Libia 06

Septiembre de 2006

Mi segunda, y más bien desagradable, visita a este país, se produjo en el año 94. Deje pasar 12 años para intentarlo, por tercera vez, y poder visitar lo que no pude en su día. Pensé, por otra parte, que tras ese periodo no sería rechazado en la frontera pues, no estando el país informatizado, y tras tanto tiempo, no repararían en mí ni en lo ocurrido hace años. Por supuesto, no corrí riesgos y me fui con el visado y como un turista más.

En aquel entonces, Libia había sido separada del mundo por su horrible acto terrorista contra un vuelo con 300 pasajeros en USA y ningún avión podía volar a Libia. Tuve que tomar un ferry desde Malta a Trípoli. Ahora, levantada la sanción, pude volar desde Madrid.

Ahora, Libia sigue siendo una república socialista con una población de 6 millones de habitantes, una renta per capita de 8.500 US$ (bajísima para ser un gran exportador de petróleo) y con el mismo Muammar-al-Ghadafi que, desde 1977, no deja de dar por el saco tanto al mundo Occidental como a sus hermanos árabes. La superficie del país supera casi en 4 veces la de España claro que, dejando a un lado la zona costera mediterránea, donde abundan las tierras fértiles, el resto son desiertos con algunos oasis

En cuanto a Trípoli, la capital, tiene una fea edificación mezclada con mezquitas de poco valor salvo la de Gurgi. Además mencionaría, únicamente, el Arco de Marco Aurelio. El país sigue siendo polvoriento, sucio y maloliente y lo que resulta más incomprensible es lo que hacen con tanto dinero que ingresan del petróleo. Hay que tener en cuenta que técnicamente están tan atrasados que quizás deban importar hasta simples clavos o tornillos. Siguen sin completar sus planes de regadío. Todo se escribe en árabe, incluido el nombre del país: Yamahiriyya

Para el viajero, Libia se asemeja a Sicilia en cuanto al conglomerado de influencias e invasiones mediterráneas: griegas, fenicias, romanas, turcas, árabes, bereberes, bizantinos, italianos, etc. Nunca pensé que las ruinas pudieran estar tan aceptablemente bien conservadas o cuidadas. La famosa Letis Magna, de origen cartaginés, tiene fantásticos restos romanos y un enorme teatro. Quizás el mejor teatro romano sea el de Sabratha.

Como ruinas griegas no hay nada mejor que Cirene, visita obligada, tras pasar por Benghazi, segunda capital del país y puerto mediterráneo, que ya cuenta con casi 800.000 habitantes. También muy interesante es el desierto de Garma. Hay que atravesar unos 150 Km. para llegar a Garma, la ciudad que le da el nombre.

Hay otros preciosos lugares en el desierto como Gadhames, a unos 700 Km al sur de Trípoli, con población tuareg y otros como Sebha y Akakus con cuevas y pinturas rupestres.