Mozambique 98
Agosto de 1998
Después de 500 años de dominio portugués, Mozambique se hizo independiente en 1975 y estuvo sujeto a la dictadura del FML (Frente de Liberación de Mozambique) hasta 1990,año en el que la nueva constitución se abre al pluralismo político, tras una guerra civil. De acuerdo con las elecciones de 1994 el partido Frelimo obtiene el poder y coloca a JOAQUIM CHISSANO como presidente de la República. Es miembro de la COMMONWEALTH.
Es un país de grandes dimensiones: el doble de superficie que la de la España peninsular. La población total es de 18 millones de los que el 60% son analfabetos, siendo su capital Maputo la más poblada con más de un millón. La lengua oficial es el portugués aunque, habitualmente, hablan lenguas bantúes.
En su mayoría son animistas, un 15 % católicos y un 5 % musulmanes. La moneda oficial es el metical que equivale a un céntimo de peseta (0,0001€).
De la agricultura destaca la caña, el algodón, arroz, mijo, sisal, maíz, mandioca y tabaco. Tienen aceite de la palmera, de nuez acagiu, de ricino y de girasol. Extracciones de madera como el famoso palo rosa y de cedro. En la ganadería hay bovino, ovino y caprino.
Como minerales poseen algo de oro, carbón, bauxita, cobre, bentonita, hierro, gas natural y mármol. Se puede considerar un país con bastante riqueza natural. Casi toda su energía eléctrica es de origen hidráulico y tiene lugar en el río Zambeze. En Beira disponen de una planta de montaje de vehículos.
Mozambique es llano y tremendamente árido, a pesar de recibir abundantes lluvias y sol. La tierra no tiene calidad alguna por llevar un elevado contenido de arena. La única vegetación que se ve en sus inmensas llanuras es una débil hierba de aspecto insano. Me contaba una ingeniero de una compañía petrolera, que había recorrido 1200 km. hacia el norte del país, hasta Beira, y que no había visto otra cosa que esa débil hierba siempre en enormes e interminables llanuras.
Al igual que me ocurrió con Suazilandia, Mozambique ha sido una pequeña desilusión para mí pues siempre me imaginé que sería un país tropical.
El pueblo mozambiqueño ha sufrido durante los últimos 25 años innumerables guerras y revoluciones. Prácticamente hasta hace 5 años no han dejado de luchar: primero contra los portugueses y después entre ellos mismos en una cruenta guerra civil. Los rusos y los cubanos siempre estuvieron de su lado, con la falsa disculpa de la “cooperación,” esperanzados en que el comunismo prevaleciera, lo que no llegaron a conseguir.
Ahora es un país libre y aparentemente "democrático”.
Algo me ha hecho reír: nunca fueron colonizados por los ingleses sino por los portugueses, no obstante conducen por la izquierda y cuando les preguntas el porqué, te contestan: porque los coches que nos llegaban aquí tenían el volante a la derecha y esto nos obligó a establecer la conducción por la izquierda.
Algo muy interesante son las figuras de madera que realizan: representan una protesta o clamor de su pobreza, de la hambruna del país, del raquitismo de los niños, etc. Se trata de esculturas que reflejan los problemas con figuras humanas caricaturizadas, llenas de dramatismo, hambre y hacinamiento. Son de mucha calidad, ejecutadas en madera de sándalo.
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La capital Maputo es mejor que una buena parte de las capitales africanas del mismo nivel económico. No hay luces por la calle, ni siquiera en las principales vías. Tampoco hay más allá de 20 metros de acera por la que se pueda caminar en toda la ciudad; no hay alcantarillado y la gente orina por todas las esquinas con lo que los olores son insoportables, etc. No obstante sigo diciendo que es una capital que está bien.
Por supuesto, al no haber luz, roban cada tres por cuatro y hay policías de seguridad en todos los edificios del centro, bares, tiendas, hoteles, oficinas,… Todo es muy inseguro y peligroso. Lo que más abunda son los ciegos, los cojos y los vendedores. Todos ellos te agarran de la camisa para sacarte algo de dinero.
Todavía se ven algunos edificios de la época colonial portuguesa, aunque en la mayor parte de los casos se están cayendo en pedazos o están sin pintar. Fotografié aquellos que tenían un aspecto decente o los restaurados. Destacaría la preciosa estación de ferrocarriles construida en 1895 por el famoso arquitecto GUSTAVE EIFFEL. En aquel entonces una línea de ferrocarril unía Maputo (llamada Lorenço Marques) con la ciudad de Pretoria en Sudáfrica. También vi otro bonito edificio de aquella época: el hotel Polana.
Me he dado palizas caminando por esta ciudad, visitando algunos mercados, el puerto, etc. Otro sitio singular, muy visitado por los blancos, es el restaurante Piri-Piri, de aire colonial, en el que preparan el pollo al “piri-piri” y que no es más que el animalito a la plancha con unas especias muy agradables. Aquí cené una noche para celebrar mi cumpleaños. También he de mencionar el Banco Nacional de Mozambique que tiene unos bonitos murales de la época comunista y un tipo de construcción muy de aquella época triunfal.
Dejé la capital y navegué en un barquito alquilado durante un par de días por las islas de Portugal, Inhaca, Río Incomati, bahía de Maputo, etc. La isla de Portugal es una preciosidad: tiene una única playa que bordea la totalidad de la isla. En ella no vive nadie y es totalmente virgen. También visité un pueblo de pescadores en cuyo bar me comí un buen pescado a la brasa con una rica batata o patata dulce muy buena. Hice un buen recorrido por mar, pues la barquita, con un fuera borda potente, la ponía siempre a unos 15-20 nudos de velocidad. En ocasiones tuve alguna marejada un tanto peligrosa.
Navegando por el río Incomat el que, además, atravesé un par de veces en ferry, conocí a un tipo, con el que comí, que se dedicaba a la caza furtiva de cocodrilos. Me contó con todo detalle como los cazaba y sus historias eran muy interesantes. En ocasiones subía a su barca cocodrilos todavía vivos y al dispararles otra vez hacía agujeros en la barca que después tapaba con un corcho o con el pié. Eran relatos muy auténticos y simpáticos.
Los mozambiqueños son simpáticos y humildes. Uno no siente agresividad alguna y entre ellos se les ve tranquilos y amables. Es buena gente. Su aspecto es mejor que el de buena parte de los países africanos.
Volveré dentro de unos años.