Haití 80

En junio de 2010, cuando habían pasado 30 años, coloqué en mi página web el texto íntegro de los comentarios que hice en su día: agosto de 1980, y que aquí transcribo. Sea indulgente el lector con las fotografías y con lo que ocurría en aquel entonces. Las cosas todavía han ido a peor en Haití, pobre país.

Este país, que comparte la antigua isla “La Española” de Colón, con la República Dominicana es, tristemente, tan pobre como interesante para el viajero. Ocupa el rincón del Noroeste y, en poca superficie, tiene la friolera de 6 millones de habitantes; esto resulta muy preocupante ya que el 70% del terreno es, prácticamente, inhabitable. Por tanto equivale a poner esos 6 millones en una superficie como la de la provincia de Santander. Después de Colón, allá por el S. XVII, llegaron los franceses, se declaró la independencia en el S. XIX y los americanos se la apropian al empezar el XX. Vaya un jaleo. Finalmente, en el 1960 tomó el poder Duvalier y ahora, en mi viaje, todavía continúa el partido único en el poder.

De un calor insoportable, Puerto Príncipe, su capital, es sucia, de edificaciones bajas y malas, poblada exclusivamente por negros que, por orgullo, ignoran a los visitantes aunque, debo decir, son correctos y educados. El palacio nacional es de arquitectura colonial, todo él en blanco, con porche de columnas neoclásicas y una cubierta formada por bóvedas. La catedral tiene encanto y colorido, al igual que otras pequeñas iglesias católicas.

Hay un enorme mercado lleno de campesinos y productos del campo. Hay un tremendo fanatismo católico y pude ver gente rezando hasta en el exterior de las iglesias. Los autobuses, grandes y pequeños, al igual que coches y camionetas, van todo pintados con dibujos de mucho colorido que cubren toda la carrocería. También, son muy agradables los colores pastel con que pintan las fachadas de sus casas y almacenes.

Es el país con nivel de vida más bajo de todo el continente americano y uno de los más bajos del mundo; posiblemente el que más pobreza y miseria padece. Aunque dicen ser una república, realmente se trata de la dictadura de un partido único, fascista, que controla a los visitantes como si fueran espías que vienen a liberar al pueblo del sometimiento.

La gente es muy religiosa y supersticiosa. Aunque el vudú forma parte de su cultura ancestral africana, no hay más de un 3% que lo practique. Hay un 60% de católicos y un 30% de protestantes. El 95% son negros y el 5% mulatos. Visten con ropas de mucho colorido, hacen buen ron y los mercados son muy bulliciosos y sucios pero tienen un gran tipismo. Hablan francés criollo y el idioma oficial es el francés; además de la agricultura propia de la región, tienen bauxita. Su moneda es el gourde.