Austria 12

En un principio no era mi intención incluir en “sabinoelviajero.com” los pequeños viajes hechos por España y por los países europeos más conocidos, dado que estos están a la altura de cualquier viajero. Me decidió, el hecho de pensar que alguna fotografía pudiera ser un documento de interés para algún seguidor de la web.

Septiembre de 2012

Han sido muchas las ocasiones en las que he visitado Austria; algunas de ellas ni siquiera las he reflejado en mi página web. Siempre es agradable volver y volver a esos países que, al igual que ocurre con Suiza, los niveles de civismo, de protección, de limpieza, de respeto, de seguridad, etc. son mucho más altos que los de mi propio país. Así por ejemplo, es más probable que, el viajero, en el caso de sufrir un accidente sea más rápidamente llevado al hospital y mejor atendido que en su propio país. Esto, junto con lo mencionado anteriormente, hace que el viajero se encuentre feliz y tranquilo. Hay una cierta garantía pues, además, los índices de criminalidad y homicidio son muy bajos.

Austria me sorprendió con su buen tiempo: sol y buenas temperaturas. Por supuesto algo caro pero, también, todo bueno. Una vez más he constatado que su fuerte nacionalismo y su denodado esfuerzo popular por mantener sus tradiciones regionales son impresionantes. Un altísimo porcentaje de la población viste, durante los fines de semana, sus trajes regionales o de antigua usanza en la región. Lo hace, sorprendentemente, también la juventud. Siguen compartiendo mesa con cualquier comensal o tomando juntos copas o cervezas en enormes mesas. Agradables siempre y respetuosos con los extranjeros.

Siguen siendo ricos, trabajadores y con la increíble renta por habitante de 45.000 dólares-año. Un país a envidiar poblado por 8 millones de habitantes, muy longevos, que ocupan una superficie equivalente a un sexto de la de España.

GRAZ

Entré en el país a través de esta industriosa ciudad. Tiene un agradable y bien restaurado centro histórico en el que abundan las iglesias antiguas, la catedral, el río Mur que la divide y le da encanto, sus calles peatonizadas y llenas de tiendas muy decoradas, sus antiguos edificios gubernamentales, sus tranvías, etc. etc. Y, por supuesto, muchos entre ellos y ellas vestidos con trajes regionales. El hermoso sol que tuvimos añadió brillo a los colores propios de las fachadas de las casas antiguas, de las iglesias, de los árboles del río. Subir a su castillo, defendido en tiempos de Napoleón, disfrutar del espectáculo de la banda municipal y demás actividades delante del Ayuntamiento, pasear por el río, etc. son otros pequeños placeres en Graz, ciudad agradable que siempre tiene convenciones en marcha.

BRUCH y HAINBURG

Son dos lugares de Austria, más bien pequeños pueblos, en los que me detuve en mi itinerario para contemplar y disfrutar de la vida provinciana. El primero camino de Viena y el segundo camino de Viena a Bratislava. Cuidados, limpios y bien restaurados son un ejemplo de vida rural en el país.


VIENA

Había estado ya varias veces en la capital pero, he de reconocer, siempre hay algo nuevo que ver en esta bella, tranquila, culta, histórica…ciudad. En esta ocasión descubrí uno de sus mejores pintores, actualmente muy famoso, llamado Gustavo Klimt de finales del XIX, que ha pasado a ser, además del modernista que siempre fue, el símbolo de la pintura en Austria.

Viena, como París y otras ciudades europeas, puede ser visitada con frecuencia y siempre va uno a descubrir algo nuevo en música, teatro, ópera, arquitectura, pintura…hasta otra.