Mongolia 98

EL VIAJE: PRIMER DÍA

Apenas llegados a Ulan Bator, mi hijo Agustín y yo, comenzamos a preparar nuestro viaje que, durante una semana, nos llevaría al desierto del Gobi en el sur y al Karakórum, cuna del gran imperio de Gengis-Khan, en la parte centro-oeste. Pudimos encontrar un jeep de fabricación rusa y un chofer que decía conocer aquello. Tras los preparativos oportunos salimos zumbando, de buena mañana, hacia el Gobi. La idea era hacer unos 300 Km. diarios por un desierto en el que no había carretera ni pistas.

Todo lo que se ve son las rodadas de otros vehículos y que, no siempre, van en la dirección que tú quieres ir. También teníamos el problema de una posible avería, ya que el jeep había "envejecido" un poco. El futuro que se nos presentaba no era nada halagüeño pero así son las cosas v las aventuras. Tampoco pensamos que podíamos pasar días enteros sin ver un solo vehículo, como así fue, ni que los 300 km. se convirtieran, a veces, en 400. Además el polvo, el calor, el alojamiento, la comida, etc., etc.