Abril de 2025
Los habitantes del archipiélago de las Maldivas de 1.200 islitas y atolones acaban de terminar su Ramadán. Mi última visita a estas diminutas islas fue en el año 1992, hace 33 años, cuando no había tantos turistas por aquí. El año pasado han superado los 2 millones…si lo sé no vengo…el turista más habitual es el indio siendo el 40% de sus visitantes. Una buena parte de esas islitas o islotes tiene ahora gigantescos resorts. La población nativa ha subido a 400 mil habitantes y en la isla capital, la caótica Malé, viven hacinados la mitad de ellos pues es tan pequeña que no caben ya que además tienen miles y miles de motos, tráfico muy peligroso, mosquitos…en fin una especie de Calcuta…no se puede caminar por sus estrechas calles. ¡HORRIBLE!
El problema grave que tienen estos archipiélagos es que al ser pocas las islas que tienen más de 2 metros de altura sobre el nivel del mar, el cambio climático presente puede originar que el mar las vaya devorando poco a poco. Me recuerda el caso de las islas de Tuvalu, en el Pacífico, donde no superan el metro de altura.
No muy lejos de la horrible Malé se ven unas islas con cientos de edificios altísimos que de lejos parecen Nueva York y ello resulta dantesco. No entiendo cómo han podido arruinar el archipiélago de esta manera. Es también horrible.
El mal tiempo atmosférico que me he encontrado no invitaba a desplazarme a ninguna isla-resort. El mes de abril ya es lluvioso.
Aunque son musulmanes sunitas, digamos moderados, ello conlleva la existencia de 2 mundos paralelos pero opuestos y que no pueden juntarse. Ellas están vestidas en la playa y las nuestras en bikini o menos todavía…Ellos hacen la compra y a ellas apenas se las ve por la calle.
Su idioma, que tiene curiosamente palabras de origen inglés, está muy influenciado por el hindi.
La pesca es su segunda riqueza, aunque muy distanciada de la turística. Quizás el mayor interés de estas islitas esté en el maravilloso coral que tienen bajo sus aguas y la vida que hay en su entorno, lo que convierte el buceo en un verdadero placer. Además, curiosamente, hay varias especies de tiburones, pero ninguno de ellos ataca a los humanos.
Hace 33 años, cuando estuve por aquí, había unas embarcaciones a vela llamadas dhoni que se utilizaban para casi todo. Tenían un palo y una vela similar a la latina, empleada también por embarcaciones que surcaban el mar Rojo por egipcios e indios. Pues bien, han desaparecido y han sido sustituidas por potentes lanchas motoras que manejan de forma muy peligrosa.
Tienen una isla-basura donde vierten todas las inmundicias. En los últimos años China les ha construido y regalado un hermoso puente entre Ulhumalé (su isla-aeropuerto) y Malé (su isla-capital). Los chinos tienen serios intereses en Maldivas por su situación geopolítica. Espero no volver a Maldivas y, llegado el caso, desde el aeropuerto iría directamente a un resort.
Su héroe nacional fue un político llamado Ibrahim Nasir que modernizó muy bien el país pero que en 1968 se fue con el dinero que pudo a Singapur para no volver.
Por un euro te dan unos 17 MVR. He tenido lluvia cada día, 30 grados y 70% de humedad. ¡Maldita sea mi suerte!