Junio de 2025
Esta ha sido mi quinta visita a Polonia. La primera, en el año 1978, fue la más difícil, peligrosa y complicada pues era ciudadano de una España franquista (llamada fascista en el exterior) y tenía que entrar en el Berlín Oriental y en la Alemania comunista para finalmente llegar en tren a otra Polonia comunista de la URSS…
En fin, ahora, tras 4 visitas a este país, me encuentro con una Polonia europea, con 38 millones de habitantes, democrática y con una buena renta per cápita que en nada se parece a lo que encontré entonces: pobreza a tope, alimentación muy escasa, vistiendo casi con harapos…era horrible.
En otros viajes había visitado su costa del Báltico o bien otras ciudades. En este viaje comienzo por Varsovia, ciudad eminentemente turística, que ahora es muy agradable, colorida y que sus ciudadanos ya no te miran con aquel odio que acostumbraban pues al verte decentemente vestido te confundían con un rico, a quienes su sistema comunista odiaba.
Ahora Polonia ocupa un puesto muy destacable en Europa con una potente economía y su arquitectura con aire medieval resulta encantadora para los visitantes. El río Vístula se muestra amplio y con márgenes muy verdes. Me alojé en un hotel del barrio de Praga Norte, antiguo barrio obrero marginado, y visité el parque, que yo llamo de Chopin, el centro antiguo con su colorida edificación medieval, plaza del Castillo, monumento y museo sobre los sufridos judíos, decenas de estatuas en bronces de sus héroes, iglesias católicas, etc., etc. Se nota la influencia rusa en la edificación de una capital con sus amplias, casi gigantescas avenidas y plazas, de sus zonas verdes, de sus parques y edificios gubernamentales. Ahora ya llega a los dos millones de habitantes. Es una ciudad muy limpia y bien ordenada. Un fuerte partido de derechas se cuestiona la pertenencia a la CE. La Nóbel Madame Curie era polaca. Son los europeos que se casan más jóvenes… Este país ha sido muy humanitario con los ucranianos permitiendo la entrada de 3.5 millones de ellos. Sin paro laboral, sin un solo papel ni colillas en el suelo…por cierto, casi todas las chicas visten de negro, curioso, ¿no?
Seguí hacia el noroeste unos 200 km visitando la ciudad de Torún, de unos 200 mil habitantes, lugar de nacimiento de Copérnico, cuyo centro antiguo imita la colorida edificación medieval que resulta muy agradable para el visitante. El trazado desde Varsovia ha sido perfectamente horizontal y en los amplios campos atravesados solo crecen cereales, pero sin árboles frutales ni bosque.
Después, también a unos 200 km, se llega a la ciudad de Poznan, al lado del Río Varta, de medio millón de habitante y situada en la parte oeste del país. Es muy interesante la histórica isla situada en medio del río donde luce su bella catedral. Se ve alguna edificación que sigue el estilo renacentista. En la parte vieja de la ciudad está la plaza del Mercado la que supera con creces, tanto en arquitectura como en pintura, a la de Varsovia
De aquí y a unos 150 km hacia el sur llegamos a Wroclaw, de unos 700 mil habitantes, también llamada la Venecia del noroeste de Polonia por sus innumerables canales que parten del río Óder. En los muchos puentes que los cruzan, los enamorados ponen candados de recuerdo en las barandillas. La plaza del mercado es, sin lugar a duda, de mucha más calidad de edificación y decoración que la famosa plaza de Varsovia.
Al siguiente día llegué a la turística Cracovia, con 800 mil habitantes, que tiene la mayor plaza del mercado de Europa (200x200m). Además, hay que visitar su castillo, su catedral, su mina de sal (la visité una vez más, aunque ahora es más bien un museo) y su Auschwitz (que he visitado en otro viaje anterior y sin ganas de repetir). De los 60 mil judíos que vivían aquí, 55 mil fueron exterminados… El Vístula también pasa por aquí y 200 iglesias se reparten esta ciudad de Juan Pablo II. Quizás este país sea el de más alto porcentaje de habitantes católicos practicantes del mundo.
Por último, y en el camino de regreso a Varsovia, visito la ciudad de Czestochowa, lugar de peregrinación. Es un destino religioso, parecido a Lourdes o a Fátima, donde el centro de atención está en el cuadro de la Virgen Negra.
Tras pasar la noche en un hotel muy próximo al aeropuerto de Varsovia regreso a España. Hasta otra.