Bolivia 93
Abril de 1993
Nunca tuve un gran interés en visitar este país por la creencia de que no había nada en él que pudiera atraerme… pués no me equivoqué. En cualquier caso, el viajero nunca pierde la ocasión de conocer algo nuevo. Entre a Bolivia por La Paz, ciudad que al estar a 3.700 m. de altura, lo primero que se siente es mareo, dolor de cabeza y dificultades para respirar. Afortunadamente este “mal de altura” sólo dura el primer día.
Bolivia es, quizás, uno de los países más pobres del mundo occidental y resulta un poco desagradable contemplar esta miseria, cuando en muchos países se derrocha tanto en comida aquí la gente se muere de hambre. El día que llegué se había suicidado una familia entera por no tener que comer. Mucha gente vive en las calles y no tienen ni siquiera una triste caja de madera o cartón donde guarecer a los niños durante la noche. Por supuesto, disponer de una barraca hecha de trozos de madera y chapas encontradas en los basureros es todo un lujo.
Por todo ello, y por carecer de escuelas, la gente es inculta, atrasada, ignorante, sucia, etc. Por otra parte, y por si fuera poco, La Paz es una ciudad sin arquitectura alguna, llena de pobres, en donde los españoles no debieron hacer otra cosa que robarles el oro y violar a sus mujeres, pues no parece que se hayan esforzado mucho en enseñarles algo. ¡Pobre gente!
Y así han ido por su más reciente historia: han perdido más del 50% de su territorio a causa de perder y perder guerras con Brasil, Perú y Chile, quienes les quitaron toda posibilidad de salida al mar, con lo que están totalmente aislados y sin ríos navegables por los que pudieran sacar sus mercancías al exterior. Es el doble que España en superficie, pero solo tiene 6,5 millones de habitante debido a la gran mortalidad infantil: 300.000 niños mueren anualmente (y estas son cifras oficiales) debido a la desnutrición y pestes que padecen. No hay alcantarillado, ni calles asfaltadas, ni escuelas… en fin algo imperdonable en este mundo occidental… pero eso SÍ está la Iglesia Católica para decirles: "Tened los hijos que Dios os dé… Dios está de parte de los pobres…etc." ¡Vaya una ayuda!
Dejé la ciudad de La Paz y me dirigí al lago TITICACA situado a 3.900 m. de altitud por donde estuve navegando. Allí encontré el famoso taller de totoras, que son embarcaciones hechas con juncos donde, curiosamente, se hicieron las embarcaciones: Tigris y Ra II, que sirvieron para los famosos viajes del noruego Thor Heyerdhal a través del Atlántico y el mar Rojo. Charlé con los hermanos Limachi, que fueron los que diseñaron y construyeron las embarcaciones, sobre la personalidad de Thor, cuyos libros he leído.
Posteriormente fui a visitar las ruinas de la ciudad antigua de TIAHUANACO que tuvo su apogeo entre 1500 a. C. hasta 600 d. C. en la que algunas partes se encuentran bien conservadas. Esta fue una visita muy interesante. También visité la zona tropical, recorriendo algunos cañones que forman los ríos.
La población de Bolivia está claramente dividida en tres grupos: Los que pueblan el Altiplano que son los Aimares, los que pueblan la zona tropical del país que son los guaraníes y los que pueblan el valle que son los Quechua. Dejé el país sobrevolando las Andes y más concretamente el Illimani que es un monte de unos 6.462 m y que está totalmente nevado todo el año.
Me traje de recuerdo un buen puñado de fósiles y monedas de todo tipo.