República Centroafricana(la) 01
Marzo de 2001
La República Centroafricana está situada al sur del Chad y rodeada por Sudán, la R. Democrática del Congo, el Congo y el Camerún y encuadrada dentro de los países pequeños de África. No obstante es un 25% mayor que España. Así se las gastan los países africanos. Por el contrario su población no pasa de 3,5 millones.
La capital BANGUI, con medio millón de habitantes, no tiene ningún interés. La unidad monetaria es el CFA cuyo valor es de 1 fr. =100 CFA. Tiene un clima cálido y húmedo con largas estaciones de lluvia.
Hasta el año 1.960 fue una colonia francesa, llamada territorio del OUBANGUI-CHARl. Desde esta fecha, en que consiguió su independencia, hasta 1979, el caníbal y antropófago mariscal BOKASSA azotó el país. Tras él, otro militar, el general KOLINGA, estableció otra dictadura. La presión internacional obligó a la democratización del país en 1994. En el año 1996 comienza una guerra civil provocada por una secesión rebelde del ejército que ha acabado hace poco. Esta historia se repite por toda África.
Los centroafricanos pertenecen a diferentes cepas de grupos étnicos: Bantúes y Sudaneses, y las etnia más destacadas son: Banda, Baya, Azande, etc. hay también un minúsculo grupo de pigmeos aislados en la selva. Los idiomas oficiales son el SANGO y el francés.
La esperanza de vida es muy baja: 42 años el hombre y 47 la mujer. De religión son: 60% animistas, 15% católicos, 15% protestantes y 16% musulmanes. Aunque el idioma oficial sea el francés, no hay más allá de un 2% de la población capaz de hablarlo y, de ésos sólo una cuarta parte lo pronuncia aceptablemente. Así estamos, paciencia y a repetir las cosas varias veces. Son muy pobres y la renta per cápita ronda los 300 US$. El analfabetismo es del 50% y hay 20.000 personas por cada médico. Pobre gente.
En la agricultura tienen algodón, cereales, café, y mucho bosque. Algo de oro y diamantes. Por supuesto, además de la malaria hay otras muchas enfermedades. Geográficamente están situados en el paralelo 10 N y meridiano 15 E, pero, sin embargo, mantienen el horario de París, por una cuestión comercial, y por ello sorprende que el sol caiga temprano al llegar la tarde.
Pues bien, 9 días completos por este país y por su OBUBANGUI me han dado mucho de sí. Llegué a BANGUI, la capital, en un vuelo de Air-France, vía París y DJAMENA. Las primeras palabras que escuche en el cochambroso aeropuerto fueron: “NO FOTOS EN ESTE PAÍS”.Se comprende pues, al ser en un 60% animistas; creen que la fotografía afecta a su suerte o ánima. En fin, que hice fotos tomando grandes precauciones y casi siempre en zonas rurales y sin policía alrededor.
Tras presentarme como un hombre de negocios y pasar las “FORMALIDADES” aeroportuarias, tomé un taxi y me trasladé al único alojamiento “decente” de la capital: el hotel Bangui. Para ello atravesamos la capital y me di cuenta, inmediatamente, que se trataba de la horrible, sucia y bombardeada ciudad típicamente africana. Al pasar por delante de una iglesia de dudosa estética mi chofer dijo orgullosamente: “VOILA NOTRE-DAME” y se quedó tan fresco.
El hotel tenía una piscina sucia con el agua casi negra. Unos lagartos de buenas dimensiones tomaban el sol en su borde y una cabras pastaban a su alrededor. Pero tenía algo bueno: estaba situado en un promontorio sobre la ribera del río Oubangui, de forma que desde mi habitación tenía una vista preciosa del amplísimo rió de más de 1 km de ancho con sus pequeñas playas de arena, sus islitas, sus rocas y sus pequeñas canoas transportando pasajeros a lo largo y ancho del mismo. En la orilla de enfrente estaba la República Democrática del Congo, pues el río hace de frontera. Las canoas, que no son más que un tronco de árbol cortado a lo largo y vaciado, estaban por todas partes; algunas con motor y muchas a remo. Así que vista la situación comencé a hacer mis planes.
