Pakistán (el) 94

Diciembre de 1994

Cuestiones laborales me llevaron al Golfo Pérsico y posteriormente a Pakistán. Cuando estuve aquí la última vez este país tenía una población de 85 millones de habitantes y ahora tiene 120 millones. Las gentes que he tratado, por cuestiones de trabajo, tenían por término medio 7 hijos. Así van las cosas en un país que sólo tiene una superficie un 50% mayor que la de España y que pasa hambre en cantidad.

El idioma que hablan todos es el urdu y aunque el inglés es también idioma oficial sólo lo chapurrean algunos pocos a quienes no hay dios que los entienda dado su fuerte acento. Pakistán sigue siendo un país eminentemente agrícola aun cuando tiene petróleo, uranio y hierro. Nunca tuve deseo alguno de volver a este país dada la mala impresión que me causó y, por cierto, menos mala que la que me causa ahora. El nivel de vida ha mejorado pero permanece en el tercermundismo que estaba.

La suciedad, el polvo, la enorme contaminación (que impide respirar), la pobreza, etc. no acaban de mejorar. Solo se ven hombres: no hay azafatas en los aviones, sólo "azafatos"; las habitaciones del hotel las hacen los hombres y no mujeres; en las oficinas no se ven mujeres... la única mujer que trabaja debe ser la presidenta del país. La rupia, su moneda oficial, vale ahora unas 4 Ptas. (0,024€)

He de reconocer que el pakistaní es el musulmán más hospitalario de corazón que he conocido. Son realmente encantadores en todas partes, y siempre tratan de complacer al extranjero. En esto no se parecen a los hindúes, sus vecinos, que son unos grandes arrogantes. Aquí todavía quedan las famosas clases sociales: fui testigo de como, en plena calle, un brahma azotaba a un paria que conducía un carro de vacas cargado de estiércol de búfalo. Por cierto, aquí se conduce por la izquierda ya que fue "Imperio Británico".

En este momento se están asesinando políticos, unos a otros, e igualmente integristas islámicos, sunitas y chiitas, y por ello la situación es muy peligrosa. Hay que tomar precauciones en el momento que se pone el Sol, ya que la mayor parte de las calles no tienen nada de luz. No vi ningún turista en Pakistán en este viaje. Los pakistaníes visten cada vez más al estilo occidental. Hay mosquitos por todas partes: dentro del avión, dentro de la habitación etc. Son enormes y tuve suerte que no me picaron.

Dentro de las etnias que hay en Pakistán destacan los patanes, por la especie de gorra de plato que llevan, son muy belicosos. También los brahmas, por su ropa y distinción, punjabies de la región del Punjab, etc. etc. La conducción por las calles es histérica: tocan el claxon continuamente, no respetan ninguna norma, no hay semáforos y se cruzan todos al mismo tiempo. Como emplean gasolinas muy malas y casi todos los vehículos son motos viejas o motocarros y van echando humo, llega un momento que la contaminación se hace insoportable y no se ve bien más allá de los 50 metros. Menos mal que el 50% del transporte es de tracción humana. Todavía se ven muchas mujeres vestidas de negro con velo, que no quieren ser fotografiadas.

Estuve en el hotel AVARY, antiguo Hilton (250 dólares la noche), pues iba con gastos pagados y por otra parte si vas a un hotel inferior los mosquitos podrían devorarte. No hay nada que ver en Karachi y solo un poco en Lahore. A pesar de todo volveré pues es mi alternativa para entrar en Afganistán. Volar con KLM es siempre un placer. Por otra parte la escala que hice en Ámsterdam, para tomar el vuelo a Dubai, fue muy agradable dada la época navideña. Cero grados no es mucho cuando el frío es seco y te paseas para entrar en calor por esas agradables calles comerciales. Estuve en el confortable hotel suizo Ascot. Entre las anécdotas del viaje figura el despegue abortado que sufrimos al cruzarse una bandada de pájaros por la pista del aeropuerto de Ámsterdam. Tiraron cohetes y los pájaros se fueron.

Dubai, especie de "ciudad free-shop", tiene un precioso aeropuerto construido en estilo oriental (columnas y arcos con influencia árabe) pintado en blanco. Curiosamente la temperatura, ahora en diciembre, es de 25ºC a las 12 de la noche. Todo está iluminado a tope…como prueba de riqueza oriental.