Lituania 97

Julio de 1997

Los estados del mar Báltico: Estonia, Letonia (Latvia) y Li­tuania (Lietuvos) son pequeños y de superficies que oscilan entre 1/10 y 1/8 de la España continental. Sus poblaciones van desde los 1,5 mill. de Estonia a los 3,5 mill. de Lituania. Dentro de estas poblaciones suele haber un 30% de gentes de origen ruso, un 1% de origen hebreo y el resto estonios, letones o lituanos, según el país.

Cultivan, principalmente, cereales, patatas, lino y tienen mu­cho bosque y pasto para el ganado. Tienen abundancia de ganado vacuno y poca industria. Por todo ello su renta per cápita es rela­tivamente baja y oscila entre 2.000 y 2.800 $. España tiene, ahora, unos 14.000 $. Todas estas repúblicas consiguieron su independencia de Rusia en 1.990 y su sueño es llegar a formar parte del Mercado Común Europeo. Sus unidades monetarias son el lat para Letonia, la coro­na para Estonia y la lita para Lituania. Las paridades con el dólar de estas monedas las establece el estado correspondiente a su aire y se queda tan fresco, ya que su divisa no se cotiza internacionalmente.

En cuanto a su religión son católicos, en su mayoría, en la república de Lituania. En Estonia y Letonia son, mayorita­riamente, luteranos. Por lo que respecta a su idioma, además de los respectivos: letón, lituano y estonio, hablan ruso. No se encuentra gente, ni siquiera jóvenes, que hablen algo de inglés o francés o alemán. Viajar por estos países es un problema hasta para los que hablamos varios idiomas.

El tiempo que he tenido ha sido caluroso, alrededor de 28º a mediodía, lo cual no parece creíble en el paralelo 59 en el que se encuentran estos países. Apenas me llovió, cosa rara pues son países muy verdes y con muchos pastos en los que llueve casi a dia­rio. Tenía muchas horas de sol, amanecía alrededor de las 5 de la mañana y había luz hasta las 11 de la noche. Los mosquitos abun­daban por todas partes.

Son países completamente llanos: la colina mas alta no llega a 200 m. y, debido a ello, a pesar de tener ríos muy caudalo­sos, no pueden tener saltos hidráulicos para producir energía lo que les obliga a importarla de Rusia. El campo está lleno de flores silvestres así como de árboles de gran de­sarrollo y extensos bosques. Y lo mismo digo de cigüeñas. La ri­queza maderera es enorme y por la carretera se ven pasar constantemente tráileres cargados con troncos o tablones. Mi vehículo, un pequeño Corsa, alquilado a AVIS, me dio muy buen re­sultado y recorrí cerca de 3.000 Km. sin ningún problema y con un consumo de gasolina bajísimo. Curiosamente es obligatorio llevar las luces encendidas durante las 24. Horas del día. Y, más curiosamente, la casa CHUPA-CHUPS, catalana, tiene copado el mercado de sus produc­tos y por ello los veía por las tiendas de comestibles y en los grandes carteles publicitarios.

La gente parece casarse a una temprana edad pues se ven parejas muy jóvenes con niños. La comida no tiene nada de especial, salvo la calidad de las patatas y los pepinillos; ambos no fal­tan en su alimentación diaria. En general son muy poco hospitalarios, poco amables, muy fríos y, no solamente con los 4 turistas que hay sino, también, entre ellos mismos. Nunca se les ve reír y mantienen una constante cara de palo. Parece como si se debiera a la educación y dictadura rusas que, durante tantos y tantos años, tuvieron que soportar. Y los jóvenes siguen por el mismo camino, pues cuando te a­cercas a preguntarles alguna cosa sienten miedo y deseo de irse. Re­sulta LAMENTABLE: ¿A qué clase de sometimiento hay que tener a una so­ciedad para que se comporte con ese temor?


El paisaje es muy monótono, a pesar de ser verde debido a los pastos, a los prados, a los cereales. Al ser tan horizontal no hay perspectiva pues esta uno siempre a la misma altura que el terreno. Hay bosques por todas partes. Por el contrario no hay árboles frutales, quizás debi­do a que tienen primaveras muy frías y la flor muere con las heladas o con las nevadas. No se ve fruta en las tiendas ni en los restaurantes. Por el contrario tienen una amplia variedad de frutos del bosque con los que hacen licores, mermeladas y tartas, todo ello de buena calidad.

LITUANIA: El país tiene poco encanto y salvo el barrio antiguo de las ciudades de VILNA, la capital, KAUNAS y TRAKAI, el resto no tienen nada de interés. Abundan las iglesias lutera­nas por todas partes. Las gentes son rubias y bastante altas, pero no son guapos de cara. No es un país muy atractivo para el viajero y su falta de hospitalidad tampoco ayuda. Hice más de 1.000Km, a lo largo y ancho, lo que supone hacer un recorrido bastante amplio. La zona de costa llamada PALANGA resulta agradable y a ella acuden las gentes del interior para pasar sus vacaciones en playas de arena fina a orillas del Báltico.

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El país está dotado de una buena red de carreteras con tra­mos largos de autovía. El tiempo fue muy bueno, casi siempre con sol y sin lluvia y con temperaturas muy agradables; algo así como Asturias en verano. El parque nacional de KURSIU NERIJA, lleno de enormes dunas y de una longitud de 50Km, for­ma una barrera dentro del mar como si de un espigón se tratase. Es una visita interesante.

Son muchas las influencias rusas que se observan: La horrible burocracia, típica de los países del este, los cruces de fronteras cargados de papeleo, controles múltiples y colas de varias horas de espera, la pobreza en el vestir, etc., etc. Hasta los bancos nacionales parecen, en su interior, autenticas cárceles.

Hay mucho "yacimientos" de ámbar (resina de pino petrificada) y, es más, visité un museo en el que se mostraban joyas maravillosas hechas con él. Por supuesto el museo había sido construido e insta­lado por los rusos. En las calles se observa un cierto abandono y las fachadas de los edificios llevan años o siglos sin ser pintadas. Pueblos, caseríos y casas de labriegos, etc. son grises de color y de arquitectura y pa­recen viejas y abandonadas. También recorrí, detenidamente, la zona de la costa báltica y caminé por sus enormes y preciosas playas .La marea es muy pequeña y oscila poco. El agua es muy turbia pues arrastra arena finísima dentro de ella, lo que le da un color pardo-oscuro, no muy agradable para el bañista.