Hungría-Budapest 90

Han pasado muchos años y quizás todo haya cambiado, sea el lector consciente de ello. No es mi visita ni mi reportaje nada especial, ni tampoco mejor que lo que cualquier viajero haya podido hacer. Solo trato de mostrar algunas fotos y la memoria del viaje que hice en su día, en mi página web.

Junio de 1990

En estos días de mi visita, Hungría acaba de despertar a la democracia. No obstante el visitante no aprecia nada nuevo ya que han sido tantos y tantos años de dictadura comunista que nada ha cambiado por el momento. Es más, da la impresión de que hacen falta unos cuantos años más para que se puedan observar verdaderos cambios. La gente es hospitalaria y afable.

El húngaro es, quizás, el más occidental de los habitantes de los países de su entorno comunista del Este. El país es prácticamente llano y tiene una superficie equivalente a un quinto de la de España. Su población, en este momento, es de 11 millones, de los que 2 de ellos viven en Budapest.

La capital, romántica y bañada por el Danubio, está enriquecida por los edificios-monumentos de aire majestuoso construidos durante la época de esplendor del imperio Austro-Húngaro. En ambas márgenes del río pueden contemplarse hermosos palacios, la Catedral, el Parlamento, el Bastión de los Pescadores, etc. al tiempo que amplios y bellos puentes sobre el Danubio cruzan de un lado a otro de la ciudad, de Buda a Pest.

Dentro de esta histórica ciudad se observan torres con cúpulas otomanas, tejados de cobre verdes, al igual que fachadas de principios de siglo muy bien conservadas. Por supuesto, resulta muy agradable también pasear con “la persona adecuada” a lo largo de las embellecidas orillas del río Danubio.

Visitar el Parlamento, acercarse al Parque para ver su palacio y su castillo, alejarse de la capital para visitar viñedos, recorrer el barrio viejo, sentarse en las terrazas callejeras para observar el comportamiento y vestir de los húngaros, ver la Plaza de los Héroes, contemplar la llamativa edificación, etc. etc. son visitas o paseos obligados en esta preciosa ciudad llena de un esplendor exquisito. Europa es tan bella e interesante que deberíamos visitarla con más frecuencia ya que son un verdadero tratado de la historia y el arte de nuestra cultura.