En primer lugar llegué a un acuerdo con un negrito, llamado ROGE, que disponía de canoa con motor para recorrer el río durante varios días. En segundo lugar también llegué a un acuerdo con el dueño de un coche destartalado para adentrarnos en la selva, unos 200 km. y visitar unas tribus de pigmeos. Y así lo hice todo.
En mis largos recorridos por el país me tropecé con cientos de controles policiales. Recuerdo un tramo, quizás el peor, en el que en unos 100 km. tuve 12 controles. En ocasiones hay controles cada 5 km. Por supuesto en la mayor parte de los controles, aún cuando los soldados y oficiales se enrollaban muy bien conmigo, me pedían dinero. Desde unas 150 Pts, (0,90€) hasta 1.000 Pts. (6€) iban las tarifas que ellos llamaban: "PAGAR LAS FORMALIDADES"… y la pasta para la buchaca.
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A veces, y para sacarme el dinero, me decían que estaba prohibido pasar debido a que era una zona militar o porque era una zona minera de diamantes u oro. Quizás era verdad, pero lo usaban como disculpa para pedirme dinero. Como tengo una larga experiencia en África no me asustaban: les discutía el precio, se lo rebajaba y seguía hasta el próximo ALTO. Uno de los oficiales me dijo: “Yo soy un africano nacionalista, yo soy un hombre honrado, yo defiendo mi país, yo soy...4.000 francos CFA (6€)”. ¡Vaya un comediante! También en uno de los controles dije que iba a ver al obispo, que tenía su sede por allí.
Así fue como pude adentrarme en la selva atravesando unos 200 km.por pistas de tierra para visitar algunas tribus de pigmeos que apenas habían visto blancos desde 1.960, año en que se fueron los franceses. Había cargado el coche con varios kilos de sal gorda, algún cartón de tabaco, y 3 kilos de azúcar para ofrecerlo como regalo. Cuando llegábamos, el jefe de cada tribu que visitaba nos recibía muy amigablemente, me daba las gracias por el regalo pero, además, me pedía algo de dinero. Al final no se a qué precio me salió cada foto. El jefe de la tribu reunía a los jefes de familia, les pedía la aprobación y acordaban el reparto. Después me llamaba a mí. Puestos todos en un corro yo me dirigía a ellos en francés y, aunque no entendían nada, me habían aconsejado que así lo hiciera para que vieran que les respetaba. Se hacían mis amigos rápidamente. Vivían en la más profunda miseria. Algunos temblaban de miedo cuando los fotografiaba.
Al ir recorriendo el país, se observan ríos, afluentes, meandros, aldeas, cabañas (siempre de barro rojizo con techo de ramas de palmera), bosques, etc. Éstos tienen árboles de grandes dimensiones y muchos de ellos no he sido capaz de reconocerlos. He visto el ficus más grande de mi viaje por África: enorme, gigantesco. El predominante es el mango, que crece por todas partes. También se ven palmeras aceiteras. Tienen un clima tropical con fuertes y continuas lluvias, teniendo sólo unos 3 ó 4 meses al año de pocas precipitaciones. Las pistas de tierra eran asfixiantes por el polvo y yo estaba deseando que lloviera.
