Asturias 98

En un principio no era mi intención incluir en “sabinoelviajero.com” los pequeños viajes hechos por España y por los países europeos más conocidos, dado que estos están a la altura de cualquier viajero. Me decidió, el hecho de pensar que alguna fotografía pudiera ser un documento de interés para algún seguidor de la web.

GENERALIDADES (Viajo acompañado de mi hija)

Llegamos al aeropuerto de Asturias al caer la noche. Pero, cosa "rarísima", llueve, por ello decidimos, esperando que el tiempo mejorara, descender a León.

Pasamos la noche en el hotel Begoña Park en Gijón después de una suculenta cena, a base de sardinas, bonito, sidra y un paseo por el "muro" de la playa.

Tomamos, de buena mañana, la carretera vieja a León con el fin de pasar el “Puerto de Pajares” y recordar los viejos tiempos en los que pasaba por aquí, bien por carretera o por tren, solo o con mis padres: Puente los Fierros, Pajares, Pola de Gordon, etc. Ahora estos "pueblines" son menos de lo que eran.

Efectivamente en León lucía el sol. Visitamos, con bastante detalle, la ciudad: la preciosa catedral, con sus maravillosas vidrieras, la Casa de los Guzmanes, la casa Botines de Gaudí, la Plaza Mayor, San Isidoro, la parte antigua de la ciudad, el antiguo barrio Húmedo, la calle Ordoño II, etc. Nos alojamos en el maravilloso Parador Nacional de San Marcos. ¡Qué maravilla!

Al día siguiente salimos para Burgos. Pasamos por la capital, comimos opíparamente y visitamos: la enorme y preciosa Catedral, en proceso de limpieza, el Monasterio de las Huelgas, la cartuja de Miraflores... etc. Después retrocedimos hacia la provincia de Palencia para remontar hasta Aguilar de Campoo y pasar la noche en el tranquilo Parador Nacional de montaña de Cervera del Pisuerga. Visitamos, por supuesto, el pintoresco pueblo de Cervera. Al día siguiente fuimos a Potes por el agreste puerto de Piedrasluengas. Después a Fuente Dé para subir al funicular de los picos. Una vez arriba, a 2.000 m de altura, dimos un largo paseo cerca de las nieves perpetuas. Por la tarde y por el desfiladero de la Hermida nos dirigimos a Panes. Noche en el Parador Nacional de Fuente Dé.

A la mañana siguiente descendimos a Potes para tomar la carretera a Riafío. Tras subir al Puerto de San Glorio, y disfrutar de las maravillosas vistas del trayecto, me desvío a la derecha, hacia Posada, para después seguir hasta Caín, cabecera del Desfiladero del Cares. Comenzamos a caminar, desfiladero abajo, pero no pudimos seguir hasta Poncebos, final del desfiladero, pues no podíamos dejar el coche abandonado. De Caín nuevamente a Posada y de aquí a Cangas de Onís por el desfiladero de los Beyos. A medio desfiladero y en una especie de bar, nos pegamos una comida a base de cabrito, patatas fritas y pimientos que no será fácil de olvidar. Sobre el económico precio de la comida no digo nada porque “me da vergüenza”. Una vez más paso este largo desfiladero en un día soleado. La última vez, el día primero de noviembre de 1996, en pleno otoño, los árboles estaban vestidos de ocre amarillento. ¡Qué placer el contemplar esas hayas y esos robles!

Una hora más tarde, así es Asturias, el tiempo empezó a empeorar y decidimos dejar la visita de Cangas de Onís y de Covadonga para otro día. Nuevamente dejábamos Asturias para ir a Santander y ganar tiempo al tiempo. Seguimos hacia S. Vicente de la Barquera y Santillana del Mar. Aquí pernoctamos en un bonito hotelito con mucho encanto. Tanto S. Vicente como Santillana siguen siendo villas muy coquetas y cuidadas.

Dejamos Santillana en una mañana soleada y entramos en Santander para visitar esa limpia capital llena de clase y de estilo. Después, comenzamos nuestro regreso a Asturias intentando, nuevamente, visitar Cangas de Onís y Covadonga, con su preciosa Basílica y su cueva. Me recordó cuando, “hace muchos años, asistí a la boda de mi hermana, celebrada aquí. ¡Qué tiempos aquellos!

Después de comernos una fantástica fabada y una ternera con patatas, que no se la saltaba un gitano, nos encaminamos a los lagos; caminamos alrededor estos y de “les vaques" que pastaban para bajar "les fabes" y "la ternera". ¡Ah! por si fuera poco también comimos unas casadielles y leche frita. ¡Para morirse!” Después ascendimos a Arriondas y a Ribadesella en donde dormimos en un hotelito encantador frente a la playa. Largos paseos hasta la caída del sol y…sin cenar para la cama.

Al día siguiente tomamos la "carreterina" de Ribadesella a Gijón, atravesando lugares tan típicos como Colunga, Villaviciosa, Peon, Somió, etc. Pasamos cerca de la inmensa Universidad Laboral de Gijón. En la visita a Gijón nos acercamos a visitar la tumba de los abuelos y ponerles unas flores.

Después seguimos a Oviedo para recorrer, detalladamente, el barrio antiguo que tan cuidado está ahora. También subimos al Naranco y visitamos las iglesias prerrománicas: San Miguel de Lillo y Sta. María del Naranco. A última hora llegamos a Cudillero y nos deleitamos con ese "pueblín" pescador. Por la noche llegamos al aeropuerto de Ranón y embarcamos para Palma.

En resumen: el tiempo ha sido bastante bueno y tanto el coche alquilado como las carreteras, los hoteles, el paisaje, la comida, etc., han sido buenos; también

Asturias sigue encantándome: verde, agreste, hospitalaria, económica, etc., y, todo ello, con la agradable compañía de mi hija, a la que adoro, y de su bebé, que está en camino.