California-San Francisco 10

Mayo de 2010

Tras visitar Yosemite tomé una vieja autopista para dirigirme a San Francisco situada a unos 350 km. A pesar del alto nivel de vida americano es muy frecuente que los neumáticos de los coches y camiones en lugar de ser repuestos, como hacemos en Europa sean, simplemente, recauchutados, algo que nunca he sido capaz de comprender. El resultado es que la capa de goma del recauchutado sale, muy frecuentemente, despedida de la rueda y allá que va a parar al arcén o cuneta. Así que, a lo largo de las autopistas, se ven miles y miles de roscas completas de recauchutado. El efecto es el de un país tercermundista.

Entro en la ciudad por el puente metálico de Oakland, de 14 km de longitud, y me doy de frente con el puerto y la city. Después, me armo de paciencia y camino a través del barrio chino, para llegar a la siempre famosa plaza de Union Square. Los tranvías, 39 líneas en total, que cubrían las 49 colinas que componen la ciudad y que todo ciudadano utilizaba, han quedado reducidas a 3 y, por cierto, son utilizadas exclusivamente por los turistas… ¡Me dio un poco de pena!

Tiene una potente industria electrónica, maderera, ferroviaria, etc. El barrio chino tiene unos 100 mil habitantes que provienen de los tiempos en los que se construyó el primer ferrocarril desde el este y que, al finalizar el mismo, decidieron quedarse por aquí. Ahora la población total ronda los 3 millones.

Recorrer el Golden Gate, acercarse a visitar Sausalito o contemplar la isla de Alcatraz son, entre otras, visitas obligadas para el turista. No cabe duda de que el puente de hierro Golden Gate, de 2 km y construido en 1937, marca una preciosa entrada a la populosa bahía; que Sausalito sigue siendo una zona residencial de alto standing que, además, goza de un excelente microclima y que el tan conocido penal de Alcatraz, donde 41 presos intentaron escapar sin éxito, forman emblemáticos lugares de las películas americanas. Tampoco hay que dejar a un lado las empinadas calles de sus colinas, hasta llegar a 40º de inclinación; el turístico puerto, los tranvías, el barrio chino, etc. etc. Un verdadero destino turístico.

San Francisco es conocida como la ciudad de la tolerancia. Sí, tolerancia con la sexualidad, sea la que sea, con las parejas de igual sexo, aparente, sean ellos o ellas, lo cual es digno de admiración. Así, por ejemplo, vi en la TV cómo un chico cantaba una canción de amor a otro chico, ambos de unos 18 años, o cómo los chicos o las chicas van de la mano con gran naturalidad. Por otra parte, los besos en público se consideran escándalo y son multados. Durante mi primera visita, en 1974, vi como un homosexual llevaba puesto un vaquero al que le faltaba la culera, con lo que su trasero quedaba al aire, cual anuncio publicitario. La gente fuma porros por la calle ya que está permitida “la marijuana”, como la llaman por aquí. Se ven muchos hippies trasnochados y gente drogada o colgada de todo tipo. El gobierno del Estado es tan comprensivo con los marginados que les da 600 dólares mensuales para que sobrevivan sin mendigar; y es cierto porque nadie pide por las calles. En la ciudad hay barrios de homosexuales, barrios de italianos, barros de chinos, etc.

Seguí por la costa hasta Los Ángeles, visitando Monterrey, la antigua capital del Estado, en la que hay áreas de mucha calidad y alto standing, después seguí por Carmel, también con zonas de construcciones y urbanizaciones de la clase alta, en las que hay famosos del cine. Con pequeños puertos deportivos, playas y tiendas de lujo con mucho gusto. Limpieza, orden, arquitectura…lugares, en general agradables.

Hay que destacar Santa Bárbara, llamada la capital de la Riviera Americana. California es el estado más caro de Estados Unidos y tiene la friolera de 35 millones de habitantes. Médicos, abogados y demás profesionales, son muy caros y te cobran a razón de 500 € la hora. Así que si les llamas por teléfono tienen un contador que te factura a razón de los precios comentados. Un médico suele ganar, como sueldo mínimo, 85 mil euros anuales, al igual que un abogado. Bien, esto es todo.

Hasta otra.