California-Yosemite 10

Mayo de 2010

Tras mi visita a Las Vegas, tomé la Autopista 15 para entrar en California y dirigirme al parque Nacional de Yosemite. Pronto estaría atravesando enormes valles plantados de viñedos (vides traídas por los franciscanos desde España) y árboles frutales(cítricos, almendros, melocotoneros, etc.). Al parecer el 50% de la fruta consumida en USA proviene de esta zona. Hay muchas granjas de ganado vacuno, cuyo estiércol no huele como el de Asturias. Hay cientos de kilómetros con plantaciones. Curiosamente, entre estos valles tan productivos y el petróleo que tiene California, su producto interior bruto equivale al de toda España o toda Italia.

Mi objetivo era acercarme al pié de los famosos secuoyas gigantes y contemplar algunos ejemplares, como el famoso Grizzly, que se acercaban a la edad de 2.700 años, con 12 m de diámetro y con una altura equivalente a una casa de 40 pisos. Y así lo hice. Este tipo de árbol vive por encima de los 2.000 m de altura y necesita que sus raíces sean regadas por el deshielo de las nieves que permanecen perennes a los 3.000 metros. Son coníferas que no arden y si se quemaran, se reproducirían. Bajo algunos de ellos pasaban hace años las diligencias y en caso de lluvia o tormenta los caballos se guarecían en su interior.


Normalmente entre noviembre y mayo no es posible visitarlos, a menos que uno esté dispuesto a caminar sobre la nieve durante un par de horas. El parque tiene una superficie de 3.000 km cuadrados, algo así como un tercio de Asturias. El mencionado bosque de secuoyas está en la Sierra Nevada, nombre dado por los franciscanos en honor a la sierra de nuestra Granada.

Además, cascadas con grandes caudales se extienden por el parque, al igual que las agrestes montañas. Hay un monolito gigante de granito, llamado El Capitán, que se considera, por sus dimensiones, el tercero del mundo. Y concretamente, la cascada de Yosemite es la segunda en altura del mundo, tras la del Ángel, en Venezuela.

Los osos de Yosemite no invernan pues tienen comida suficiente durante el invierno. Como el parque está muy vigilado y no hay incendios, los árboles caídos o muertos se dejan en el suelo para que aporten materia orgánica al resto del bosque. Pernocté un par de noches en un albergue de Mariposa, pueblecito acogedor situado al pié de la Sierra Nevada.

Éste es uno de los parques nacionales americanos que me agradaría volver a visitar, así que volveré.

Hasta otra.