Navegación I parte

Navegación I parte

Comenzamos yendo hacia el norte y poco a poco va empeorando el tiempo a medida que avanzamos. Aparece la niebla y después los icebergs. Hay focas juguetonas por todas partes. Avanzamos muy lentamente.

Se trata de un barco viejo que funciona sólo durante los meses de julio y agosto cuando no hay hielo sobre el agua. Tiene 40 literas y 2 aseos y por supuesto duermes vestido a menos que no te importe que los otros te vean el trasero. La visibilidad se reduce a unos 80 m y la temperatura baja hasta 1ºC mientras los icebergs están cada vez más juntos y son más grandes.

Navegamos con muy poca visibilidad a unos 2 Km de distancia de la costa. Los icebergs tienen ahora un tamaño entre 100 y 500 veces mayor que el barquito. Avanzamos muy despacio. Hago amistad con la tripulación, y paso tiempo en el pequeño puente, dotado de un fantástico radar en color que permite ver con precisión cada uno de los icebergs en 5 Km a la redonda. Se hace una navegación combinada con 3 satélites. Pude llevar el barco durante unos momentos, mientras los del puente tomaban café. Continuamos hacia el norte y fuimos pasando pueblecitos de 100 a 200 habitantes con sus pequeños puertos. Transcurridos dos días llegamos a Ilulissat, pueblo importante de unos 1.500 habitantes donde compré una piel de oso polar. Pasé 2 días muy agradables recorriendo los alrededores y más concretamente un enorme glaciar que lanzaba unos icebergs gigantes. A juzgar por la velocidad y dimensiones del glaciar podría decir que pasan al mar unas 8 millones de toneladas de hielo diariamente. Por fin, el tiempo fue agradable, los mosquitos picaban menos y pude dormir desnudo y ducharme.

Los esquimales viven con muy poco confort, beben como cosacos y suerte tienen de disponer de casas de madera aisladas térmicamente, que los protege del rigurosísimo invierno, otoño y primavera. Es ahora, en julio y agosto que las zonas de la costa tienen poca nieve y salen unas ­florecillas de primavera que duran unas 2 semanas, (me traje una muestra de casi cada una de ellas, poniéndolas en un libro, pero me duraron solo unos meses), no existen árboles, ni los arbustos… ni nada de nada. Salvo la zona costera, el resto de esta enorme o gigantesca isla es solo una masa de hielo.

La base de la riqueza del país es la pesca y sus derivados (como en Islandia). Los esquimales son muy sensibles a ciertas enfermedades, co­mo las venéreas y dada su vergüenza no acuden al médico; como hay una gran promiscuidad existen pueblos donde los afectados llegan al 40%. El alcohol les hace perder la razón y el gran temor actual es que no se dé algún caso de sida, pues se extendería como la pólvora. Otro gran temor es el de la droga, que por supuesto no conocen por aquí.

Por otra parte nadie sufre del corazón y se está tratando de investigar las causas. Son muy sensibles a la luz del sol y debe llevar gafas de sol especiales. Como religión podría decirse que los pocos creyentes lo son de la Iglesia Protestante de Dinamarca. Acostumbran a poner huesos de ballena, por supuesto enormes, delante de su casa, al igual que es costumbre colgar pescado a secar por toda la fachada. He comido casi todo el tiempo filete de ballena, carne casi negra con sabor a hígado de ternera, y estofado de foca, carne oscura y algo dura que necesita una cocción de varias horas. Acabé harto.