi estancia de un coche con chofer (Ramsis de nombre) y un guía culto y agradable con el que hice algo de amistad, aunque nunca pude convencerle de que a las mujeres había que darles un mejor trato que el que ellos les daban.

De los esturiones obtienen el caviar, que no tiene la calidad del que hay en IRÁN, y después se los comen. Se trata de un pez antediluviano y en una ocasión pescaron uno que pesaba casi una tonelada y que dio 90 Kg. de caviar.

Los azeríes son muy buenos amigos de los georgianos y, además, dependen de ellos pues es por Georgia por donde pasa la tubería de petróleo azerí que va al Mar Negro: cien millones de barriles anuales. Hay mucho control policial por todas partes.

Las mafias lo controlan todo. Si no se les paga, no se puede encontrar trabajo. El paro afecta al 50% de la población.

No se ve a la gente feliz. Se les ven muy necesitados. Aquí, un turista es un “rara avis” pues no se ve ni uno. Me miran como a un extraño.

Ni los edificios ni las instalaciones tienen mantenimiento alguno. Todo parece estar a punto de venirse abajo.

El dólar es aceptado por todos. Si quieres cambiar, por un dólar te dan 4.500 manats que es su moneda oficial. La esperanza de vida es muy baja: 60 años para el hombre y 68 para la mujer. El 85% de la población es de origen azerí, además hay un 5% de rusos, un 5% de armenios y un 5% de otras pequeñas etnias.

En agricultura tienen algo de tabaco, arroz, algodón y vid. He bebido su vino y lo encontré bastante aceptable. La riqueza del país, casi la única, son los hidrocarburos. Aquí están la EXXON, MOBIL, BP y la LUKOIL rusa.

Encontré en el vuelo de Zurich a Bakú a un español llamado Alfonso Fernández, químico madrileño, que trabaja en Bakú al servicio de una compañía inglesa dedicada a la vigilancia del Medio Ambiente para el control de las compañías petroleras y sus vertidos. Me puso al corriente de la desastrosa situación. Una noche me fui a cenar con él y con una compañera inglesa. Lo pasamos muy bien.

El Mar Caspio, en realidad un gigantesco lago, tiene la friolera de 1.200 Km. de largo por 320 km. de ancho y está a 28 metros bajo el nivel del mar. Es salado, tiene más de 500 plantas autóctonas y más de 800 animales, con una profundidad máxima de 1.025 metros. Además de estar lleno de esturiones (cada vez hay menos) tiene una inmensa riqueza de petróleo.

El precioso recorrido que hice por este país de paisajes cambiantes, no pude reflejarlo en mi reportaje porque la lluvia me acompañó cada día. Había zonas montañosas, secas, con y sin arbolado, desérticas, pobladas, con grandes bosques, con grandes y verdes valles, con miles de controles policiales, con avellanos, con millones de castaños, de robles, etc. Salvo en el Caspio, Azerbaiyán no tiene petróleo o gas alguno. En cuanto a pájaros sólo se ve una clase de cuervo omnipresente. Hay millones de ovejas y patos por todas partes.

Quizás el pueblo más interesante que visité fuera SHEKI que ellos escriben "SEXI", antigua ciudad medieval en la que vivió la familia real por muchos años y en donde queda su palacio, lleno de paredes pintadas. En este pueblo hacen unas tartas de miel, castañas y avellanas que están riquísimas. Mi chofer, con el que me entendía en alemán, oriundo de aquí, quiso que me quedara a comer en casa de sus padres.

Fue una fantástica comida la que su madre preparó para los dos: berenjenas rellenas, yogurt con castañas, rollos de verdura al vapor con carne y mermeladas de cereza, uva, arándanos, ciruelas, fresas, higos, etc. para acompañar el té. Se pone uno una cucharada de esta mermelada con frutas, siempre enteras, en la boca y, a continuación, se bebe el té, por supuesto, sin azúcar. A ésta mermelada de frutas enteras le llaman: MYREBEE. También me sorprendió ver caquis (burma). En este caso el interior es dulce pero duro, no como el de España que es muy blando. La familia del chofer resultó encantadora y me gustaba ver a su madre lo feliz que era al tener con ella a su hijo. Me recordaba la mía, que en paz descanse. En general el azerí es hospitalario y afectuoso. No es nada interesado y cree en la amistad. No son musulmanes muy creyentes por lo que resultan más fáciles en el trato; beben abundante vodka que, curiosamente, miden en gramos. En el bar no dicen: “dame un vaso de vodka”, dicen: “dame 100 gramos de vodka”. Por ejemplo, también dicen: “Ayer me bebí 450 gramos de vodka y hoy estoy tan fresco”...

Hasta otra.