Rapa Nui / I. Pascua 96
Febrero de 1996
Alejada unos 4.000 kilómetros de las costas de Chile y algo más de cuatro mil del archipiélago de Tahití esta isla, de dimensiones parecidas a Formentera, bien puede decirse de ella que está perdida en medio del Pacífico.
Rapa Nui tiene un enorme parecido con las Islas Azores: verde, con colinas, lluvias frecuentes y cielos siempre cubiertos, vacas, volcanes, poquísima población (menos de 2.000 habitantes), aislamiento geográfico, etc.
Los habitantes, pascuenses, nunca han querido ser chilenos. Se dan cuenta de que no pueden permitirse una independencia, que resultaría carísima pero, al mismo tiempo, desean tener una plena autonomía que les permita defender su cultura Rapa Nui.
La indolencia y el alto nivel de felicidad son las características principales de los habitantes de Pascua. Por un error suyo, casi me quedo en tierra cuando quise regresar por avión a Santiago de Chile. Una considerable parte de la población tiene aire polinesio. Llueve casi todos los días y el cielo está casi siempre cubierto y con frecuencia hace viento.
La isla esta virgen completamente. Los caminos son de tierra y alrededor de los “MOAIS " pastan las vacas. Nada ha sido estropeado y resulta un buen ejemplo de como cuidar restos históricos.
La mayor parte de la isla es un parque natural. Es una especie de museo arqueológico al aire libre. La gente se dedica al turismo, la pesca o la ganadería (vacas y caballos). El medio de transporte para sus dos mil habitantes es, habitualmente, el caballo. Cada isleño tiene su propio caballo.
Sus primeros habitantes la llamaban el "ombligo del mundo" pues creían que era el centro de todo. Los famosos "MOAIS", tallados con hachas de sílice, tienen hasta diez metros de altura y cincuenta toneladas de peso y se encuentran por todas partes de la isla. Unos trescientos “MOAIS” fueron abandonados en estado de construcción cuando los "orejas largas", la clase dominante, perdió la guerra civil contra los "orejas cortas", la clase dominada. Las canteras estaban, principalmente, en la ladera de los volcanes.
Son bonitas las pequeñas playas de ANAKENA y es interesante el cráter del volcán ORONGO con su leyenda del "hombre-pájaro" y sus petroglifos. Leyendo el libro AKU-AKU de Thor Heyerdahl sobre esta isla, el famoso misterio de los MOAIS queda claramente descifrado y reducido a “un trabajo hecho por las tribus que habitaban RAPA NUI”. Los pascuenses no consideran, en absoluto, que la construcción, transporte y levantamiento de los MOAIS sea un misterio o suponga la intervención de extraterrestres. De hecho el mencionado científico noruego, en su visita por los años 50, consiguió que algunos habitantes tallaran un MOAI, lo arrastraran hasta el llano y, finalmente, lo levantaran; todo ello en un par de semanas, lo que terminó con el misterio que rodeaba esta isla.
Los primeros que llegaron a Pascua fueron los conocidos Maoríes, guerreros y navegantes del Pacífico Sur. Después aparecieron tribus polinesias entre las que figuran la de los "hombres orejas largas" que sometieron a la población nativa, los “orejas cortas". Allá por el principio del siglo XVIII navegantes holandeses descubrieron esta isla en un día de Pascua y de ahí viene su nombre. Años después la visitaron los españoles dándole el nombre de isla de San Carlos. Nadie, salvo Chile, ha tenido interés en cuidarse de ella y de sus habitantes.
Con relación a su cocina yo destacaría: los pepinos dulces que son una fruta exquisita, al igual que la sandía. El atún de esta zona del pacífico es excelente y se come a diario.