7 día-Mar de Weddell.Isla Paulet-08.12.99

Me levanté a las 04,30 h y miré a través del ojo de buey de mi cabina. Hacía 2 horas que había salido el sol, teníamos un día maravilloso y sin una sola nube. Qué pocas veces se ve esto por aquí. Mi colega, el del puente de mando, me había dicho que, según los cálculos, sobre las 5 estaríamos pasando el estrecho del ANTÁRTICO (ANTARTIC SOUND) y que siempre estaba lleno de icebergs de grandes dimensiones y belleza inusual. Fue todo un espectáculo. La gente estaba durmiendo. A las 8,30 hrs. habíamos pasado el estrecho y entrábamos en el mar de WEDDELL para, tras una corta travesía, dirigirnos a la isla PAULET. El tal WEDDELL, británico, cazador de focas, navegaba por estos mares en 1820.

¡INCREIDLE! y lo que es más increíble todavía: navegó hasta el paralelo 75 Sur. Ciertamente, se merece que este mar por el que navegamos lleve su nombre. Tal fue el espectáculo que los icebergs ofrecían a lo largo de los 60 Km que tenía el estrecho, que deberían llamarlo la “Avenida de los icebergs”.

Pasamos por la Bahía de Rope en la que los argentinos tienen su base llamada Esperanza y, en donde, el personal que la lleva, permanece más de 9 meses sin poder salir debido a que el hielo no se va!!!

Desembarcamos en la isla PAULET, de unos 2 km de diámetro. No me defraudó. Había focas WEDDELL y, sobre todo, millones de pingüinos ADELIE en periodo de incubación y una enorme colonia de CORMORANES BLUE­EYED SHAG, que estaban incubando también. Algunos tenían ya su polluelo, cuyo largo pescuecillo se veía asomar bajo el cuerpo envolvente de la madre ¡Una monada! Casi le dimos la vuelta a pie a la isla recorriendo las colonias de pájaros. Aquí una expedición nórdica, llamada antártica, pasó un invierno entero en el año 1903; aún quedan restos de una caseta que construyeron, con piedras, para protegerse del crudo invierno.

Por la tarde navegamos hacía la isla DEVIL en la que había grandes colonias de ADELIES. Lamentablemente el precioso sol de la mañana había sido sustituido, en el plazo de una hora, por unas nubes densas que cubrían todo el cielo. El frío era insoportable y el viento era tan fuerte que agravaba la situación. Entre el pasaje hay mucha gente con la cara roja y helada. Además se ven muchos expedicionarios con los labios irritados y hechos un Cristo. Hasta el momento no he tenido, por fortuna, ningún problema pues he utilizado protector solar todo el tiempo.

Hemos tenido una maravillosa puesta de sol sobre los icebergs. Asisto a la proyección de un vídeo de 2 horas dedicado a la ANTÁRTIDA. Fue muy interesante. Mi amiguete, oficial filipino del puente, me sigue teniendo informado de todo cuanto ocurre. También me deja que enrede con las cartas de navegación y que tantee, gráficamente, rumbos y horas de llegada. El manejo del radar es muy fácil.