Por los pueblos y aldeas veía a las mujeres vestidas con sus belle-boubou, ropa típica de estas etnias. Los hombres lo llevan de vez en cuando, excepto los musulmanes que lo suelen llevar siempre. Pude "robar" alguna fotografía cuando estaban distraídos y no había policías cerca. Por las zonas selváticas hay millones de mosquitos
La gente te pide siempre mucho más por las cosas de lo que valen esperando que tú regatees. A veces lo bajas a 1/3 de lo que te han pedido. Parece influencia árabe o sudanés. También tenía que pagarles unas 150 Ptas. (0,90€) por cada fotografía que les hacía. A pesar de la prohibición no podía evitar la tentación de hacerlas. La miseria en la gente y las condiciones de vida son muy tercermundistas. Cuando recorría la región de las minas de diamantes pasé por delante del antiguo palacio de BOKASSA. Aquí fue donde se encontraron, en un frigorífico, cuerpos de chicos. Parece ser que el día de su coronación dio a sus invitados extranjeros carne humana, sin que ellos lo supieran.
Lo que iba comiendo los días que viajaba era siempre lo mismo: huevos fritos con patatas y pollo. Me ponía morado de cacahuetes pues son muy sabrosos. Además están tostados y en una pieza, mientras que en nuestro mundo los cacahuetes casi siempre están partidos. En BANGUI comí varias veces capitán. Alguna vez que otra, puré o potaje de legumbres. La papaya y la sandía no eran muy buenas. Lamentablemente los mangos no llegan hasta el mes de mayo o junio. En los pueblos no hay electricidad y yo me limitaba a dormir en el coche con todo cerrado para evitar los mosquitos. Hasta en BANGUI, la capital, la electricidad se va con frecuencia.
Apenas he visto pájaros pues me imagino que huyen para no ser comidos. He visto cuervos píos de grandes dimensiones, vencejos, cernícalos y muchos tejedores.
No habiendo podido entrar en tierras de Sudán del Sur o mejor dicho en el sur de Sudán el pasado mes de febrero, hace un mes, cuando visité el norte, decidí hacerlo desde aquí, la República Centro Africana, que se encuentra en buenas relaciones fronterizas y no hay peligro en la frontera ni al entrar ni al salir. Lo hice con el chófer y el trasto de coche que tenía contratado para todo mi viaje: cruzamos la frontera cerca de Said Bundas y por una pista penetramos dos días hasta Ragar, Dein Zuber y Wau en donde la carretera estaba asfaltada y pasaban equipos militares en guerra. Mejor volver...No pude apreciar diferencias étnicas ni vegetación aunque si crucé un amplio río llamado el Pongo; la zona era más verde que las tierras del lado de la República Centro Africana.
Por supuesto, no hay ni un sólo turista en el país debido a lo peligroso que es. Es muy poco lo que los franceses han dejado por aquí en cuanto al tema culinario. Mientras que el pan de baguette y el croissant son regulares, el resto de la comida no vale nada, salvo el pescado capitán que es muy sabroso. Aun cuando no hay, por el momento, un enfrentamiento directo de guerra, hay una guerrilla, llamada "ZARGUINA" que organiza ataques por sorpresa. Hice bien en llevarme un guía, además del chofer, quien conocía muy bien las zonas por donde nos movíamos.
Aunque la noche que pasé en BANGUI lo hice en un hotel sin grandes pretensiones (tampoco había otro mejor), éste estaba lleno de putitas que se metían en el ascensor conmigo para subir a mi habitación. Casi había que echarlas fuera. Eran jóvenes y atractivas. Me imagino que iban "cargadísimas".
A mi regreso hice una escala de 2 horas en el aeropuerto de París y pude comprobar como las mujeres francesas entraban, con gran descaro, en el lavabo de caballeros. Su aseo lo estaban limpiando y no querían esperar. Las mujeres francesas siempre han sido así. Había hombres en el urinario y ellas allí mismo delante. También entraban en las cabinas de los retretes. Tan frescas. Si los hombres hacemos eso en un aseo de mujeres, seguro que nos acusan de violadores. Pronto empezaremos los hombres a manifestamos por las calles pidiendo igualdad de derechos.
Mientras paso la memoria a limpio, hoy día 30 de Mayo 2001, oigo en la radio que en la República Centroafricana, una sección del ejército ha dado un golpe de estado. ¡De buena me he librado! ¡Así es África de inestable!