Miami 13

Febrero de 2013

Caribe

Aun cuando Miami tiene su playa frente al Atlántico, no cabe duda de que está unida al Caribe: su historia, su conexión imprescindible con todas las islas, su inclusión en los itinerarios turísticos, su 21% de cubanos y sus caribeñas Bahamas que la abrazan. Además Florida, estado al que pertenece, es bien caribeño. El propio Puerto Rico también tiene su costa Este atlántica y nadie duda de que sea caribeño.

Había estado tres veces anteriormente. En una de ellas camino de Bahamas, en otra por trabajo y, en la última, una semana después del desastre de las Torres Gemelas de New York, septiembre de 2001, para salir en una expedición por el Orinoco y el Amazonas con un grupo de especialistas americanos, tristes y apenados por el dramático suceso.

En esta ocasión venía del otro lado del Caribe, del archipiélago de St. Kitts y Nevis, (San Cristóbal y Nieves). Me alojé en el hotel South Beach, en el centro del Distrito Art Deco, para desde allí visitar el Miami que yo tenía interés en ver nuevamente. Los lugares de moda, y éste es el caso, tienen dificultades para mantenerse bien durante mucho tiempo pues aquellos que los crearon o encumbraron acaban siempre marchándose para crear un nuevo sitio que, por supuesto, ponen de moda…y vuelta a empezar.

El distrito Little Habana, lugar donde a partir de 1959 año de la Revolución cubana se refugiaron los cubanos que escaparon de Fidel Castro, lo he encontrado bastante deteriorado y ni fotos quise hacer. Pasé delante de un bar llamado Xixón, que quiere decir Gijón. No obstante, fuera de su distrito, los cubanos tienen restaurantes que son preferidos por la gente. Además gozan de otros trabajos y negocios para sobrevivir. Su llegada ha influenciado a Miami tanto cultural como económicamente. En algunas de sus avenidas hay árboles de gran desarrollo cuyas ramas descienden para incrustarse en las raíces del mismo. Viven cerca de 1.000 años y existen en todo el estado de Florida.

El distrito de Coral Gables, en el que se ve una cierta influencia española, responde a calles y edificaciones de alto standing, que para nada se ha deteriorado. La visita obligada al hotel Biltmore para contemplar su delicada e inmensa piscina, en la que nadaron: Tarzán, Al Capone, Clinton…. La Miracle Mile es muy distinguida, apreciada y cara. Cuatro tipos de palmeras tiene Miami y todas ellas de gran belleza, muy bien cuidadas y podadas; añaden un toque de distinción en calles, avenidas y bulevares. En este distrito está el consulado español que más bien parece una embajada por lo grande y ostentoso que es.

El distrito Downtown, poblado de rascacielos, ocupa prácticamente el centro de la ciudad y en él se concentran todos los importantes negocios y bancos. El de Bayside, donde están los barcos y puertos deportivos, y que mira a la bahía Vizcaína por donde navegué para ver Miami desde el mar y contemplar las islas de su interior, al igual que la edificación costera, las mansiones de los famosos, los múltiples y gigantescos cruceros, pasar bajo las autopistas que cruzan la mencionada bahía, el puerto, etc.

Recorrí varias veces la enorme playa de Miami Beach, que gana a cualquier otra en longitud y anchura, pero no en dulzura, coquetería o encanto; paseé muchas veces por la primera línea de mar, la Ocean Drive, llena de edificaciones con arquitectura Art Deco, al igual que por la Av. Collins, en la que estaba mi hotel y por la Av. Washington, y por el área de los museos. Todas las zonas urbanas están muy limpias

Pasé unos días muy agradables, así que volveré.