Archipiélago GAMBIER y TUAMOTU

Marzo de 2000

Archipiélago GAMBIER y TUAMOTU

Un día después, poníamos rumbo hacia las ISLAS GAMBIER formadas por un pequeño archipiélago de atolones de coral. La principal se llama MANGAREVA. Fue anexionado a Francia en 1871. En sus aguas hay muchas ostras que crían las perlas negras; abren la ostra y en su interior le colocan una bolita hecha de coral y, posteriormente, éstas se encargan de recubrirla y formar una perla que suele ser siempre distinta.

La Polinesia Francesa está formada por 35 islas volcánicas y 180 atolones de coral. Estas islas y atolones están divididas en archipiélagos: MARQUESAS, TUAMOTU, GAMBIER, AUSTRAL Y SOCIEDAD. Los 2/3 de la población, unos 200.000 habitantes, son auténticos polinesios. El resto son franceses, chinos, etc. El idioma oficial es el francés pero lo que más se habla es el tahitiano y sus dialectos. Sólo los educados, un 5%, son capaces de hablar un francés aceptable. Las GAMBIER tienen unos 2.000 habitantes, son muy tropicales y las mujeres del lugar van vestidas con ropa tradicional. Nos hicieron un bonito y caluroso recibimiento y vinieron al barco a visitarnos como hacían en la época del capitán COOK. La laguna tiene unos colores azules preciosos. Pasé un maravilloso día recorriendo la isla y hablando con los nativos.

Desde esta isla saltamos al archipiélago de TUAMOTU y, más concretamente, a las islas de PUKA RUA y PUKA PUKA. TUAMOTU es un gigantesco archipiélago formado, exclusivamente, por atolones. Ambas islas, realmente ambos atolones, tienen una densa vegetación de palmeras. Éstas son fuente de vida: dan agua, leche, fruta, cuerda, cubiertas para sus chozas, madera, ropa, etc. La palmera, dicen, es el árbol más viejo del mundo: 100 millones de años. En el atolón de PUKA PUKA los nativos nos hicieron un maravilloso recibimiento: música, bailes, comidas, lanzamiento de lanzas a los cocos, etc.

El pescado en estos 2 atolones está envenenado porque éste come unas algas venenosas y si lo comes, te puedes morir en cuestión de horas. Curiosamente comimos pulpo, no envenenado, que estaba buenísimo.

La población de estos atolones es de unas 100-200 personas. La alcaldesa estuvo allí para recibimos. En el caso de PUKA PUKA, el alcalde salió a recibirnos con el maestro, que iba vestido de mujer pues era travestí. La gente le saludaba pensando que era la mujer del alcalde. Los nativos son muy amables y hospitalarios. El desembarque en la isla de PUKA PUKA fue muy accidentado; una zodiac se estrelló contra la barrera de coral y al volcar hubo dos accidentados. Se perdieron cámaras de video muy buenas y cámaras LEICA. Una verdadera fortuna quedó enterrada en el coral. Son 4 los accidentes que llevamos y el médico de a bordo no para de trabajar. Estos atolones pueden tener unos 3 km de largo por unos 200 metros de ancho. No hay carreteras. Sólo un camino o sendero que va de una punta a otra.

Nuestro barco debe mantenerse siempre a unos 500 m. del arrecife con el fin de no tocarlo pues es muy peligroso ya que podría cortar el casco y abrir una vía de agua. Después nosotros descendemos a las zodiacs y buscamos un hueco en la rompiente de coral, por donde colarnos y pasar a la laguna. Los últimos metros, donde rompen las olas, teníamos que hacerlos a mucha velocidad para que éstas no nos pillaran por detrás y nos hicieran volcar. PUKA RUA y PUKA PUKA fueron visitadas, por primera vez, por MAGALLANES allá por 1521.

Aquí la gente vive de la copra. Francia tiene subvencionada la exportación para que la gente se gane la vida. Se emplea mucho en cosmética. Me pregunto qué parte de esa enorme subvención que Francia tiene que hacer en la Polinesia tenemos que pagar los demás europeos de la UE. Los nativos nos hicieron un gran recibimiento, incluido el típico lazo o guirnalda de flores.