Emiratos Árabes Unidos(los) 10
Marzo de 2010
Hacía unos 7 años que no visitaba el Golfo Pérsico: justamente durante mi último viaje a Afganistán en 2003. Anteriormente lo hice en feb. 97.
La zona que en su día fue llamada la “costa de los piratas” es ahora una zona tranquila y tremendamente próspera. Allá por el año 76, los siete emires o reyes que controlaban este desierto se unieron para formar una curiosa nación, con una superficie 15 veces menor que España, formada por 7 estados: en cada uno reina y gobierna un rey, cuyo poder hereda de su antecesor; no hay elecciones ni partidos políticos; así de fácil…tampoco hay centrales sindicales…los 7 emires tienen el poder absoluto sobre la población de 5 millones y las leyes tienen su origen en la Ley Coránica…aunque, actualmente, una mujer ha llegado a juez. Por otra parte hay más de un 10% de analfabetos.
En fin, cuando se es rico, a base de petróleo, se puede hacer lo que se quiera y nadie dice nada…en su población solo hay un 50% de árabes, (un 80% de ellos sunitas y un 20% chiítas), el otro 50% son orientales. Hay muchos indios…de La Unión India, que regentan tiendas y joyerías, así que cuidado con las compras… Muchos paquistaníes, muchos malayos, etc. Se habla árabe como lengua oficial. Por las calles las mujeres visten de diferentes formas: burka, niqab, chador, shayla, hiyab y a la europea.
Los estados de Dubai y Abu Dhabi son los más fuertes y más poblados, 2 millones cada uno, y controlan el poder. Sharjah, es el tercero y Fujayrah, Ras al Khaimah, Ajman y Umn al Qaiwain, muy pequeños en población, conforman el resto. Su renta per cápita es de unos 50 mil dólares. La inflación es alta y su esperanza de vida: 73 años los hombres y 78 las mujeres.
DUBAI, al verse pobre en hidrocarburos ha decidido, hace ya más de una década, acudir al turismo de lujo, al snobismo, a la construcción de zonas urbanas muy sofisticadas, etc. para lograr una actividad comercial como en su día hizo el Líbano. Ha instalado sectores industriales de tecnología puntera como Dubai Internet City y Dubai Marina. En estos días ha sido inaugurado el edificio más alto del mundo de unos 830 m de altura que, junto al famoso edificio-hotel Vela, constituyen un buen atractivo para el visitante y el turista. Por supuesto fui a visitar ambos y, en el caso del primero, llamado Burj el Khalifa o torre de Dubai, dada su extremada altura y cuando quise llegar con la vista a la parte superior del edificio casi me caigo de espaldas; es asombroso y formado por figuras cilíndricas adosadas que ofrecen una forma arquitectónica de gran belleza. Tomé una pizza mientras lo contemplaba. No cabía entero en la máquina de fotos. En cuanto al hotel, diseñado en forma de vela, y llamado Burj el Arab, es realmente una atrevida e interesante muestra de arquitectura moderna.
Por otra parte, y con la ayuda americana, tienen la mayor factoría del mundo en cuanto a la laminación de aluminio cuya materia prima, la bauxita, es importada en su totalidad. Además, también con apoyo americano, fabrican aviones comerciales de grandes dimensiones. Así que Dubai ha sabido industrializarse para sobrevivir y elevar su nivel de vida. Por si fuera poco, 7 millones anuales de turistas o visitantes dejan aquí sus divisas.
El Metro con sus estaciones futuristas, diseñado por un grupo japonés y con control remoto, discurre totalmente elevado sobre una estructura moderna que añade un toque más a la ya de por si atrevida arquitectura de Dubái.
Y ya no digamos nada de sus gigantescas urbanizaciones, ganadas al mar, con forma de palmera, que albergan hoteles carísimos, residencias, restaurantes, etc. En fin todo un lujo de diseño y construcción donde, por supuesto, la entrada está muy restringida. Bordeé en un catamarán una de ellas y aproveché para fotografiar el Hotel-Vela desde el mar.
ABU DHABI, que es una isla unida por un puente al resto del emirato, ha seguido la trayectoria de Dubai aunque ha dejado más distancia entre las edificaciones y por tanto más esponjamiento lo que la hace, aparentemente, más tranquila y residencial. Tiene un precioso Paseo Marítimo de más de 6 K de longitud y playas de arena, en las que hombres y mujeres está separados. Lo mismo ocurre en las mezquitas. Y más de lo mismo en los parques. Por supuesto las mujeres no entran en los bares.
Su bella mezquita, blanca y de grandes dimensiones, es una visita obligada.
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El molesto Harmattan, viento del desierto, aporta una fina arena que coloca todo el Emirato bajo una calima o niebla de polvo. Es curioso constatar que, al final de cada calle, aparece el desierto. Sí, ese desierto que siempre estuvo ahí pero que el hombre se ha empeñado en tapar con gigantescas urbanizaciones.
FUJAIRAH es otro de los Emiratos, aunque lejos del lujo y la ostentación de los anteriores. Esta vez entré por el mar.
Como todos ellos, tiene su alta edificación, aunque escasa y muy poco cuidada, hasta el extremo de que faltan aceras y no tiene un buen Paseo Marítimo. Ha mejorado desde mi última visita y, ahora, dispone de algunos centros comerciales. Hay cosas muy cutres todavía: se ven muchos inodoros, lavabos, mesas, manteles, etc. de estilo rococó que llegan a resultar cómicos.
En los Emiratos abundan los coche de lujo y muy caros y, casi todos ellos, llevan cristales ahumados que impiden ver, creo yo, las mujeres que van en su interior. En Fujairah visité el mercado del pescado, extremadamente limpio, algún centro comercial y hasta me atreví a ponerme algunas de las esencias olorosas y dulces que emplean los hombres locales. La población de trabajadores es inmensa; apenas se ven árabes nativos… !quizás estén ocupados contando sus petrodólares!
El Harmattan castiga este estado al igual que los demás. A pesar de haber construido nuevas universidades, el tradicionalismo musulmán continúa en todos los ambientes. Los nativos trabajan en la Administración o en los negocios del petróleo. La mano de obra es siempre extranjera. El inmigrante no goza de grandes privilegios, no puede comprar propiedades y no consigue ni la integración ni la nacionalidad. Puede ser expulsado con cierta facilidad.
Francia ha sabido marcarse un tanto al establecer una base militar permanente en el país.