Túnez 01
Diciembre de 2001
En Abril de 1988 lo visité detenidamente. Ahora, tras más de 12 años, Túnez ha progresado sensiblemente. La renta per cápita llega a los 2.000 dólares (España 15.000) y la población remonta los 9 millones de habitantes. Continúa siendo tranquilo, hospitalario, limpio y en orden; claro que considerando que se trata de un país árabe del Magreb.
El dictador socialista Bourguiba hizo una buena labor durante 30 años. La influencia francesa se aprecia constantemente, ya que aquí estuvieron los franceses hasta 1956. La capital Túnez ya pasa del millón de habitantes y Sfax de 800.000.
La esperanza de vida está en los 71 años para el hombre y 74 para la mujer. Contrariamente a lo que ocurre en otros países árabes, aquí el 98 % son árabes y sólo el 2 % son bereberes pero son, en su totalidad, musulmanes. El nuevo DINAR cuesta 135 pesetas (0,81€).
La riqueza radica en el turismo, algo de petróleo, aceite de oliva, fosfatos, etc. A pesar de la fantástica labor hecha por Bourguiba todavía hay un 33 % de analfabetos. Creo que había menos cuando vine la primera vez.
El recorrido que hice fue el siguiente: MONASTiR, HAMMAMET, EL DJEM, SFAX, GABÈS, MÉDENINE, DJERBA, MATMATA, KEBILI, etc. Las montañas de estas dos últimas poblaciones fueron muy interesantes así como METAMEUR con sus gorfhas. La isla de DJERBA, que la recuerdo con un par de hoteles, está ahora plagada de ellos. En sí no vale nada, pero han sabido promocionarla comercialmente y ahora es muy conocida y popular. Crucé en el ferry al salir de la isla y entré por carretera al llegar. Ahora tiene un aeropuerto internacional, lo que hace 12 años parecía imposible.
Las carreteras son buenas y tienen muy poco tráfico. Lo malo es que por la parte Sur del país sopla el HARMATTAN (viento del desierto) y el polvo no te deja ver bien y además te llena los ojos y el coche de arena. Todos los días que estuve por el Sur tuvimos este maldito viento. De la comida tunecina destacaría, solamente, el cuscús que es más bien argelino, los dátiles y las naranjas. El resto de la comida es más bien picante, algo revuelta y peligrosa. El cordero, de sabor muy fuerte, lo hacen a la llama y resulta quemado y con sabor a humo.
Visité BIZERTA, situada en el Norte a unos 80 km. de la capital, comprobando su poco valor. Quizás había algo de tipismo en el pueblecito pesquero y en la muralla de la antigua ciudad. Se trata de una estrechísima entrada natural desde el mar abierto a una laguna interior de aguas semi dulces, alimentada por algunos ríos. Todo muy tranquilo y ecológico.
Dejé poco por visitar, pues llegué a recorrer unos 2.300 Km. en 6 días. Por supuesto también vi: TOZEUR, GAESA, CHOTT EL JERID, SOUSSE, TÚNEZ, SIDI BOU SAlD, KAIRUÁN, etc. Una cosa me decepcionó: cruzar el CHOTT EL JERID. Ahora está seco y, además, la carretera que antes estaba a nivel del agua ha sido elevada y asfaltada. La vista del CHOTT ya no es tan atractiva.
Pasé la Nochevieja en el hotel OCCIDENTAL de HAMMAMET en donde compartí mesa con una agradable familia de Santander. Seguiré viniendo a Túnez aunque ya solo me adentraré en el desierto sin visitar ciudades.
Hasta otra.