Colombia

Medellín 15

Tras una hora de vuelo llegué a esta agradable ciudad en la que apenas hay presión militar ni policial. Aquí la gente es más agradable y hospitalaria que en Bogotá y además la altura, ahora a solo 1.500 m, ya no es un problema. A pesar de las altas o altísimas tasas de criminalidad, la gente es muy agradable y hospitalaria. Nada debes llevar en las manos y nada te robarán. Por otra parte en esta ciudad, Botero se ha volcado con pinturas y esculturas y ha llenado la ciudad de sus gorditas figuras de bronce. Un tren elevado moderno, limpio, espacioso y cómodo surca la ciudad de un lado a otro y permite a la gente desplazarse a buena velocidad a un coste no abusivo. Medellín, capital del estado de Antioquia, está en un valle situado al pie de unas agrestes montañas en cuya cúspide esta su aeropuerto, a unos 500 m por encima de la ciudad y a 42 kilómetros de la misma. Recorriendo las calles de la ciudad predomina el fuerte olor a chócolo que es el aceite de maíz utilizado para los fritos que hacen por las calles.

En el centro de la ciudad hay visitas obligadas como lo son la plaza de Simón bolívar, con la estatua ecuestre del libertador y la catedral de poco valor. Es, más que obligada, la visita a la Plaza de las esculturas de Botero, en donde se encuentra también el museo de Antioquia y el Palacio de la Cultura. En el primero, una exposición itinerante sobre pinturas de Botero tiene todo el protagonismo además de una serie especial suya dedicada al circo. Al parecer Fernando Botero tiene actualmente 83 años y vive con su tercera esposa. En la plaza y en los museos mencionados anteriormente son muchas, mejor dicho muchísimas, tanto las esculturas de Botero como sus pinturas, realizadas a lo largo de toda su vida y, por supuesto, todas ellas con esas originales obesidades que tan agradables o sorprendentes resultan.

Me alojé en el agradable barrio rosa, apoyado sobre una de las laderas de la ciudad y repleto de agradables bares, restaurantes y pequeños hoteles regidos, en una buena parte, por homosexuales de aceptable nivel económico y cultural. Las calles, situadas en la falda de la montaña, como lo estaba la zona del Poblado donde tenía mi hotel, están bordeadas por árboles floreados (flamboyanes, hibiscos, mangos, etc.) de gran desarrollo que se unen, entre si, haciendo un arco sobre la propia calzada. Dejar el centro de la ciudad es sinónimo de encontrarse con un paisaje muy verde.

Entre las cosas curiosas que recuerdo diría: la gasolina cuesta 0,7 euros el litro mientras que, en España, pagamos actualmente 1,2 euros litro; la panela es la mezcla del azúcar de caña con canela y se utiliza como edulcorante en el café y los postres; las famosas favelas son humildes edificaciones de una o dos plantas construidas con ladrillos que no han sido revocados o enfoscados y que forman enormes barriadas en el extrarradio de la ciudad; la canela que es una especia muy común, de buena calidad y sabor, pueden añadirla cualquier cosa que se les ocurra. Es sorprenderte ver como las estatuas de Botero están tan repetidas o copiadas que cualquiera de ellas puede verse en distintas ciudades de Colombia o bien en otras ciudades europeas, incluida la de Oviedo en España. Una de las que más se ve repetida es la de la famosa mano abierta que puede contemplarse por medio mundo.

Visité el Cerro Nutibara, situado a bastante altura sobre la ciudad, en el cual hay un amplio mirador desde el que se contempla la urbe en toda su extensión. Muy cerca de allí está el Centro de Exposiciones. Recorrí la famosa calle de Carabobo, hortera como ella sola, y la original Plaza de las Luces (formada por cientos de faros muy altos y de poco diámetro). En la calle de Carabobo visité su enorme centro comercial, formado por un edificio un tanto singular, en cuya entrada decía: "Lugar seguro"...Paseando detenidamente la ciudad se puede observar mucha gente lisiada, colgada, marginada, con problemas mentales o pidiendo… es muy lamentable que esto ocurra en un país tan rico como éste. En mi barrio, quiero decir en el que estaba mi hotel, llamado El Poblado, había una escultura de bastante calidad, hecha de bronce, de una mujer buscando oro y en recuerdo de aquellos tiempos en los que hasta las mujeres buscaban oro por los ríos. Volví a tomar zumos de tomate de árbol, frÍjoles (judías pintas) de excelente calidad y, a veces, esas judías pintas mezcladas con arroz que, como ya he dicho anteriormente, lo llaman gallopinto.

