Nepal 96

Agosto de 1996

Hacía 20 años que no regresaba a Nepal. Lamentablemente, al igual que cuando pasado ese tiempo volvemos a ver a aquella chica que entonces solo tenía 20 años… ya nada es igual. Creo que cuando una ciudad, un país, un lugar etc., nos ha gustado, encantado o enamorado, haríamos mejor en guardar ese maravilloso recuerdo en nuestra mente para siempre, en lugar de volver y… arruinarlo. Así me ha ocurrido con aquel Nepal tan virgen, tan primitivo, tan honesto…ahora está sucio, superpoblado, todo conta­minado, con excesivo tráfico, ruidoso etc. Todo se ha mercantilizado.

No obstante hice las típicas visitas turísticas a los lugares que había visitado en el 76 como: La estupa de Swayambhunath o templo de los monos, las plazas de Durbar (3), el templo de Pashupatinath, Patan etc. Hay que decir que el nepalí sigue siendo amable, hospitala­rio y tan humilde como comerciante. En líneas generales encontré las zonas turísticas y monumentales sucias y abandonadas. Los pa­lacios y templos no se limpian ni se restauran.

El budismo y el hinduismo están totalmente mezclados y adoran a dioses que tienen en común. Al igual que el budismo en Tíbet, el hinduismo ha transformado normas de conducta por ser una religión cargada de fanatismo. Supongo que i­gual ha ocurrido con la religión católica en otros tiempos.

Nepal, con una superficie 1/3 de la de España, tiene una población de 19 millones. Viven de la agricultura y del turismo y el sistema de gobierno es una monarquía constitucional en la ­que el 30% de los parlamentarios son comunistas leninistas.

Uno de los día que estuve aquí tuvimos una huelga general y todo quedó totalmente parado. La renta per cápita en Nepal es de 180 $ mien­tras que en España es ahora de 14.000 $. Un obrero cobra 400 ptas diarias si tiene la suerte de encontrar trabajo, pues hay mucho paro.

La co­mida es parecida a la hindú y tienen muy buenos dulces y muy mala fru­ta. Al igual que en el Tíbet el animal nacional es el Yak, parecido al ñu, de cuya leche hacen queso y cuya carne tiene el sabor parecido a la del buey.

Quizás una de las cosas de más interés en Nepal sea el mosaico de las 30 etnias que concurren en el país, de las que resaltaría: indo-ario, newares, mongolas, sherpas etc., dando lugar a un amplísimo abanico de lenguas.