Bután 97

Mayo de 1997

Se trata de un pequeño, dulce y encantador país situado al pié de la cordillera del Himalaya. Bután tiene una superficie similar a la de Cataluña, pero con una población de unos 400.000 ­habitantes concentrados en una superficie muy pequeña.

Es una Monarquía "Constitucional" desde 1953. Se trata de una falsa democracia: el rey nombra 50 de los 150 miembros de una cámara que se reúne un par de veces al año. En pocas palabras el ­Rey reina y gobierna. Y lo hace con un gabinete que él mismo nombra y, por supuesto, forman parte de su clan. Gobiernan: el amiguismo, las familias reales y el partido único. ¡Chupao!

En cuanto a la política exterior y a la defensa, éstas han sido puestas en manos del gobierno de la India con el fin de defender la frontera con China, enemiga de ambos.

La población está formada por antiguos tibetanos. La reli­gión oficial es el budismo tibetano de la rama Mahayana y el hinduismo. El idioma es el Dzongkha (tibetano).La capital de verano es TIMBU con 40.000 habitantes y la de ­invierno PUNAKHA con 5.000. Su moneda es el NGULTRUM que equivale a unas 4 pts (0,02€); también pueden utilizarse las rupias indias a igual ­precio.

La mayor parte de éste, extremadamente accidentado, país está cubierto por bosques y en los pequeños valles hay pastos y arrozales. Producen arroz, maíz, cereales y patatas. Tienen caballos, asnos, ovejas, cabras y búfalos. Algo de carbón, mucha madera y muchísima energía hidroeléctrica debido a las lluvias fuertes y a la apro­piada orografía del lugar que permite grandes saltos de agua. El diminuto aeropuerto, en el precioso valle de Paro, está rodeado de altísimas montañas al pié de la CORDILLERA DEL HIMALAYA, como muestran las fotografías.

El rey, que se pasea por las calles y lleva un 4x4 pajero, con el que me he cruzado 2 veces, es una figura popular y muy queri­da. Para el gobierno y control del país y, en general, para todos los puestos de responsabilidad en empresas y bancos, se designan personas provenientes de un determinado grupo étnico: los CHARCHOPS. Éstos proceden de migraciones llegadas desde el Tíbet hace miles de años. Son los ciudadanos “de primera” y se consideran los due­ños del país; siempre llevan un traje determinado que es el pro­pio de su grupo étnico. Los otros 2 grupos existentes, los GALONGS y los BUMTHANG, desempeñan trabajos inferiores y también llevan su ropa típica.

Bután es, en síntesis y desde el ángulo del viajero, un sitio maravilloso, completamente virgen, sin turismo, con una gran be­lleza en su paisaje agreste, por el exotismo en la forma de vestir de su mosaico de etnias, por sus originales construcciones etc. Sus carre­terillas, (conducen por la izquierda), bordean las montañas y bajan a los valles haciendo que la conducción sea difícil y peligrosa, aunque siempre con preciosas panorámicas.

Por aquí hace frío hasta en verano, dada la proximidad del Himalaya. Llovió bastante durante mi estancia y mi reporta­je fotográfico no tiene la calidad habitual. (Modestia aparte).

Las montañas no son lo único especial. Sus edi­ficios son algo remarcable sobre el paisaje verde; la proporción y dimensiones de sus construcciones: monasterios, casas de los pueblos, templos y caseríos en el campo, así como el uso de la madera para construir y decorar las facha­das y sus tejados, les dan un encanto especial que las distingue y diferencia de las de cualquier otro país del mundo. He pasado horas y horas mirando y observando estos originales edificios, que me en­cantan. El amplio y lucido alero de sus tejados, al igual que la policromía de las maderas que lo componen, es un placer para cualquiera que ame un poco la arquitectura. Ni en Tíbet ni en Nepal, he visto construcciones tan singulares.

La gente es muy dulce, respetuosa y hospitalaria. Se esfuerzan­ todos en ayudarte y enseñarte su país del que están muy orgullosos.

La comida es muy elaborada y sabrosa. Es necesario decirles, cuando la encargas, de manera reiterada, que no te pongan picante. En cualquier caso es mejor que te resignes porque, así to­do, tendrá más picante del que te imaginas. Hacen muy bien el pollo, parecido al pato de Pekín, también las tortas de harina de trigo, el arroz,( que lo hacen de 1.001 formas distintas),las ensa­ladas de maíz, las tartas de pescado de río, el cerdo…etc. Este ti­po de comida me recuerda el de Taiwán por la gran preparación que requiere y la variedad de platos que son servidos al mismo tiempo.

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De las zonas pobladas me ha gustado mucho su pequeña capital TIMBU y el valle de PARO, ambas a unos 2.500 m. de altura. Los verdes arrozales, en los valles, forman una alfombra sobre la que hay dispersados casas o caseríos de bonitos colores. El conjunto es precioso y, por supuesto, ­ mejor que lo que muestran mis fotografías. Al haber tantos bosques, utilizan mucho la madera para sus construcciones, la cual combinan con paredes de arcilla que posteriormente pintan de blanco, con lo que los colores de las maderas resaltan más todavía.

La visita a los "DZONGS", edificios en los que la mitad es un monasterio y la otra mitad oficinas de la Administración, recuerdan la é­poca no lejana cuando el Lama era, al mismo tiempo, jefe espiritual de los monjes tibetanos y jefe político-militar del país. Se trata de construcciones-fortificaciones. En PARO visité el de RINPUNG y DRUKGYEL y en THIMPU el de TASCHINCHO. No pude visitar el llamado "NIDO DEL TIGRE" por no te­ner tiempo para hacer la escalada al risco en el que está ubicado. También visité el Museo Nacional y la Librería Nacional de THIMPU: ambos muy interesantes.

BUTÁN es, resumiendo, un país pintoresco, exótico, algo misterioso (en lo religioso), "diferente" (políticamente hablan­do), único en el mundo (en cuanto a determinados encantos), en el que reina la paz y el sosiego y adonde no me importaría volver.

¡Hasta otra!