Subí al parque de ARVÍ (Cerro Santo) de varias miles de hectáreas de superficie cubierta de un denso bosque en un moderno teleférico de varios kilómetros de longitud y a una altura tal, sobre el suelo, que pasaba por encima de muchos de los barrios pobres formados por favelas y edificados sobre las laderas de las montañas que rodean la parte noroccidental de Medellín. Además, en el precioso bosque, había muchos árboles con flores y muchas plantas tales como azaleas, helechos gigantes, hortensias, etc. El teleférico en sí, era una verdadera obra de ingeniería industrial. Desde la cabina se podía ver perfectamente el contraste que formaban los rascacielos de las zonas industriales y financieras con los humildes barrios formados por favelas, que claramente expresaba la enorme diferencia de clases en las que se divide esta enorme ciudad. Compartí una de las cabinas con una abuela y su nieta; a esta última, una niña negra guapísima, llamada Gisela, le hice una fotografía y después les ofrecí enviarles la foto por correo pero, lamentablemente, el correo postal no existe en Colombia ni, por otra parte, tampoco tenían dirección de correo electrónico alguna.

Eran de un barrio muy pobre y me dijeron no saber qué era Internet; así que la niña y la abuela se conformaron con ver la fotografía en mi cámara. Por cierto, el conocido Parque Biblioteca de España, situado en el barrio de Santo Domingo, en medio de barrios de favelas y cerca del parque de Arví, está formado por una original arquitectura a base de gigantescos dados, quizás de hormigón, de color negro y dedicado a la moderna ciencia de las Comunicaciones en el que se practican e imparten clases y temas relativos a informática y demás sistemas de comunicación está, como decía antes, alojado en unos edificios cuyo revestimiento exterior, formado por placas de chapa negra, parecen estar desprendiéndose, lo que supone tener que hacer una total reposición. Durante mi visita culpaban al arquitecto por no haber controlado la colocación de las mencionadas placas. En cualquier caso, al parecer, la administración del Estado no parece estar muy contenta de la utilidad o aprovechamiento que la juventud había hecho, hasta el momento, de estas costosas instalaciones.

Aunque Colombia tiene una renta por habitante equivalente a una cuarta parte de la de España, su parque de automóviles es muy joven; además cuidan mucho los vehículos y los tienen siempre brillantes, no tienen golpes ni rozaduras…en España, en los años 70, ocurría algo parecido: el domingo por la mañana él lavaba el coche mientras su mujer preparaba la paella…bromeo. Aquí, en las familias, domina el coche pequeño o muy pequeño y los taxis son casi siempre diminutos chevrolets, hyundais o Kias debido a que por una parte consumen poco y por otra a que la gente no es muy alta ni tiene piernas muy largas, por lo que caben bien en ellos. Es tradición que las niñas al cumplir los 15 años hagan una pequeña fiesta en la que se visten de mayores; así fue como fotografié a una chica durante su celebración, acompañada de su familia, la que, en este caso, me dio su email y pude al día siguiente enviarle las fotos.

Tras varios vuelos interiores a Medellín y Cartagena he de decir que la compañía aérea nacional, Avianca, ha sido siempre puntual y con aviones modernos muy bien equipados y hasta con el equipo para ver películas y juegos en el confortable y distanciado asiento. Después de haber dado muchas vueltas buscando sellos para enviar unas postales, me dijeron que no existe el servicio postal de Correos por lo que no se envían postales ni cartas ni nada de nada; hace años que no escriben cartas. Al parecer hay empresas privadas, que se encargan de llevar paquetes y documentos. Este es el primer país que visito que no tiene correos y ni siquiera sellos para los coleccionistas.

¡Hasta otra!