Montserrat 99


Abril de 1999

GENERALIDADES: Llegué a esta isla en un ferry desde la isla de Antigua. Su famoso volcán ha hecho mucho daño a la isla durante los últimos años. Ahora está más tranquilo, aunque todavía echa humo y cenizas. Son muchas las zonas destruidas o enterradas.

Montserrat continuamente ha querido mantenerse como colonia británica, dado su bajo nivel de pobreza, aunque siempre ha tenido su parlamento. Algo así como Gibraltar. Tiene una extensión de 102 km2, similar a la isla Anguila.

La población había sido de 12.000 habitantes. Ahora, tras las erupciones del volcán, solo quedan unos 3.500. De ellos el 97% son negros y el 3% blancos. El analfabetismo es solo del 3%. Aunque el idioma oficial sea el inglés, lo que realmente hablan es el Inglés ­Criollo que no hay dios que lo entienda. Son protestantes en su mayoría. La unidad monetaria es el Dólar del Caribe que es la misma que emplean otras ex-colonias británicas: Anguila, Antigua, San Vicente, etc. Antes del desastre producido por el volcán tenían algo de algodón, caña de azúcar, bananas, ron y algo de pesca. No hay turismo. No hay un solo hotel ni una sola pensión. Hay que dormir en casas particulares.

Tras las erupciones del volcán Soufriere Hills, que se iniciaron en 1995, pero que tomaron mucha fuerza en Julio y Navidad de 1997, la capital Plymouth quedó enterrada hasta el punto de que no hay nada de ella. Igualmente una zona muy amplia ha quedado arrasada. La gente ha ido abandonando la isla poco a poco y ya solo quedan unos 3.000 habitantes. Todos tienen un pequeño subsidio que les ayuda a sobrevivir el desastre. También el gobierno británico les está construyendo, con carácter provisional, escuelas y viviendas prefabricadas. Todo esto resulta muy triste.

Subí hasta el volcán, que todavía echa humo, protegiéndome bien y respirando a través de una máscara especial. Hay un polvo o ceniza muy fina en el ambiente. La vista del volcán y de los alrededores es dantesca. Ver la ciudad de Plymouth desaparecida me dió escalofríos.

La isla es totalmente montañosa. Solo había dos pequeños valles: la capital Plymouth y el Aeropuerto y, ahora, no queda nada de ellos. Las aguas que la rodean no tienen colores bonitos. Al borde del mar hay muchos árboles de uvas de mar y almendros tropicales. Utilizan el fruto del árbol del pan como verdura o patatas cocidas. También se ven grandes mangos. No tienen playas.

Fui el único turista o extranjero que llegó a la isla durante esa semana. Nadie quiere saber nada de la isla. Es muy duro ver lo que hay allí. El único medio de comunicación con el exterior es el Ferry que emplean los nativos para ir a la isla de Antigua para comprar alimentos y herramientas. Las gentes de Montserrat son buenas, humildes y honestas. Los coches se dejan abiertos, y la gente no toma precauciones contra robos.

Hablé con los ingenieros y vulcanólogos que controlan el volcán y me mostraron todos los equipos de que disponían. Fue una visita interesante. Desde Cristóbal Colón el volcán no había vuelto a entrar en erupción. Todo se ha de importar. Desayunaba un perro caliente y comía o perro caliente o un trozo de pollo frito. Era todo lo que podía comer. Se ven muchos burros, que supongo llevaron los españoles en la época de la conquista. También me llamó la atención ver que había varias familias con el apellido Osborne.